lunes, 12 de febrero de 2007

Shame, shame, shame

Vergüenza, vergüenza, vergüenza. Este es el sugerente título de un pedazo de blues lento de Kenny Wayne Shepherd, sobre el que vamos a hablar en detalle en un futuro post, porque el hombre se lo merece. Pero
está aquí porque necesito tenerlo puesto para compensar el mal rollo que me produce el hecho de sentirme estafado.

Hoy he comprado una bobina de 50 DVD-R, que pienso dedicar exclusivamente a backups de datos generados por mi: fotografías de família, viajes y amigos, vídeos domésticos y música compuesta y tocada por un servidor, que nadie en su sano juicio apreciaría, pero que, a los efectos que nos interesan, no tiene derechos de autor.

Shame, shame, shame es lo que deberían sentir los responsables de que tenga que pagar 45€, 30 de ellos en concepto de canon, por si tuviera intención de utilizarlos para grabar contenidos piratas. ¡Los DVD tan solo valen un poco más de 15€!

¿Cómo es posible que pueda suceder una cosa así? Que te cobren por si acaso. Yo flipo. ¿Cómo es posible que esto sea legal?

Después se quejan de que no hay venta de música. Yo, desgraciadamente, escucho poca música nacional, porque la que llega a mis oídos me los pone malos. No sé que haría si tuviera que comprar muchos CD de grupos de aquí. Como mis gustos son bastante anglosajones, comprando en el Sr. Amazon me siento mejor que dando dinero a según quién. Y me sabe mal por los tenderos locales, que por cierto, ya me gustaría encontrar uno que me aconsejara, tuviera buenos precios, y estuvieran visibles en los CD, que eso de entrar para preguntar no me mola.

Mira, voy a dejarlo, que me parece que hoy estoy jodido, y no debes escribir estando jodido. Al final, voy a tener que hacer yoga antes de postear. ¿Sabes? Mejor me pongo el Blue on Black en acústico, qué narices.

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