domingo, 27 de mayo de 2012

The Revolution Will Not Be Televised

Ando estos días leyendo Yes we camp!, una recopilación de ensayos y historietas gráficas sobre el 15-M, que hace unos días cumplía su primer aniversario. Su lectura me ha traído sentimientos de nostalgia, pero también de desilusión. Las plazas y las manifestaciones abarrotadas en la primavera de 2011 dieron un toque de atención a los que tienen la sartén por el mango, y reclamaron el fin de tanto mamoneo y tanta injusticia social. Pero en lugar de escuchar al pueblo, de actuar, de buscar el bien común, los plutócratas que gobiernan este país ningunearon el movimiento, y siguieron a lo suyo: dinamitando el estado del bienestar, recortando servicios sociales, sanidad, educación, libertades, privatizando empresas públicas, y preocupándose en salvar el culo a Rato y su banco devora-dinero en lugar de oír la voz de los cientos de miles de ciudadanos que salieron a la calle.

En el libro se hace mención a The Revolution Will Not Be Televised, un tema de 1970 de Gil Scott-Heron, el cual, por cierto, murió precisamente en mayo de 2011. Cuelgo la canción abajo, y aconsejo leer la letra (clicando sobre CC para ver los subtitulos), que es fantástica. Efectivamente, la revolución no será televisada. Ya se encargarán los políticos y los poderes fácticos de controlar los mass media, como pasa en Italia y como está pasando, cada vez más, también en España. Pero, como dice Eduardo Galeano, algún día todos tendremos que tomar partido entre los indignos y los indignados. Y lo que hay que tener claro es que, si alguna vez estalla la revolución (y quizás en el 15-M se plantaron algunas semillas), sí será radiada vía Internet. Comentada. Tuiteada. Posteada.


miércoles, 23 de mayo de 2012

La música del diablo

Cuando Robert Johnson vendió su alma al diablo, a cambio de aprender a tocar la guitarra como nadie lo había hecho hasta la fecha, poco imaginaba que el trato incluía un extra de regalo: que ese sonido tan particular le sobreviviría décadas, que daría orígen a todo un género, incluso a varios, y que casi un siglo después, todavía se publicarían discos que tratarían de capturar su estilo.

El veterano Eric Bibb lanzó hace escasos meses Deeper in The Well (2012), un fantástico trabajo que invoca el espíritu de Johnson como pocos son capaces de hacer. Trece temas que saben a carreteras polvorientas, a barcos de vapor remontando el Mississippi, a graneros, a porches desvencijados de una casa en Louisiana... Un homenaje a los albores del blues, con toques de gospel y folk, y que incluye una versión de The Times They Are A Changin' de Dylan.  Y todo, elegantemente vestido con violines, banjos, armónicas, y con arpegios que casi nos permiten ver las yemas de Bibb acariciando las cuerdas raídas de una vieja guitarra.

Una delicia de disco para disfrutar con calma, y que pone al alcance de la mano viajar hasta los años 20 y el delta más famoso de América con sólo cerrar los ojos.


miércoles, 16 de mayo de 2012

Escorpiones por las orejas

Hace unos meses encontré, por esos mundos internetiles, la discografía completa del grupo de rock más popular surgido de Alemania, y desde entonces me salen los escorpiones por las orejas. La de horas y horas que llevo escuchando a los míticos Scorpions, desde sus primeros trabajos, de un sonido muy setentero (como corresponde a la época en que fueron publicados) hasta su último disco, Comeblack (2011), donde repasan algunos de sus éxitos más sonados (Blackout, No One Like You, Rock You Like A Hurricane...) con una producción y una instrumentación modernizadas, además de incluir unas versiones de lo más curiosas de temas ajenos (Tainted Love, Ruby Tuesday...).



Aunque en mi adolescencia me gustaban, creo que hasta hoy no he comprendido la grandeza y calidad de Scorpions. Hace 25 años disfruté algunos de sus discos, pero supongo que luego, yo y otros muchos de mi generación, nos dejamos impresionar por los fuegos articiales de los directos de Bon Jovi, por los crepados de Cinderella, por las Harley de la portada del Girls Girls Girls de Mötley Crüe, y por las macizas de los videoclips de Whitesnake, David Lee Roth, Poison o los propios Mötley. Es decir, que caímos en las redes del glam-rock americano, y dejamos un poco de lado el hard hecho en nuestro continente. No es que me arrepienta, ya que el heavy "made in USA" me proporcionó innumerables horas de placer auditivo, mucho dolor de cervicales, y una pasión desmesurada por el rock (y los mencionados vídeos, más de una ensoñación siempre resuelta a base de onanismo). Pero tengo la sensación que considerar a ciertas bandas europeas como de segunda fila, inferiores a las que venían del otro lado del Atlántico, fue una auténtica lástima.



Así que últimamente escucho con fruición y hasta la saciedad a Scorpions, pero no para redimirme de ese olvido en el que los dejé caer durante décadas, sino porqué estoy gozando como un enano todos y cada unos de sus discos, y descubriendo temazos que hasta la fecha no tenia ni constancia de que existieran. Por cierto, la canción que no sé porqué un día me vino a la cabeza, y la que me hizo buscar la discografía, es la que os cuelgo abajo. No pertenece a su mejor disco, y no es una de las más conocidas. Pero, hace dos décadas era una de mis favoritas, y a día de hoy, lo sigue siendo.


lunes, 7 de mayo de 2012

Exposed

Si hace unos días repasaba No Fuel Left for The Pilgrims, uno de los discos que olvidé incluir en mi Hall of Fame particular del siglo XX, hoy le toca el turno a otro que mi mala cabeza también obvió. Se trata del primer trabajo en solitario de Vince Neil, líder de Mötley Crüe.

¡Menudo himno al sleaze que es este Exposed (1993)! Y es que, exceptuando las dos baladas de rigor, que las encuentro flojillas, el resto no tiene desperdicio. Look in Her Eyes, Sister of Pain, Can't Have Your Cake, You're Invited (but Your Friend Can't Come)... Una buena retahíla de temazos, incluyendo una versión del Set Me Free de Sweet, que seguramente jodieron bastante a los restantes mötleys. Eso sí, el disco está firmado por Neil, pero merecería que Steve Stevens se llevara la mitad de los honores. Sus brutales guitarras son tan protagonistas como la voz del amigo Vince, y son las que dan al disco la garra y el feeling que lo convierten en un imprescindible. Una maravilla de álbum, que últimamente he recuperado y estoy disfrutando a lo grande.

Dejo aquí el clip oficial de Can't Have Your Cake, con una jovencísima Pamela Anderson haciendo sus primeros pinitos en el mundillo del sleaze, antes de protagonizar otro vídeo con otro miembro (literalmente) de Mötley Crüe.