domingo, 30 de septiembre de 2007

Dos por uno

Sábado, 22 de septiembre de 2007. Aparcament del Mercat de Bonavista, Tarragona. Más de 12.000 personas para ver Dos pájaros de un tiro, la gira conjunta de Joan Manel Serrat y Joaquín Sabina. Con sólo diez minutos de retraso, las focos se encienden y la pareja empieza a entonar un medley de Hoy puede ser un gran día y Ocupen su localidad. Los asistentes, cuyas edades van desde los 30 años hasta el infinito y más alla, estallan en ovación. Es una ocasión única para ver juntos a estos dos grandes, y el concierto promete.

Sabina abandona el escenario y Serrat toma la batuta, interpretando temas propios y de su compañero de bolos, con su música pausada y su voz de mercurio. Los presentes vaticinan que la primera parte del espectáculo, la tranquila, irá a cargo del cantautor catalán, y la segunda, la rocanrolera, quedará en manos del de Úbeda. Pero no. Sabina y Serrat, Serrat y Sabina van entrando y saliendo del escenario, cantando canciones ahora del uno, ahora del otro, solos o a dúo. La complicidad es evidente, aunque siendo el final de la gira, y tras 38 conciertos juntos, haya perdido la espontaneidad. Sabina se mete al público en el bolsillo cantando en catalán, y Serrat haciendo referencia a la Universidad Laboral, donde estudió, y ubicada a sólo unos metros del lugar del evento.

Lamentablemente, la música continúa tranquila, del estilo de Serrat. Los asistentes piden más caña, pero la pareja no cede. Algunos de los temas más lentos de la discografía de Sabina se suceden: Calle Melancolía, Quién me ha robado el mes de abril, Y sin embargo, combinados con los míticos Mediterráneo o Penélope de Serrat. La mayor parte del tiempo los músicos tocan instrumentos clásicos, y sólo empuñan guitarras y bajo eléctricos para interpretar la trepidante Pacto entre caballeros, que anima a los más jovenes (o a los menos mayores), y algún que otro tema también ligeramente acelerado. Falsas expectativas, pero: cada conato de aumentar la graduación de la velada se frustra con la siguiente canción, siempre lánguida, y la noche continúa entre ritmos pausados.

Tras dos horas y media de clásicos, bromas con el público, puyas sarcásticas de Serrat a Sabina y admiración incondicional de Sabina a Serrat, los dos pájaros levantan el vuelo y dejan al respetable contentos con el show, pero con la sensación, especialmente los seguidores de Sabina, que su ídolo se ha tirado demasiado al folk del Noi del Poble Sec, y que al espectáculo le ha faltado energía, decibelios y rocanrol. ¿Será que los años no pasan en balde?

lunes, 24 de septiembre de 2007

Los arcángeles

Stevie Ray Vaughan nos dejó un 27 de agosto, ahora hace 17 años, en un accidente de helicóptero. Y con él se fue quizás el mejor guitarrista blanco de blues, o el mejor guitarrista de blues, o el mejor guitarrista, a secas. Y sus amigos se quedaron solos, y pensaron quizás que no valía la pena seguir, y dejaron solos su bajo y su batería, porque el dolor era grande.

Pero cuando en las venas de uno no corre sangre sino música, en unos días se da cuenta de que el mejor homenaje que se le puede hacer a un músico es seguir tocando. Y como Tommy Shannon y Chris Layton, también conocidos como Double Trouble, eran solo dos, con Charlie Sexton y Doyle Bramhall II se completó un cuarteto mágico que parió un disco importante, a la vez de debut y único registro de una banda que se desmoronó tan rápido como surgió (lucha de egos + problemas de drogas, dicen), pero que puede llamarse supergrupo, porque todos los integrantes eran y son estrellas del blues y del rock altamente influenciado por éste.

The Arc Angels publicaron en 1992 un disco de rock serio, un pelín épico, directo, lleno de stratocasters que hieren con sus solos de blues. Hay dos voces increíbles que se turnan en las canciones, y unos Double Trouble sólidos, maduros y que resultan claves en el sonido moderno de la banda.

Pero si hay algo verdaderamente destacable en este disco, son las canciones: las 3 que abren el disco, Living in a dream, Paradise Café y Sent by angels, son una maravilla, distintas entre sí y que abren boca para lo que vendrá después. Always believed in you, y el cierre con Carry me on, Shape I'm in, Too many ways to fall, magnífico.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Amores eternos

Ayer fue 15 de septiembre, y eso significa que han pasado once años (¡once!) desde que nos dijimos adiós.

Nos conocimos en un país exótico, el verano de 1996, y pronto tendimos un hilo invisible que nos unió durante todo el viaje. Empezamos buscándonos poco a poco, trenzando nuestras miradas en los museos, coincidiendo en los asientos de los autocares, rezagándonos en las excursiones.

Luego vencimos nuestros miedos y nos agarramos con fuerza el uno al otro. Nos perdíamos por los zocos, nos besábamos entre mezquitas, nos encontrábamos en las habitaciones de los hoteles... Así nos íbamos explorando, descubriendo y conociendo, exprimiendo ese summer romance que nos parecía interminable. Mientras, en el radio-cassette sonaba, una y otra vez, Only a Woman's Heart, la canción que había pertenecido a Eleanor McEvoy, pero que ahora era sólo nuestra. Si al llegar al infierno el diablo me permitiera revivir algún periodo de mi vida, creo que elegiría esos días.

Pero todo viaje tiene un final, y la vuelta a casa nos golpeó con la evidencia que nuestras realidades eran muy distintas. La diferencia de edad, el vivir en diferentes ciudades, las metas de uno y otro, tan alejadas. Todo construía una selva tan espesa que, tras mirarla desde todos los puntos de vista posibles, se nos antojó infranqueable. Cada uno debía perseguir sus propios sueños, y los caminos seguían direcciones opuestas. Bañados en un mar de lágrimas , un 15 de septiembre nos dijimos adiós. Nunca volvimos a vernos, y quiero suponer que tomamos la decisión más acertada.

Por terceros me enteré, hace ya años, que se había casado y tenía un hijo, lo cual me alegró enormemente. Uno de sus más anhelados deseos se había cumplido, y brindé por ello en mi complaciente soledad . Por mi parte, yo cumplí algunos de los míos, aunque sigo persiguiendo los más esquivos. Así que creo que hoy, once años después y pesé a lo que dolió (y... ¡joder, cómo dolió!), ambos estaríamos de acuerdo en que no nos equivocamos.

Ayer, como cada 15 de septiembre, me acordé de Dolors y también, como cada 15 de septiembre, de aquella canción de Joaquín Sabina que reza:

Con ella descubrí que hay amores eternos
que duran lo que dura un corto invierno.

martes, 11 de septiembre de 2007

Amusia

Parece ser que el Che Guevara padecía amusia. No sé si podría llamarse enfermedad a este trastorno que impide, al que lo padece, disfrutar de la música. Para él, lo que aquí nos hace bailar, saltar, emocionarnos, llorar y tocar, no eran más que un conjunto de sonidos extraños, inconexos, sin sentido.

Me acordé del Che ayer, mientras conducía, ya que sonó potentísimo el tema Alright de Anouk, y dí gracias al cielo (los que no tenemos Dios, tenemos que buscar alternativas) por volver a sentir como corría la droga por mis venas, y sin haber tomado nada. Perfectamente sereno, pero con el subidón que te produce la música en aquellos momentos mágicos en que estás receptivo, en que el sol empieza a caer y es hora de encender las luces del coche, cuando parece que la carga del día se hace menos pesada, como si hasta mañana ya no tuvieras de ocuparte de nada.

Me gustaría que se hiciera un análisis médico de ese estado, ese momento en que entran batería y bajo con un groove impresionante, para ver que le sucede a tu cerebro, que substancias segrega, como se acelera tu pulso, como te olvidas por un momento de todo lo que te pesa y te sumerges en el instante, sin protección alguna. Sin ningún efecto secundario, excepto esa sonrisa que se dibuja en tu cara y ese movimiento de dedos involuntario, que sube el volumen para que el bombo te haga temblar los pantalones a cada golpe. Estos momentos son los que nos enganchan, los que buscamos escuchando sin parar.


Cuando Anouk entra con su voz increíble, genial cantante de rock, me acuerdo del Che y le mando un saludo, Comandante, que quizás no podías escuchar lo que yo escucho ahora, pero estoy seguro que has podido sentir lo que estoy describiendo.

Anouk, Hotel New York. Para mí, uno de los mejor es discos de los últimos años, sin ninguna duda.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Un disco de blues

Hace muchos, muchos años, en un país muy, muy lejano... Bueno, de hecho fue hace 9 años, y el país en cuestión era Estados Unidos, concretamente en la ciudad de San Francisco. Allí, una chica me pidió que le recomendara un disco para llevarle como souvenir a su hermano, al cual le empezaba a gustar el blues. Después de pensarlo un rato, opté por recomendarle Keb' Mo' (1994), el primer disco del autor del mismo nombre

Había descubierto al señor Kevin Moore (nombre real de Keb' Mo') el año anterior, en New Hampshire, escuchando discos en casa de un chaval americano que, por cierto, quería ser presidente de los EEUU (allí todavía creen que cualquier ciudadano de a pie puede ser presidente del país, aunque al final lo acabe siendo George W. Bush, hijo de ex-presidente, multimillonario, magnate del petróleo e hijo de p***, también).

Pero a lo que ibamos: el primer disco de Keb' Mo' es una manera estupenda de introducirse en el blues. En él homenajea constantemente a Robert Johnson, tanto en el diseño como en la manera de tocar la guitarra, en las melodías de las canciones o en las dos versiones de temas del llamado padre del blues. Pero la producción -impresionante, a cargo de John Porter- y un sonido preciosista (¡por favor, no os lo bajéis a 128kbps!) lo hacen mucho más asequible que las antológicas aunque rasposas grabaciones de los años 30 del gran Robert Johnson.

Lamentablemente, después de un segundo álbum también excepcional (Just Like You, 1996), Keb' Mo' se fue tirando a la comercialidad, prescindiendo de John Porter y buscando un sonido más easy listening. Discos como Slow Down, The Door o Big Wide Grin, sin ser malos, suenan mucho más predecibles que sus antecesores, y también menos frescos, más aburridos.

Pero el pasado 2006 el amigo Kevin recuperó a John Porter en la producción para grabar Suitcase, un disco donde vuelve a las raíces (tanto en estética como en el sonido de algunas canciones), lo cual hay que agradecérselo. De todos modos, creo que si hoy alguien me volviera a preguntar por un disco para introducirse en el blues, sin pensarlo demasiado volvería a recomendarle la opera prima de Keb' Mo'.

Por cierto, nunca supe si al hermano de Natasha le gustó el disco. Confío que sí...

lunes, 3 de septiembre de 2007

Bien te veo, Rafita

Han pasado ya 26 años desde la publicación del mítico La Mándragora, y me congratula descubrir que todavía hoy surgen buenos artistas que mantienen viva la llama de la canción de autor. Gente como Dani Flaco, Alejandro Martínez o Quim Vila nos demuestran que aún hay músicos con mucho que decir y que se emperran en "cantaautar" pese a la crisis de la industria.

Últimamente estoy escuchando mucho Mal Te Veo, el primer (y hasta la fecha único) disco de Rafa Pons. Con una voz "asabinada", y empleando el rock, la rumba o el jazz, Pons construye canciones divertidas y pegadizas. Mal Te Veo goza de una producción correcta en lo que a instrumentos se refiere, pero realmente fantástica y muy elaborada en segundas voces, coros y colaboraciones (en el tema Supongo canta a dúo con Aurora Bertrán, de Tahures Zurdos, y el resultado es estremecedor). Pero sin duda la mejor baza del disco es la lírica: ocurrentes, desvergonzados y nacidos de la cotidianidad urbana, temas como Julia Roberts, Me Tienes Contento o Rafita Perestroika son garantía inefable de cachondeo y descojone para el oyente.

Desde esta Calle del Bourbon le auguro y deseo un brillante futuro a mi tocayo, aunque no lo tenga fácil en los tiempos que corren. Como bien dice él mismo en Filatélico, Numismático, "Tanto tiempo pa' poder sacar un disco, y hoy resulta que se venden más los libros".



sábado, 1 de septiembre de 2007

Operación retorno

1 de septiembre. Bueno, se acabaron las vacaciones y a muchos, como a un servidor, nos toca volver a casa. Venga, 10 canciones para acompañar la operación retorno. Y... ¡ánimo, que sólo quedan 11 meses!

"Feel Like Going Home", The Notting Hillbillies (del álbum Missing...Presumed Having A Good Time)
"Coming Home", Cinderella (del álbum Long Cold Winter)
"Volviendo a casa", Alejandro Martínez (del álbum Volviendo A Casa)
"Take Me Home Tonight", Quireboys (del álbum A Bit Of What You Fancy)
"Take The Long Way Home", Supertramp (del álbum Breakfast In America)
"És Hora De Tornar A Casa", Els Pets (del álbum Sol)
"Sweet Home Alabama", Lynyrd Skynyrd (del álbum Endangered Species)
"Long Way Home", Tom Waits (del álbum Orphans: Brawlers, Bawlers & Bastards)
"Volviendo a casa", Los Secretos (del álbum La Calle Del Olvido)
"A Home", Dixie Chicks (del álbum Home)

¿Alguna propuesta más?