lunes, 28 de diciembre de 2015

Carta a los Reyes Magos

Como faltan pocos días para que lleguen los Reyes Majos, dejo aquí anotados algunos discos que acaban de publicarse y que me gustaría que me regalaran, por si andan escasos de ideas. O por si alguien quiere marcarse un detalle, que siempre es de agradecer.
  • A Brand New Sound, de AC/DC
  • Unplugged, de The Prodigy
  • Rock'n'Roll, de Mark Knopfler
  • Best Ballads, de Kreator
  • Second Chance, de Queen + Paul Rodgers
  • The Final Tour, de Rolling Stones
  • 40 Years Overrated, de Bruce Springsteen
  • In It for The Money, de U2
  • Back by Popular Demand, de Simple Minds
  • ¡Viva Dylan!, de Luis Miguel
  • Live at The Blue Note, de Georgie Dann
  • Greatest Hits, de Oasis (EP)

Sí, hoy es 28 de diciembre...

viernes, 25 de diciembre de 2015

Palabrología

Durante las últimas semanas he estado leyendo Palabrología (Ed. Planeta, 2014), un libro (del latín liber, que era la 'corteza' de un árbol, material que se usaba para escribir antes de inventarse el papel) la mar de interesante. Interesante si eres un frikazo como yo, claro, con cierta querencia por las etimologías (del griego étymos, 'verdadero', 'auténtico', y logos, 'palabra'. Es decir, la 'verdadera palabra', 'la palabra auténtica'). De una manera amena y didáctica, el autor, Virgilio Ortega, desgrana los orígenes de cientos de palabras, algunos de los cuales son ciertamente curiosos (en latín, cura es 'cuidado', 'inquietud', 'preocupación', por lo que curiositas es 'deseo de saber', 'inquietud por aprender').

El suso dicho autor (del latín sursum, 'arriba', y 'dicho', o sea, el 'arriba dicho') recomienda en el prólogo no leerlo seguido, "ya que sería demasiado duro" (sic). Pero la verdad, yo lo he leído de cabo a rabo, y aunque es verdad que no es un libro del que te tragues 50 páginas del tirón, he de decir que es fácilmente legible (del latín legere, leer, inicialmente 'recoger, 'escoger' unos conocimientos), además de muy recomendable. Y como éste es, en teoría, un blog de temática musical, un par de etimologías más para terminar: música es el 'arte de las musas', y melodía viene de meli, 'miel', y odé, 'parte cantada', así que es una 'parte cantada dulce como la miel'.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Capturas pasajeras (4)

Sigo con una preocupante falta de tiempo, así que, para no dejar el blog yermo, aquí va otra colección de capturas pasajeras. Hoy, especial fotos tomadas a lo largo del Camino de Santiago.

Abstenerse cotillas. Uterga (Navarra), agosto de 2008.

Bajos fondos. Algún lugar cerca de Burgos, agosto de 2008.

Publicidad. San Martín del Camino (León), diciembre de 2011.

La cebolla y el ajo. Villares de Órbigo (León), diciembre de 2011.

PD: Click sobre las imágenes para ampliarlas.





miércoles, 21 de octubre de 2015

Blues is alive and well

Vuelvo al modern electric blues (aunque en realidad nunca lo había abandonado del todo), y me llena de satisfacción descubrir que el género sigue Still Alive and Well, parafraseando al gran Johnny Winter. Tres han sido los principales artífices de los grandiosos momentos que me está dejando este come back.

Ya hablé de Oli Brown a propósito de su ópera prima (Open Road, 2008). Desde entonces este jovenzuelo ha publicado dos nuevos discos: Heads I Win Tails You Lose (2010) y Here I Am (2014) que son sendas maravillas, sobretodo el último. Además, el británico capitanea una explosiva banda de power-blues llamada RavenEye que tengo poco oída, pero que por lo poco que he escuchado me recuerda a sus compatriotas The Brew.

También de las Islas Británicas nos llega Laurence Jones: otro mocoso que, con solo 23 años, está haciendo un blues-rock de alto octanaje. Una delicia sus discos que he escuchado hasta la fecha, Temptation (2014) y su reciente What's It Gonna Be (2015), que tiene temazos como este Touch Your Moonlight.





Y por último, el descubrimiento del año para el que suscribe: Ty Curtis, un guitarrista de Oregon con un estilo a caballo entre el blues melódico de Eric Clapton y el enérgico de Stevie Ray Vaughan. Cinco álbumes componen su discografía, tres con la Ty Curtis Band: Stubborn Mind (2006), Down on My Luck (2008) y Cross That Line (2010); y dos en solitario: Ty Curtis (2012) y Water under The Bridge (2014). Los he escuchado hasta la saciedad durante los últimos meses, y me hace preguntarme porqué demonios nunca antes había oído hablar de este tío, ya que todos y cada uno de ellos son geniales.

Así que mi regreso al blues eléctrico no podía haber sido mejor, y por lo que parece, tenemos cantera para rato. Que no pare.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Capturas pasajeras (3)

Ando estos días escaso de tiempo para escribir, así que vamos con otra retahíla de capturas pasajeras...


El machismo mata. Valparaíso (Chile), noviembre de 2010


No tirar escombrios. Tarragona, abril de 2012


Cerveza MUY fría. Budapest (Hungría), junio de 2015

PD: Click sobre las imágenes para ampliarlas.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Capturas pasajeras (2)

Segunda entrega de la sección Capturas pasajeras, con fotos tomadas por esos mundos de Dios...


Hora de comer. Lima (Perú), agosto de 2004

No molestar. Iruya (Argentina), noviembre de 2010

Tomates con sabor a tomate. Elorrio (Vizcaya), agosto de 2014

domingo, 6 de septiembre de 2015

Septiembre es traidor


Han pasado casi dos meses, y todavía me duele la muerte de Javier Krahe. Decía Sabina en una entrevista de hace un par de años que Krahe era un lujo que España no merecía, y mucho me temo que estaba en lo cierto. Creo que no se le ha hecho, ni se le hará, suficiente justicia, a tenor de la escasa repercusión mediática y de las de momento inexistentes reediciones de sus discos, libros o compilaciones de sus letras, quizás por la fecha de su fallecimiento, más cercana a las vacaciones de agosto que a un habitual periodo de publicación de novedades editoriales y discográficas.

Así que, como el que intenta curarse la resaca bebiéndose un cubata de whisky, o el que para superar la pérdida de una exnovia se acuesta con ella, llevo todo el verano repasando algunos de sus discos. Y uno de los temas que más he escuchado es este Navalagamella, con una letra ocurrente y muy acertada para las fechas en las que estamos: una canción sobre amores estivales, cuernos, despechos, y el traidor septiembre poniendo fin a la aventura. Una gozada lírica que da muestra, por si cabía alguna duda, de la maestría de Krahe en el dominio del lenguaje y de los dobles sentidos.



Navalagamella

Cuando fui infiel,
lo fui noblemente, de hotel en hotel;
cuando lo fue ella
lo fue por sorpresa en Navalagamella.


Jesús, qué trajín
Un tío en la sierra le hacía tilín,
un cuerpo serrano,
un novio perpetuo durante el verano.

Amor veraniego con casa y jardín.
tomillo y espliego,
romero y jazmín...
aromas sin fin.


Cuando fui infiel
lo fui por la miel de las lunas de miel
cuando lo fue ella
bebían sangría y comían paella.


Sin un buen arroz,
no entraba en materia su lobo feroz,
antes de ir al grano
al grano ir quería su cuerpo serrano.

Y aquí una gambita,
y aquí un mejillón,
la vida es bonita
y es dulce el melón,
pásame el porrón.


Cuando fui infiel
lo fui por pasar de una piel a otra piel
cuando lo fue ella
lo fue, qué egoísmo, por verse aún más bella.


Y, claro, es mejor
lucir el palmito cuando hace calor,
mostrarle al verano
su cuerpo desnudo y más que serrano.

Así, hasta que un día
se fue la calor,
su cuerpo se enfría,
se enfría su amor,
Septiembre es traidor.


Cuando fui infiel
fui fiel a mí mismo, fiel a mi papel,
cuando lo fue ella
en mi alma, tan dura quería hacer mella.


Y a mí me da igual
que use mis pañuelos, que hoy esté fatal
un cuerpo serrano
muy desmejorado, de tanto ir al grano.

Su amor veraniego
añora el festín,
tomillo y espliego,
romero y jazmín...
pues mira, a mí, plin.

jueves, 27 de agosto de 2015

Canciones de amor a quemarropa

Durante un parón en su gira internacional, un cantante de rock de éxito vuelve a pasar unos días en su lugar de origen, una pequeña población del estado de Wisconsin. Con este sencillo planteamiento se inicia Canciones de amor a quemarropa, y de hecho nos encontramos con una novela sencilla, cotidiana, sin grandes conflictos ni dramas. La verdad, por el título esperaba que la música tendría más peso en el argumento. Pero no: si el autor hubiera elegido un reputado pintor o un escritor famoso como protagonista, el resultado hubiera sido más o menos el mismo. Hay alguna referencia a Bob Dylan o a Neil Young, pero muy de soslayo, y la vida que interesa del cantante es la alejada de los escenarios, la que vive cuando es una persona “normal”.

Aun así, la historia está bastante bien, es una interesante reflexión sobre el hogar y la amistad. Aunque la gran baza del novelista es su capacidad para evocar los encantos de la América rural: los pueblos donde todo el mundo se conoce, los bares desvencijados con una jukebox donde pinchar American Pie, los campos de trigo extendiéndose por las llanuras, los silos de grano recortando el horizonte, las puestas de sol que duelen a los ojos... En eso, Nickolas Butler se descubre como un maestro: tanto que te hace rememorar y añorar esos lugares aunque, como es mi caso, nunca hayas estado allí.

Recomendable.

viernes, 14 de agosto de 2015

Capturas pasajeras (1)

Ahora que las circunstancias me obligan a viajar menos de lo que querría, mentiría como un bellaco si dijera que no echo de menos pasar los agostos por esos mundos de Dios: la escasa edad de las peques nos hará esperar unos años para volver a lanzarnos a la aventura como antaño, con la mochila a la espalda y cámara en ristre. Así que, para quitarme la morriña (aunque el resultado suele ser precisamente el contrario) de vez en cuando me da por visionar viejas fotos, entre las cuales hay algunas la mar de curiosas.

Éste es un blog sobre música, y lo seguirá siendo, pero me apetecía un montón compartirlas, así que abro una sección off topic con las imágenes más WTF! que he tomado por ahí. Hace unos años colaboré en un blog llamado Proyecto Captura cuyo objetivo era el mismo, un lugar donde colgar fotografías más o menos sorprendentes, así que esta nueva sección es hija de aquel blog, y de hecho hereda parte del nombre. Además, la foto que la inaugura ya la publiqué allí, si no recuerdo mal.

Pido disculpas a los que no les interese en absoluto este experimento, pero intentaré moderarme con el número de entradas dedicadas a él, y prometo seguir escribiendo posts sobre música. Posts que, por otro lado, me temo que tampoco son excesivamente interesantes para nadie, todo sea dicho...


Cuatro mejor que dos. Luang Prabang (Laos), agosto de 2007.

lunes, 27 de julio de 2015

Mi canción del verano 2015

¿Shakira? ¿Alejandro Sanz? ¿King Africa? ¿Georgie Dann? ¿El Koala? ¿Zapato Veloz? ¿Puturrú de Fuá? ¿De quién será mi summer song de este año? Si antes estaba desconectado de la radiofórmula y lo poco que sabía de los hits estivales era lo que oía por los bares, ahora que soy un padre "respetable" (toma eufemismo) que frecuenta "poco" (eufemismo number 2) los ambientes nocturnos, hay tantas posibilidades de que mi canción del verano coincida con la "oficial" como de que Pablo Albarán saque un disco de Nu-Metal.

Ya conté hace unas semanas que, para el que suscribe, el mejor álbum de este 2015 estaba siendo el Wonder Days de Thunder. He escuchado algunas novedades discográficas más de las publicadas este año, pero ninguna le llega a la altura del betún al discazo de los británicos. Así que la canción que me pongo cuando salgo del trabajo, cuando quiero una apuesta segura que me suba la moral, cuando encaro hacia la playa o la piscina, tenía que salir de este magno trabajo. Y la elegida es el sexto corte, un temazo llamado Resurrection Day que suena así de potente:



Otras canciones de otros veranos:

domingo, 12 de julio de 2015

Un adiós a Krahe


La pasada noche fallecía, a los 71 años de edad, el grandísimo Javier Krahe. No voy a hacer aquí un repaso a su trayectoria, con la obligada referencia al disco La mandrágora, de eso ya se encargarán los periódicos de mañana. Pero sí me gustaría realzar la importancia de su lírica magistral, que ha influido a tantos y tantos cantautores de este país. Su dominio del lenguaje era tal que solo Sabina, alumno aventajado, estaba a su altura, y la mordacidad de sus letras era única. A esas canciones ácidas, insolentes, coñonas, a la vez que estilísticamente insuperables le acompañaba el personaje: su flema era su rasgo más característico, y las dos veces que tuve la suerte de disfrutarlo en directo dio muestras de ella, con una desternillante sobriedad que me recordó al genial Eugenio.

En los últimos años se le adivinaba frágil, y de hecho en esas dos ocasiones tuvo que interrumpir alguna de las interpretaciones por un ataque de tos. Pero, cínico hasta la médula, Krahe no podía evitar reírse hasta de sí mismo y por ende de su precaria salud, y en 2010 publicó un álbum con el sublime título de Toser y cantar.

He estado pensando cuál de sus canciones era mi favorita, para que acompañara este pequeño homenaje: Villatripas, Un burdo rumor, La tormenta, Marieta, Ciencias ocultas, Los caminos del Señor, Ron de caña, Nos ocupamos del mar, En la costa suiza, Navalagamella... Me ha sido imposible decidirme . Así que he elegido la que, dada su escasa querencía por la fama y el reconocimiento público, creo que le sirve mejor como epitafio. D.E.P.



Y todo es vanidad

Gracias a mi conducta vagamente antisocial
temo no verme nunca encaramado a un pedestal:
no alegrará mi efigie el censo de monumentos,
no vendrán las palomas a rociarme de excrementos.

Y es una pena, la verdad,
porque sería muy bonito
seguir de adorno en mi ciudad
sobre un bloque de granito.

Pues qué penita y qué dolor,
no tendré estatua, no señor.

Gracias a mi postura más bien anticlerical
no será un siglo de éstos cuando entre al santoral:
no acudirán beatas a pedirme un milagrillo,
no vendrán los ladrones a vaciarme mi cepillo.

Y es una pena, la verdad,
porque tenía cierta gana
de echarle un ojo a la deidad
mientras me doran la peana.

Pues qué penita y qué dolor
no tendré culto no señor.

Gracias a que mi musa se las da de cerebral
son pobres mis compases para expresión corporal:
no danzarán mis prosas las reinas de discoteca,
no vendrán los carrozas a hacer su gimnasia sueca.

Y es una pena, la verdad,
porque sería algo inefable
cambiar la torpe realidad
y ser o Borges o bailable.

Pues qué penita y qué dolor
no tendré el Nobel, no señor.

Gracias a mi tozuda decisión existencial
no cabe entre mis planes dar ningún salto mortal:
no gozará las honras funerales mi alma en pena,
no vendrán los gusanos a tirar de la cadena.

Y es una pena, la verdad,
porque sería algo divino
ver cómo todo es vanidad,
y yo en decúbito supino.

Pues qué penita y qué dolor
no tendré esquela, no señor.

jueves, 25 de junio de 2015

Volviendo a las andadas

Si hace unos tres años me congratulaba porque los Blues Traveler habían publicado un trabajo digno tras unos LPs de lo más decepcionantes, hoy me apena decir que aquello fue sólo un espejismo. Y es que los neoyorquinos han vuelto a pifiarla en su último álbum, Blow Up The Moon (2015). A diferencia de algunos de sus discos de la década del 2000, que eran bastante experimentales y sosos, hay que decir que los Blues se han ido al otro extremo: la comercialidad. Resulta que ahora van de rollo reggae, funk, rap y mucho "na-na-nah" pastelero. En cada tema van acompañados de  grupos y artistas invitados, algunos conocidos como Hanson y otros que no le suenan ni a sus respectivos padres, como unos que se llaman 3OH!3 (¿cómo diantre se debe pronunciar eso?). El resultado es una colección de canciones facilonas y predecibles, que quedarían de fábula en el típico anuncio estival de cervezas, pero que no soportan más de tres escuchas.

En fin, seguiremos disfrutando de sus primeros discos, aquellas joyitas como su homónimo Blues Traveler (1990) o el superventas Four (1994). Pero queda clarito clarinete que los BT de ahora no son ni la sombra de lo que fueron.

sábado, 13 de junio de 2015

¿El disco del año?

Whitesnake, The Darkness, The Poodles, Nubian Rose, Halestorm, Santa Cruz, Hinder... Varios de mis grupos favoritos están publicando nuevo trabajo este 2015. A algunos ya les he echado una oreja, y a otros todavía no he tenido ocasión. Pero, y aun a riesgo de equivocarme ya que todavía no estamos ni en verano, me parece que ya sé cuál va a ser para mí el disco del año: el inesperado come back de los británicos Thunder, con su Wonder Days (2015). Una maravilla de álbum que cuanto más escucho más me gusta, y eso que ya lo he escuchado un porrón de veces..

En diciembre confirmaré si mi corazanada resultó cierta o si me equivoqué y descubrí algo mejor durante la segunda mitad del año. Pero alto, que digo alto, altísimo, ha puesto el listón la banda de Danny Bowes.



viernes, 22 de mayo de 2015

Santa Cruz: ¿héroes o villanos?

Grandes expectativas había generado el anuncio del nuevo álbum de los finlandeses Santa Cruz, después de aquel celebradísimo Screaming for Adrenaline (2013). El amigo Sammy lo etiquetó como "el mejor disco de hard/sleazy de los últimos 15 años", y yo mismo escribí que "si lo hubiera firmado Mötley Crüe en lugar de los debutantes Santa Cruz, todos estaríamos hablando del resurgir de la banda californiana".

Pero los dos primeros adelantos, en forma de vídeo (We Are The Ones to Fall y Wasted 'n' Wounded) trajeron el desconcierto: eran temas rarunos, con poco que ver con obras clásicas del sleaze, y convirtieron las esperanzas en recelos.

Finalmente, hace unas semanas el álbum, homónimo al grupo, vio la luz, y las sospechas se han confirmado. Ya desde los primeros compases que lo abren, de la canción Bonafide Heroes, nos damos cuenta que estamos ante un trabajo extraño. Al parecer, la joven banda ha intendado buscar un sonido propio que les distinga de las hordas de grupos revival que pululan actualmente por el hard rock actual (léase Steel Panther, The Darkness, Reckless Love, H.E.A.T., Love Cream, Deadly Sin...). ¿Consiguen los fineses este sonido propio? Pues sí y no. En sus nuevas canciones, los Santa Cruz captan influencias no sólo del sleaze, sinó también de muchas otras variantes del hard rock, tanto de los 80 como posteriores: hair-metal, grunge, post-grunge, crossover, funk-rock, rap... Así que en este trabajo son capaces de sonar a Bon Jovi, Anthrax, The Offspring, Red Hot Chilli Peppers, Rage Against The Machine... ¡todos en la misma canción! Es decir, no recuerdan a nadie en concreto, y a muchos a la vez.

Además, en mi opinión abusan de los coros del tipo "uo-uo-uoh" y "na-na-nah" y, sobre todo, de los estribillos, repetidos hasta la saciedad en cada tema. De hecho, a menudo, más que canciones "al uso", son reiterados estribillos conectados por solos de guitarra, batería, o los mencionados coros. Sirva como ejemplo el último sencillo extraído del LP, My Remedy:


A pesar de todo, he de decir que el Santa Cruz (2015) no me parece malo, y de hecho muchas cosas buenas se pueden decir de sus canciones: son enérgicas, descaradas, insolentes, atrevidas, y la notable destreza técnica de estos mocosos aporta algunos momentos brillantes. Pero, tras varias escuchas, el resultado global me sigue pareciendo desconcertante, y me deja una sensación entre "esto me suena" y "¿pero esto qué es?".

Me queda la duda de cómo soportará el paso del tiempo este disco. ¿Tanto estribillo y tanto gritito acabarán por hacerse pesados? ¿Será un álbum que iré recuperando de vez en cuando, o quedará olvidado en la jungla de bits de mi disco duro una vez lo saque del iPod? De momento, lo estoy disfrutando (sin que me vuele la cabeza), pero los meses dirán qué valoración final le doy a este experimento que todavía hoy me tiene descolocado. Y habrá qué ver qué senda siguen los fineses, si la de este sonido "propio pero ajeno", o la del sleaze revival de su debut. Las ventas y los bolos en esta nueva aventura lo dirán.

viernes, 15 de mayo de 2015

El Rey ha muerto


Robert Johnson, J.J. Cale, Paco de Lucía, los otros dos Kings (Freddie y Albert)... Todos dan la bienvenida al Olimpo de los dioses de la guitarra al verdadero rey, el gran B.B. King, que hoy ha dejado un poco más huérfano al blues. No por esperada (tenía casi 90 años y hacía tiempo que se le veía bastante maltrecho) la noticia ha sido menos dolorosa. El cariño, el respeto y la admiración que se ganó a pulso Riley B. King está al alcance de muy pocos, quizás de él solo. B.B. era un prodigio de la técnica, pero en sus seis cuerdas había mucho más: un feeling inigualable, un sentido del humor irresistible, un llanto sobrecogedor, un sello inconfundible con sólo dos punteos, una manera de hacer cantar a la guitarra como si tuviera voz humana... Además, su altruismo y generosidad le hicieron trabajar con casi todo el que se lo pidió: desde Eric Clapton en aquel memorable Riding with the King (2000) hasta Raimundo Amador, pasando por U2, Kenny Wayne Shepherd, Diane Schuur, Brad Paisley, Gary Moore...

No podía dejar pasar este día sin homenajear en este humilde blog al guitarrista más grande de todos los tiempos. El Rey ha muerto, viva el Rey.


domingo, 3 de mayo de 2015

miércoles, 29 de abril de 2015

Rafa Pons en la Sala Zero

Sala Zero (Tarragona), 24 de abril de 2015. Tres felices acontecimientos han tenido lugar en los últimos meses en torno a la figura de Rafa Pons, uno de mis músicos favoritos del panorama nacional actual. El primero, la publicación de su primer libro, A cuento de nada (2014), que leí en un pispás las pasadas navidades. El segundo, el lanzamiento de su cuarto álbum en estudio, Disimula (2015): un disco brillante, que ha alumbrado algunos de los mejores temas de su carrera, y que ya desgranaron fantásticamente los amigos de Necesito un rock'n'roll en este post.



Y por último, su regreso a Tarragona tras varios años sin tocar por estos lares: una cita a la que, por supuesto, no podía ni quería faltar. En el concierto, poco concurrido como ya es habitual, el cantautor barcelonés interpretó casi todos los cortes de Disimula, además de repasar algunas de sus canciones más emblemáticas (Julia Roberts, La mosso...) . No parece fácil caldear el ambiente cuando no hay más de 30 personas en el local (mientras los bares donde pinchan Shakira están a rebosar), pero mi tocayo no se amilanó, y salió un bolo estupendo, con buena música, cachondeo, improvisaciones, confesiones, y la siempre agradecida colaboración de Santi Noriega a la guitarra en alguna de las piezas. Así que los cuatro gatos que nos dimos cita en la Sala Zero lo pasamos en grande. Y a veces me da por pensar: ¿qué pasaría si Rafa Pons fuera un cantante de masas, como lo son Sabina o Fito? Pues que los pabellones, o los estadios, o donde fuera que tocara, estarían mucho más concurridos, y quizás llevaría una banda de lujo, y una escenografía espectacular. Pero seguro que también serían más predecibles, más impersonales, y no se establecería la complicidad que se crea ahora entre Pons y el respetable. Él ganaría mucha más pasta, claro. Pero para los feligreses que le seguimos desde su primer disco, conciertos como el del pasado viernes no tienen precio.

  




martes, 21 de abril de 2015

Whiplash


De Whiplash (2014) oí decir: "si buscas una historia que te reconcilie con el mundo, ésta no es tu película". Efectivamente, estamos ante un filme angustioso, taquicárdico, que te deja el cuerpo con una morbosa desazón. Un profesor de música muy exigente (merecidísimo óscar para J. K. Simmons) aprieta lo indecible a un alumno suyo, con el objetivo de convertirlo en el Charlie Parker de la batería. Así que esto no va de melomanía, sinó de obsesiones enfermizas.

Por suerte o por desgracia (probablemente por desgracia), mis intereses culturales siempre han sido muy "horizontales": sé un poco de literatura, un poco de música, un poco de cine, me defiendo dibujando, he viajado algo, escribo sin demasiadas faltas de ortografía... Pero nunca una pasión me ha arrastrado tanto como para dedicarme en cuerpo y alma, ni para intentar ganarme la vida con ella. Reconozco que me hubiera gustado dominar alguna actividad artística lo suficiente para destacar, o como mínimo para comer de ella. Pero, o nunca he estado lo suficiente dotado para ningún arte en concreto, o no he perseverado lo suficiente. Y, a modo de excusa, pienso que focalizarme solamente en una afición me hubiera hecho perderme otras (por ejemplo, empecé a tocar la guitarra, pero el hecho de que tuviera que renunciar a escuchar música mientras dedicaba horas a ensayar pronto me hizo abandonar la práctica del instrumento). Eso sí, lo que veo completamente fuera de mi alcance es obsesionarme tanto por una disciplina como el protagonista de Whiplash.


En fin, y para no aburriros con mis elucubraciones (aka pajas mentales), sólo decir que el filme es tan amargo como hipnótico, y el resultado global es fantástico. 100% recomendable no sólo para los amantes del jazz sinó también para cualquiera que desee sumergirse en las obsesiones humanas o conocer los niveles de exigencia de la música en las altas esferas profesionales. Un aviso: si lo veis por la noche antes de acostaros, os costará pillar el sueño..

miércoles, 8 de abril de 2015

Reencontrándome con Fito

La noticia de que Fito & Fitipaldis publicaba nuevo disco el pasado 2014 no me suscitó demasiado interés. Sus anteriores trabajos, tanto en estudio como en directo, me habían dejado bastante indiferente, y al primer golpe de oreja el single anticipo y su correspondiente videoclip me parecieron bastante insulsos.

Y sin embargo, ¡Oh sorpresa!: aunque el bilbaíno repite la fórmula de sus últimas entregas con una precisión casi enfermiza, he de reconocer que desde que lo cargué en mi iPod que lo estoy disfrutando, y mucho. Este Huyendo conmigo de mí (2014) suena más a Dire Straits que a un spin off de Platero y Tú, si es que alguna vez la actual banda de Fito Cabrales sonó a su anterior grupo: música sin aristas, impecablemente ejecutada, amable aunque no estrictamente comercial (a no ser que el blues, del cual bebe mucho este trabajo, suene en las galas de OT y yo no me haya enterado), y letras introspectivas pero asequibles (incluyendo una ración de crítica social en el tema Nada de nada). Por supuesto, la obligada instrumental (Umore ona), y una versión de un grande de la música hispana, como vienen haciendo los Fitipaldis desde su primer álbum. En este caso, el homenajeado es Javier Krahe, con una particular relectura de su clásico Nos ocupamos del mar, que casualmente también ha versionado Dani Flaco en su último LP, Versos y madera (2014).

Nada nuevo bajo el sol, pues. Pero, quizás por ser un oasis en el yermo desierto del panorama del rock estatal, se ha convertido en uno de mis discos favoritos de los publicados el pasado año en la lengua de Cervantes. Por cierto, otro de ellos es el mentado Versos y madera, al cual tengo pendiente dedicarle un post.


miércoles, 25 de marzo de 2015

Mi lista de podcasts

Delicatessen, de iCat.cat: En realidad estoy suscrito a este podcast porqué lo escucha mi mujer, que es una gran fan del programa. Aunque de vez en cuando se descuelgan con algo interesante (el otro día sonaron Dr. Feelgood y Los Deltonos), en general se trata de música muuuuuy tranquila, que yo defino como Música para insomnes desesperados. Grupos que se llamaran The Sheep Sleepers o Morfeo y los Dormidinas estarían en su salsa en este espacio. Yo lo evito siempre que puedo, por temor a la narcolepsia espontánea.

Saltamontes, de Radio 3: Jazz, funk, folk y sobre todo blues y soul, de la mano del erudito Ángel Lobo. Una gozada de podcast con música de calidad de todos los tiempos. Desde la leyenda del blues americano Sarah Vaughan hasta los gallegos The Soul Jacket caben en este fantástico programa, donde su conductor va saltando de canción en canción (de aquí el nombre, supongo) enlazándola por algún denominador común. Personalmente, me gusta mucho cuando pinchan diferentes versiones de un mismo tema, una detrás de otra.

El vuelo del Fénix, de Radio 3: Otro programa de Radio 3, en este caso de hard-rock y metal. Juanma Sánchez ofrece una buena colección de temas de grupos clásicos y nuevos, con especial hincapié a las bandas nacionales, que buena falta les hace que alguien les de voz. De vez en cuando hacen especiales la mar de interesantes, o entrevistas muy oportunas (hace unos días entrevistaron a un miembro de Soziedad Alkoholika por la reciente prohibición por parte del Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid de que tocaran en la capital española). Y es que, como leí por ahí, ¡tiene cojones que la Botella prohiba una sociedad alcohólica!
 

Little Steven's Underground Garage, de Rock FM: Me suscribí a este podcast para practicar el listening, pero el guitarrista de la E Street Band tiene un acento tan arrastrado que no pillo ni el "good evening" del principio del programa. La música es buena, con especiales sobre la historia del rock (hace unos programas repasaron el nacimiento del surf y del american rock garage), pero que no entienda ni papa de las diatribas de Steven le hace perder encanto.

La Órbita de Éndor: un podcast independiente que se ha convertido en un clásico. Antonio Runa y compañía hacen especiales imprescindibles sobre películas, cómics, series o juegos de rol, entre otras cosas del mundillo freaky. No lo sigo cada semana, ni mucho menos, pero he disfrutado enormemente sus monográficos de casi 4 horas (¡cada uno!) sobre True Detective, los Goonies, la saga de Indiana Jones, o el capítulo doble (más de 7 horas en total) sobre James Bond. Imprescindible para profundizar sobre la peli de ciencia ficción del momento.

La Competència, de Rac 1: Ya no sé cuantas temporadas lleva este programa de humor a cargo de Òscar Andreu y Òscar Dalmau, pero sigue siendo uno de los líderes de la radiofrecuencia catalana. El secreto: guiones desternillantes, personajes muy consolidados (el fascista Jep Cabestany, el becario Jan Pol Desgrava, el marroquí independentista Mohamed Jordi...), y otros nuevos que dan aire fresco a la fórmula. Insuperables las recientes incorporaciones del "experto" en informática Xose Antón Pazos de Vieira ("Pazos por parte de padre, Vieira por parte de madre") o del peluquero gay afincado en Miami Tebi Defuá ("Tebi Defuá Estilismo, what can I do for you, chocho?").

miércoles, 11 de marzo de 2015

Discos que no te salvarán la vida VII

 Domingo pasado fue el Día Internacional de la Mujer, y para celebrarlo, aquí va una edición femenina de Discos que no te salvarán la vida (pero que te pueden alegrar el día), con los últimos trabajos de 3  "currantas" del mundo de la música.

The Way I'm Livin' (2014), de Lee Ann Womack. Una de mis cowgirls preferidas sacó un fantástico nuevo álbum el pasado 2014. 6 años ha necesitado la tejana para publicar nuevo disco desde aquel Call Me Crazy (2008) que ya comenté aquí, pero la espera ha valido la pena. Country de calidad, menos melancólico que su anterior trabajo, y con mucho sabor a carreteras polvorientas, a moteles desvencijados, a bares anacrónicos a orillas de la Ruta 66... Y es que Lee Ann Womack es de aquellas cantantes por las que daría un brazo a cambio de poder escucharlas sentado en la barra de algún local a las afueras de Nashville, con una Budweiser en la mano y una indeleble sonrisa en mi cara.

 
 

24 Karat Gold: Songs from the Vault (2014), de Stevie Nicks. Como se adivina por el subtítulo del álbum, este 24 Karat Gold son temas de Stevie Nicks que habían permanecido inéditos, y que ahora ha regrabado con el otrora miembro de Eurythmics y ahora productor Dave Stewart. ¡Y menuda colección! 14 canciones (16 en la versión de luxe) que te hacen preguntarte: "¿Pero cómo puede ser que estas joyitas no se hayan publicado antes?". La voz más aterciopelada de Fleetwood Mac está inmensa en este trabajo, que para mí es el mejor de su carrera en solitario. Piezas que hubieran encajado perfectamente en el Mirage, en el Tusk e incluso en el Rumours, además de alguna que otra sorpresa, como la canción Cathouse Blues, donde Nicks cultiva un estilo nada habitual en ella. Oro de 24 quilates, pues, en esta sorpresa de disco.





Wallflower (2015), de Diana Krall. Otra veterana del mundillo que ha dado en el blanco, y de pleno, con su nuevo trabajo. Y es que al parecer este Wallflower está vendiendo lo que no está escrito en USA y Canadá. ¿El secreto? Tirar de clásicos del pop y llevarlos al particular terreno de la canadiense, o sea, a esa voz lánguida y susurrante que desarma al más pintado. Y así, Diana hace suyos oldies tan trillados como el California Dreamin' (de The Mamas & The Papas), el Desperado y el I Can't Tell You Why (ambos de Eagles), o el Don't Dream It's Over (de Crowded House). También hay lugar para temas menos previsibles, como el que da título al álbum (original de Bob Dylan) o un inédito de Paul McCartney llamado If I Take You Home Tonight. Así que Wallflower es un trabajo variopinto, que se sale de lo facilón cuando lo tentador hubiera sido limitarse a la apuesta segura de los clásicos, y que gustará a tu hija de 3 años y a tu abuela de 90. Como dice el título de esta sección, no te salvará la vida, pero su escucha es más que placentera.







miércoles, 4 de marzo de 2015

Rhythm'n'Sex

Hace meses que quería colgar este vídeo que me envió David. Pero entre aniversarios, nacimientos, gadgets nuevos, y la sempiterna falta de tiempo, no había habido forma de encontrar el momento, hasta ahora.

Se trata de una actuación de Layla Zoe, una canadiense heredera de Janis Joplin por su voz y estilo, y con un fantástico disco de debut, The Lily (2013) que estoy disfrutando enormemente. Le acompañan el guitarrista y el batería de su banda, además de la bajista Daniela Kruger (de la Daniela Kruger Band) y Jason Barwick, el virtuoso guitarra solista de The Brew.

El vídeo corresponde a una actuación de 2014 en Luxemburgo, y no tiene desperdicio. Miss Zoe da una demostración de sensualidad y lascivia. Y como los dos guitarristas le siguen el juego, la cosa se pone al rojo vivo. Ojito al minuto 6.25, y al trío que se marcan en pleno escenario. ¡Dinamita pura!


jueves, 26 de febrero de 2015

El sabor ochentero de Love Cream

Un nuevo e interesante trabajo de la oleada de rock revival que, afortunadamente, nos invade. Aunque esta vez la banda no viene de los paises escandinavos, como está siendo habitual, sinó de bastante más al sur. Love Cream llegan de Adelaide, Australia, y su debut se llama First Taste (2013).
Todo en este álbum sabe a 80: el nombre del grupo, metáfora sexual al estilo del de Whitesnake; la portada, con esas gafas tan ochenteras; los títulos de las canciones (Hot in the Dark, Love Train, Smokin' Bitch...). Y por supuesto, la música, 100% influenciada por la más festiva del hair-metal de hace tres décadas: Poison, Pretty Boy Floyd, David Lee Roth... Una ópera prima entretenida y repleta de humor guarrete, muy en la onda de Steel Panther, que no descubre nada, pero que asegura unas escuchas de diversión a los nostálgicos. Una nueva banda a seguir, que la semana pasada presentaba su primer videoclip, bastante patillero, pero correspondiente a uno de los mejores temas del disco: Spend the Night Together.

jueves, 19 de febrero de 2015

El sustituto

Pues ya tengo sustituto para mi agonizante iPod Touch 3: esta preciosidad de la foto adjunta (¡me refiero al reproductor de MP3, no a la moza!). Efectivamente, otro iPod Touch, en este caso de 5ª generación. La criaturita ha llegado al mundo con 88 gramos de peso, 12 cms de altura, y 16 Gb. de memoria, a las cuáles me he apresurado a embutirle algo de música.

 Hete aquí la ecléctica lista de los primeros discos que han sonado o sonarán en el nuevo gadget, por si a alguien le pica la curiosidad y no sabe dónde rascarse...


  • Adrenaline Rush (2014), de Adrenaline Rush
  • Back in Black (2001), de AC/DC
  • Can You Stand The Heat (2013), de Ana Popovic
  • Caustic Love (2014), de Paolo Nutini
  • Clash Of The Elements (2009), de The Poodles
  • Cool Kids (1983), de Kix
  • Disimula (2015), de Rafa Pons
  • Érase... (2014), de La Vela Puerca
  • First Taste (2013), de Love Cream
  • Get Close (1986), de The Pretenders
  • Good To Be Bad (2008), de Whitesnake
  • Great Western Valkyrie (2014), de Rival Sons
  • Here I Am (2012), de Oli Brown
  • Huyendo conmigo de mí (2014), de Fito y Fitipaldis
  • Look To Your Own Heart (2014), de Lisa Ekdahl
  • Los Zigarros (2013), de Los Zigarros
  • OST Begin Again (2014), de varios artistas
  • Platinum (2014), de Miranda Lambert
  • Shine For All The People (2014), de Mike Farris
  • Some Lessons (2005), de Melody Gardot
  • Tearing Down The Walls (2014), de H.E.A.T
  • The Complete Billie Holiday On Verve 1945-1959 (1992), de Billie Holiday
  • The Lily (2013), de Layla Zoe
  • The Number Of The Beast (1982), de Iron Maiden
  • The Search Goes On (2014), de Kamchatka
  • The Way I'm Livin' (2014), de Lee Ann Womack
  • Time Warriors (2013), de Horisont
  • Triumph and Power (2014), de Grand Magus
  • Uno Para Todos (2014), de La Vela Puerca
  • Versos y Madera (2014), de Dani Flaco
  • Voy Por Ti (1995), de Esturión
  • ...the Stories We Could Tell (2014), de Mr.Big
  • 24 Karat Gold (2014), de Stevie Nicks

martes, 10 de febrero de 2015

Réquiem por un iPod

Cuando en octubre de 2009 mis cuñados me trajeron un iPod Touch 3 de Nueva York, poco imaginé la tralla que le iba a pegar. Sin lugar a dudas, ha sido el gadget que más he usado en mi vida, ya que desde que me despertaba -con su alarma- hasta que me acostaba -usando una app que lo convertía en linterna para moverme por la habitación a oscuras-, el cacharrito de marras funcionaba de forma casi ininterrumpida. Lo he usado para navegar por Internet, para ver pelis y series en los viajes, como diccionario, para jugar, tomar notas, contestar correos, escuchar podcasts... Y para oír música, claro, que era su cometido inicial: con auriculares, conectándolo a la minicadena, al coche e incluso con el altavoz externo que lleva integrado, el cual ofrece una calidad paupérrima pero que te puede sacar de un apuro.

En el post donde anuncié la adquisición del iPod un visitante anónimo comentó: "Vamos, qu tus amigos te klo compraron pirata. Yo también me lo pillé . Menuda mierda de cacharro. Ya te darás cuenta ". Desconozco a qué se refería con "comprarlo pirata", ni cuál fue su amarga experiencia con el reproductor de Apple, pero he de decir que la mía no ha podido ser mejor, ya que pocos han sido los problemas que me ha dado, y muchas las satisfacciones.

Lamentablemente,un desafortunado incidente tuvo lugar hace unos días. Andaba yo con una tos de perro de no te menees, y apliqué el conocido remedio casero de dormir con un tupper lleno de agua sobre la mesita de noche, para humidificar el ambiente. Así que una mañana, sonó la alarma del iPod, la paré, lo fui a dejar sobre la mesita, y... ¡Chof! ¡Inmersión del reproductor en el tupper! Así, a la brava, sin manguitos ni unas clases de natación introductorias. Para mi sorpresa, el bicho sobrevivió, aunque con daños irreversibles: dejaron de funcionar para siempre la antena wi-fi y el altavoz externo, y la duración de la batería se ha reducido considerablemente.

Así que, dado que la inversión ya está más que amortizada, y agradeciendo al susodicho los servicios prestados durante tanto tiempo, ha llegado el momento de ofrecerle un bien merecido retiro. Y por supuesto, ha habido que buscarle un sustituto.