domingo, 27 de marzo de 2011

Llorando bajo la lluvia

El Chaltén, Patagonia argentina. 27 de noviembre de 2010. Dios nos cría y el viento nos amontona, reza la versión patagónica del refrán Dios los cría y ellos se juntan. En El Chaltén, el viento es protagonista de la vida diaria, un viento huracanado que sopla día sí y día también, que doblega árboles y obliga a los montañeros a agarrarse a las rocas si no quieren despeñarse ladera abajo. Por suerte, hoy empieza a arreciar cuando ya he terminado la espectacular caminata a la base del Fitz Roy y estoy de vuelta en el pueblo, una pequeña localidad de unos cientos de habitantes que lucha con más ahínco que éxito para que el turismo de masas no acabe con su alma remota y alternativa.

Un par de cafeterías, algunos restaurantes y varias tiendas de recuerdos se extienden por la calle principal, todas casi vacías por ser temporada baja y por lo fronterizo de la hora, a caballo entre la merienda y la cena. El viento me encoge las espaldas y me arranca lágrimas de los ojos, así que busco un lugar para refugiarme hasta que el ciclón se calme. Entro a la tienda de souvenirs más próxima, donde el dependiente, de pelo largo recogido en una cola y con una camiseta de Airbourne, trastea distraído en el ordenador del mostrador. Le saludo y empiezo ojear las estanterías repletas de baratijas. Y de repente, unas notas suenan por los altavoces del establecimiento, y ya no puedo fijarme en las tazas de cerámica, ni en las bolas de cristal donde cae nieve al agitarlas, ni en las artesanías Made in China. Sólo puedo quedarme quieto, y disfrutar de un tema que hacía años que no oía, y que aún hoy me sigue poniendo la piel de gallina.

¿Existe una canción mejor?



lunes, 21 de marzo de 2011

Las cosas de Rafa Pons

No sé si cagar o tocar el arpa. Así comienza el último trabajo de Rafa Pons y el tema que le da título, Persona, animal o cosa (2011). Y, en cierto modo, vaticina cuáles serán los derroteros por los que irá la lírica del cantautor barcelonés en este su tercer disco: expresiones cotidianas, a veces incluso soeces, combinadas con poesía y sentimiento. No sé si amarte valdrá la pena, y si en diez años aún estarás tan buena, reza la misma canción, que habla, como casi todas, del amor pasados los 30. Ese amor que ya no es ciego, incondicional, kamikaze, sino cauteloso, inseguro de que vaya a salir bien, pero sin resentimientos si sale mal: No voy a salir corriendo cuando llegue el dolor, ya no me asusta el invierno, me doy más miedo yo, canta Rafa en el segundo corte, A que me enamoro. También al amor sin ataduras explícitas, a esas aventuras que se prolongan más de lo previsto: Confiesa que no le van los rollos modernos, pero me advierte que no me crea que esto va en serio, suena en Que pasen cosas, con un sonido muy Dire Straits. En El último pedazo del pastel Rafa usa el cinismo más afilado para dar por finiquitada la relación: Será mejor que no me llames, ya no hay nada por hacer, tú nunca follas los martes, hoy no vengas a joder. Y así, gran parte del resto del álbum, cantado en primera persona, y que se complementa con algunas letras más fiesteras como La mosso (Comenzó en una noche de farra, yo me enamoré de una mosso de esquadra) y La historia del loro cabrón (toda ella más propia de Los Inhumanos que de un cantautor al uso).

Musicalmente, Persona, animal o cosa se aleja de la canción de autor lánguida y melancólica, y sólo dos temas (Será y Cuando se nos mueran los Maestros) tienen un ritmo taimado. Hay lugar para un par de rumbas (La mosso y Pobre dinosaurio), pero el resto es pop-rock de raíces americanas, ya que Pons se ha confesado Springsteeniano en más de una ocasión. Además, todos los cortes gozan de la frescura otorgada por haber sido grabados en estudio pero en directo, todos los instrumentos tocando a la vez en lugar de pista a pista. Como contrapartida, la experiencia ha dado un sonido quizás demasiado homogéneo al disco, y en el primer contacto puede parecer que suena todo bastante igual. Pero son las sucesivas escuchas las que permiten descubrir el alma de cada canción.

Resumiendo: un fantástico trabajo del gran Rafa Pons. Cosas, animaladas... pero sobre todo mucha persona, mucho corazón y buen hacer a cargo del barcelonés.



miércoles, 16 de marzo de 2011

Lo hemos conseguido

Llevamos más de cien años devorando selvas, exterminando especies, usando los océanos como vertederos, vomitando veneno a la atmósfera, agujereando la capa de ozono y la corteza terrestre, despreciando las energías alternativas, conduciendo coches cuanto más grandes mejor, consumiendo sin límite...

Y apostando por la energía más letal. Para poder ir en camiseta por casa en invierno, para estar fresquitos en verano, para poder enchufar todos nuestros electrodomésticos, recargar nuestros móviles, fabricar nuestros juguetes electrófagos... Ignorando el peligro de la radioactividad, justificándonos con que esa energía es indispensable para mantener nuestro tren de vida, autoconvenciéndonos que es segura, que lo tenemos todo bajo control, confiando que no habrá ningún terremoto cerca de una central, ni un tsunami, ni un incendio, ni un atentado terrorista.

Ahora, el peligro nuclear se cierne sobre todo un país. Decenas de millones de personas amenazadas por unas circunstancias que no se podían dar, que no iban a ocurrir.

Lo hemos conseguido, podemos estar orgullosos.



jueves, 10 de marzo de 2011

La delgada línea a cuadros

Hace unos días un compañero de trabajo bastante metalero me prestó su iPod, para que husmeara a la búsqueda de discos que pudieran gustarme. Entre portadas con calaveras descarnadas y bebés destripados encontré un par que se salían de la norma y que llamaron mi atención. Di unas escuchas a los dos álbumes y me gustó lo que oí, así que me hice con ellos. El acierto fue pleno: ambos son de grupos que no conocía, brutales los dos, y etiquetados como classic rock el primero, y post-grunge el segundo. Es decir, los dos de rock duro, pero estilísticamente uno a cada lado de la línea que trazaron los de "las camisas a cuadros", como les llama Pupilo Dilatado.

El disco etiquetado como classic rock es la edición especial de un trallazo llamado Rise, de los irlandeses The Answer. Al parecer, el Rise original (2006) fue un éxito de ventas en UK y Japón, y casi todo en él me suena a Led Zeppelin: desde las guitarras incendiarias a la voz aguda de indiscutible sabor robertplantiano. Aunque hay algunos toques de crossover, la mayoría de los temas son hard rock y blues-rock de la vieja escuela. Una delicia de disco, del cual en 2007 se hizo la special edition que estoy disfrutando estos días, con temas inéditos, en directo, en acústico, e incluso una versión del Sweet Emotion de Aerosmith.

El segundo disco, el etiquetado como post-grunge, es Take It to the Limit (2008), del grupo Hinder. Hinder es una banda de Oklahoma que hace un rock lúdico-festivo de sonido heredero del grunge, pero que flirtea con el sleaze de Mötley Crüe y similares. Vilipendiados por AllMusic.com, que puntúa sus álbums con unas raquíticas 1,5 estrellas, Hinder no inventarán la sopa de ajo, pero divierten de lo lindo con su música fresca e irreverente. Supongo que la edición de Take It to the Limit que estoy escuchando también debe ser una especial, porque incluye varias bonus tracks en vivo, en acústico, en vivo y en acústico, y una versión de Thunderstruck de AC/DC.

En definitiva, que lo estoy pasando en grande con estos dos discazos, que demuestran que sí, que hay un antes y un después del Nevermind aquel que trazó una delgada línea en la Historia de la música, una manera de hacer las cosas, y que los que las hacen como antes de 1991 hacen un tipo de rock, y los que las hacen como después hacen otro. Pero lo importante es que el rock sigue su curso, y sigue siendo capaz de emocionar, de conmocionar, de divertir, y de reventarte la cabeza. Lleve la etiqueta que lleve.





viernes, 4 de marzo de 2011

Vicios y virtudes de Chico y Rita

ATENCIÓN: Los que tengáis intención de ir a ver Chico & Rita, evitad leer este post. No hay spoilers, pero puede crear expectativas y prejuicios sobre la peli. Id a verla, y luego opináis.


Vicios


- El argumento, bastante flojo
- Los diálogos
- Los personajes, muy unidimensionales (y no me refiero a cómo están dibujados).
- El acento y argot cubanos, que podían haber dado para más
- El humor y el sexo, demasiado comedidos

Virtudes

- La música, por supuesto
- La recreación de La Habana y el New York de los años 50
- Los pequeños detalles, como el cenicero triangular de Martini
- Los "cameos" de Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Nat King Cole, Tito Puente...
- Las persecuciones y las carreras en coche

En definitiva, interesante más por las partes estética y musical que por la historia y los personajes. Recomendable, aunque deja la sensación de que pudiera haber sido una gran película con unos guionistas más esmerados.