miércoles, 30 de julio de 2008

Se hace Camino al andar

Llegaron las vacaciones, y otra vez mi mochila espera en una esquina, lista para levantar el vuelo. Este año me quedo cerquita: en dos horas sale mi autocar a Pamplona, y de ahí otro a Roncesvalles, desde donde haré con un amigo un tramo del Camino de Santiago. El plan es ir siguiendo el Camino Francés unos 10 ó 12 días, hasta que nos cansemos. Aunque, visto lo que hemos entrenado, ya podría ser que la ruta final fuera Roncesvalles - Pamplona - Marina d'Or Ciudad de Vacaciones.

Como me han recomendado encarecidamente que lleve el menos lastre posible, he decidido dejar en casa mi reproductor de MP3, y cargar algo de música en los 512 Mb de la tarjeta del móvil. Pensé en hacer una selección de 5 o 6 álbumes imprescindibles, pero finalmente he elegido unos discos que todavía no he escuchado, a ver qué tal. ¿Arriesgado? Soy un hombre al que le gustan las emociones fuertes ;-)

Hete aquí la lista:

Alice Cooper, Dirty Diamonds: Disfruté del Sr. Cooper en los 80 y 90, y tenía ganas de escuchar qué está haciendo últimamente.
Augustana, Can't Love, Can't Hurt: Recomendación expresa en un comentario de Manolo, así que no la podía dejar pasar.
Beth Hart, 37 Days: Hace unos días me enteré que Beth Hart lanzó un nuevo trabajo en 2007. Su anterior disco es uno de mis favoritos, así que a ver qué tal éste.
Sister Hazel, Absolutely: Tras unos discos iniciales notables y los siguientes bastante mediocres, AllMusic.com puntúa con 4 estrellas este álbum de Sister Hazel. Veremos.
Soul Atac, Soul Atac: Hace un par de semanas vi en directo a esta banda de funky valenciana y me encantaron. ¿Sonarán igual de bien en estudio?
Varios Artistas, BSO My Blueberry Nights: Acabo de ver la película, y espero que la banda sonora me la recuerde. O al menos, que me sirva para conciliar el sueño entre los ronquidos que al parecer inundan las habitaciones de los albergues.

Como siempre, el blog queda en las manos expertas de David, así que sólo me queda despedirme y agradeceros vuestro paso por esta Calle del Bourbon. Feliz agosto a todos, y nos vemos en unos 15 días... ¡si sobrevivo!


lunes, 28 de julio de 2008

My blueberry nights

El año pasado oí que Wong Kar Wai estaba rodando una nueva película. El panorama no podía ser mejor: la preciosista dirección del artífice de Deseando amar, la fotografía a cargo de Darius Khondji (Delicatessen, Seven...), independiente, tintes de road movie, banda sonora de Ry Cooder, fantásticos actores (Jude Law, Rachel Weisz, David Strathairn, Natalie Portman...) y, sobretodo, mi Norah Norah Norah como protagonista.

Pero mis ilusiones chocaron con el nulo eco mediático de su estreno: no oí nada en televisión, apenas comentarios en los blogs que frecuento (sólo este post del ascensorista, que no leí para no influenciarme), y no la programaron en los cines de mi ciudad (donde el cine independiente brilla por su ausencia, todo sea dicho). Así que, cuando la conseguí, hace unas semanas, estaba bastante receloso. Mucho me temía que la película me iba a defraudar, que la falta de promoción era motivada por la escasez de calidad del producto final, y que mis expectativas iban a quedar esparcidas por los suelos y en trocitos muy pequeños. Así que no ha sido hasta esta tarde que me he decidido a ver My Blueberry Nights.

Y... ¡¡¡WOW!!!

jueves, 24 de julio de 2008

Regalos para mis oídos

Os dejo tres pequeñas joyas que me han alegrado los oídos esta semana.

1) La maravilla de Jeff Healey en directo (we will miss you, man), tocando blues lento, como muy pocos saben hacer:

(tendréis que clickar el enlace, en este vídeo se ha desactivado la inserción)


2) El Fooled Again de Ritchie Kotzen, genial guitarrista de Poison y Mr Big, rock clásico con un sonido moderno. ¡Qué tema imprescindible!





3) La genial Mama Kin de unos crudos Aerosmith. Genial voz de directo en la mejor época de la banda





Nos vemos las calvas.

lunes, 21 de julio de 2008

Hijos de la gran chingada

Pues ya les conté que cuando yo era chamaquito escuchaba unas cintas de música que me dejó la mamasita de mi papá. Y de esas cintas, la que más me latía, tenía la bola de rancheras de artistas mexicanos bien chidos, como José Alfredo Jiménez o Armando Manzanero.

Ya de chamacón me gustó buscar sonidos que mezclaran el rock con el folklore de acá nuestro México, y descubrí a algunos grupos bien padres como The Mavericks, deSol o Los Lonely Boys, aunque cantaban en inglés y hacían una música más para gringos que para nosotros los hispanos. Pero gracias a un post de mi cuate Maese Rancio, recién encontré a unos cabrones que no paro de escuchar: Chingón, la banda del director de cine Robert Rodríguez.

¡Yahuaaa, qué gran grupo! En su segundo y último disco, Mexican Spaghetti Western, estos hijos de la gran chingada interpretan temazos mexicanos como Malagueña Salerosa (incluída en la BSO de Kill Bill, vol. 2), Cuka Rocka (una versión bien pendeja de La Cucaracha) o Cielito lindo, pero así con guitarras bien mamadas y tocados a toda madre. ¡Ándelen y no dejen de abrir sus orejitas para oír tan tremenda canción!





Así que desde aquí esta Calle del Bourbon, que ahorita mismo voy a bautizar como del Tequila, gracias güey por el descubrimiento... ¡y que viva Jalisco, huevones!


PD: Perdón a todos los mexicanos por el atropello a su lengua, y un abrazo desde el Este del Atlántico.

miércoles, 16 de julio de 2008

Jeff Healey connection

Más veces de las que me gustaría vienen a mi mente pensamientos de nostalgia, de un tiempo en que ese cóctel explosivo llamado adolescente empieza a darse cuenta de que la vida es hermosa a pesar de todo, y de que la música que empieza a acompañarlo a todas horas va a formar parte de su vida para siempre, ligada a situaciones y momentos especiales, cual banda sonora de pasiones y desengaños.

Un tiempo en que descubres discos que te vuelan la cabeza, canciones maravillosas que sabes con certeza que se han escrito solo para ti, momentos de soledad buscada donde descubres que significa estar en calma contigo mismo y, por encima de todo, la noche y el rock como un estilo de vida (y no precisamente 0,0%).

Probablemente estéis pensando ya que lo que me pasa se llama vejez, y recién cumplidos los 35 podría empezar a estar de acuerdo, pero más bien creo que es el efecto que me produce escuchar discos que me conectan con esa época. En particular, el esencial Mess of Blues de Jeff Healey, un trabajo comercializado tan solo pocos días después de su temprana muerte a los 41 años, este mes de marzo. Jeff es uno de los grandes que me ha alegrado siempre la vida, y mucho.


Intentando ser lo más objetivo posible, solo puedo calificar a Mess of Blues de excepcional. Aunque algunos de sus temas han sido grabados en vivo, no se trata de un trabajo de directo, pero suena como si lo fuera, fresco e inmediato. Se nota que Jeff hace lo que le gusta y disfruta haciéndolo, y eso es destacable porque este es su primer disco de blues en 8 años, en un hiato dedicado por entero a su proyecto alternativo de swing jazz, con el que grabó 2 discos a la trompeta. Como dice el mismo Jeff, "Me gustaría demostrar a la gente que mi respeto por el blues permanece tan fuerte como siempre, igual que el compromiso que tenemos con la gente que viene a oírnos cuando tocamos" (link)

Este un disco de aquellos que apetece comprar, por los que vale la pena pagar, un homenaje póstumo a un artista con el que siento una conexión. Uno de los grandes, de aquellos en que cada nota es personal, sincera, arriesgada y llena de feeling.

Pegádle una escucha, compradlo si podéis. Estoy seguro que os conectará con lo mejor de vosotros mismos.

lunes, 14 de julio de 2008

Diáspora londinense

Este fin de semana he estado en Londres, y como últimamente este blog me sirve más de baúl de los recuerdos (uh-uh) que para comentar discos y grupos, voy a colgar aquí unas fotos. Las hice el sábado en Hyde Park, donde se celebraba el Diaspora London Music Village, un festival de músicas de around the world organizado por la ONG Cultural Co-operation. Como todo tutti-frutti que se precie, hubieron actuaciones más y menos interesantes, pero en general la experiencia fue muy positiva: buena música, buen rollito, mucha multiculturalidad, y el tiempo acompañando, lo cual es todo un lujo en la capital de UK.

Llegamos cuando terminaban Guillermo Rozenthuler and Rioplatenses (Argentina), y fue una lástima porque lo poco que pudimos oir prometía. Sólo intuimos el final de una canción, un tango fusionado con jazz que sonaba fantásticamente bien. Por cierto, no me dio tiempo ni a acercarme al escenario, así que el único testimonio gráfico que tengo es la siguiente foto:


A continuación, London Jing Kun Opera (China), una par de tenores orientales ataviados con unos imposibles trajes tradicionales y cantando opera. Supongo que a los chinos les debía parecer lo más, pero la verdad, las interminables explicaciones de la presentadora comentando cada detalle de los trajes, la taladrante música folclórica china (secuenciada) y las voces histriónicas de los intérpretes hicieron la actuación bastante "abulida".


La cosa se animó con Cheb Nacim (Algeria) y su banda, que fusionaban raï ("género musical iniciado a principios del s. XX en los alrededores de Orán", según la Wikipedia) con sonidos latinos. Pese a ser las 4 tarde de la tarde, las espectadoras más animosas se levantaron para contornear el vientre a ritmo de música árabe.


Tras Cheb Nacim salió a escena Chen Wang (China), una lánguida cantante oriental, sin acompañamiento musical. Nos temíamos otro peñazo como el de la ópera china, pero no. En una brevísima actuación de sólo 15 minutos la chica ofreció dos maravillosas interpretaciones a capella que nos pusieron la carne de gallina.


Luego el concierto decayó con el folclore hindú a cargo de la violinista Jyotsna Srikanth (India), bastante muermo. Supongo que mis contaminados oídos occidentales no están acostumbrados a este tipo de música, y como ya se nos estaba borrando la raya del culo de tanto estar sentados en el césped, fuimos a dar una vuelta por Hyde Park.


A la vuelta ya estaba tocando Klezmer Klub, una banda de música judía procedente de Europa oriental. Polka y sonidos gitanos que volvieron a hacer danzar al público, esta vez cogidos de las manos hasta formar una serpiente humana a la que se unió la vocalista del grupo.


Y por último, Osvaldo Chacón y su Timba (Cuba), que a mi parecer, fueron lo mejor de la tarde. Salsa afrocubana a cargo de una multiétnica banda, maravillosa instrumentalmente y liderada por un magnífico cantante que con su duende cubano y su torpe inglés hizo levantar a todo el mundo, acompañar a las palmas, corear las cumbias y pedir "Otra, otra" (que no "Another, another").

Aun quedaban por actuar Africa Jambo (Congo), pero se hacía tarde y el hasta entonces clemente tiempo londinense estaba volviendo a sus (malos) hábitos, así que retiramos con buen sabor de boca por la muestra de world music a la que habíamos asistido. La tarde del domingo continuaba el festival pero, desgraciadamente, mi avión salía a mediodía.

lunes, 7 de julio de 2008

Recuerdos

Mi madre cuenta que, a los 3 años, yo era un auténtico terremoto, un diablo de Tasmania en miniatura que no podía estarse quieto un segundo: corriendo de lado a lado del comedor, poniéndolo todo patas arriba, subiéndome por los muebles, metiendo los dedos en los enchufes... Vamos, lo que ahora se denomina un hiperactivo, aunque hace 33 años se conocía como un insoportable cabroncete.

Por aquel entonces entró en casa el primer reproductor de cassette, un Sanyo portátil, con funda de plástico negro y un solo altavoz. Y ese día me senté en el sofá, puse el reproductor sobre mis piernecitas, y empecé a escuchar un puñado de cintas que mi abuela nos dejó. Ponía una cinta, le daba al play, escuchaba un trozo de canción, daba al stop, rebobinaba, volvía a escuchar el trozo, volvía a parar, rebobinaba, cambiaba de cinta, le daba al play... y así horas y horas. Cuando mi padre llegó de trabajar y vio la tortura a la que estaba sometiendo al pobre aparato, propuso a mi madre quitármelo, o con tanto trajín lo iba a romper.

-¡De eso nada! -atajó mi madre. - Es la primera vez que el niño está más de cinco minutos quieto y sin destrozar nada, así que nadie le va a quitar el cassette si no es por encima de mi cadáver. Y si lo rompe, ¡le compraremos otro!

Y así fue como pasé interminables horas en ese sofá marrón, trasteando ese Sanyo, escuchando cintas de mi abuela (de hecho, iba a hablar de una de ellas al empezar este post, pero me he dejado llevar por los recuerdos), pulsando el play, al stop, rebobinando y dándole otra vez al play. Creo que esa es una de las imágenes más antiguas que tengo de mi infancia.

miércoles, 2 de julio de 2008

Segundo trabajo de los Black Stone Cherry


Los que disfrutamos con el debut de los jóvenes pero geniales Black Stone Cherry estamos de enhorabuena, ya que el próximo día 22 de Julio podremos deleitarnos con Folklore and Superstition, el segundo trabajo de estos southern-hard-rockers, que como podreis comprobar al escuchar el single de adelanto, sigue con ese nivelazo.

Para los guitarristas, Black Stone Cherry son endorsers de Peavey, y hacen uso extensivo del ampli 6505+, excelente sucesor del mítico 5150, diseñado en colaboración con Eddie Van Halen, y uno de los amplis más cañeros y a la vez cálidos del mercado.

Estaremos atentos a ellos.