lunes, 30 de mayo de 2011

En un avión de papel

Tras el éxito de Raising Sand (2007), el disco en colaboración con Robert Plant que acaparó un buen puñado de premios Grammy, había un dilema sobre los derroteros que seguiría la carrera de Alison Krauss. ¿Volvería a hacer un disco tan onírico como el antes mencionado, de tintes folk, tal vez a medias otra vez con el propio Plant? ¿O reuniría a su banda de siempre, los Union Station, con los que no publicaba desde aquel magnífico Lonely Runs Both Ways de 2004, y volvería al bluegrass?

Las dudas se desvanecieron el pasado mes de abril, cuando vió la luz Paper Airplane (2011): la señorita Krauss ha vuelto con Union Station para facturar otro bellísimo álbum de bluegrass. Pocas sorpresas en este nuevo trabajo, fiel continuación del Lonely Runs Both Ways: canciones aterciopeladas, sin aristas, sin estridencias. Banjos, mandolinas, violines y, como principal baza, la voz de Alison Krauss, en canciones como Dimming of The Day, Lie Awake o la que da título al álbum. Pequeñas perlas que se pueden disfrutar en el porche de una granja de Illinois con sólo cerrar los ojos: con ese don que Dios le dió, Krauss te sube a un avión de papel y te transporta al Medio Oeste americano, deslizándote sobre el viento que mece los campos de trigo.

Como en anteriores ocasiones, también hay algunos temas -Dustbowl Children, On The Outside Looking in- donde los Union Station cogen las riendas y hacen un bluegrass más asilvestrado. Pero que nadie se equivoque, el tema más acelerado de los US es una balada al lado del tema más lento de otras bandas como la The Reverend Peyton's Big Damn Band. Así que el resultado no desentona en absoluto en el disco y su armonía con el universo.

En definitiva, los que anden ávidos de southern o country rock, que busquen en otro lado. Esto es música de raíces, pero de las raíces de la planta del algodón. Blanca. Suave. Esponjosa. Ingrávida.



martes, 24 de mayo de 2011

Orgullo y prejuicios

Mayo de 2011 está siendo un mes que, de momento, ha traído un par de grandes sorpresas: una muy grata, y la otra muy infame. Desgraciadamente, ninguna de ellas es quién ha ganado las elecciones: cuando la clase trabajadora sufre, quien más sube es la derecha. ¿Paradójico? ¿Ilógico? ¿Inexplicable?. Quizás sí, pero hace tanto que pasa que no ha dejado boquiabierto a nadie.

La gratísima sorpresa han sido las movilizaciones del 15-M. Decía Bukowski que la diferencia entre democracia y dictadura, es que con la democracia, primero votas y luego obedeces; y con la dictadura, te ahorras el ir a votar. La plataforma Democracia Real Ya ha conseguido lo que nadie creía posible: la movilización de cientos de miles de personas para reclamar un verdadero gobierno del pueblo y una sociedad más justa. En un país tan poco acostumbrado a la revolución y a la lucha por los ideales libertarios (recordemos que Franco fue de los pocos dictadores del mundo que murieron sin ser derrocados), me ha maravillado la protesta de los indignados que, hartos del mamoneo imperante, han gritado al resto del mundo que, en España, hay gente harta de ser sodomizada por los que tienen la sartén por el mango.

La otra cara de la moneda ha sido la funesta sorpresa del auge de la Plataforma per Catalunya, un partido que basa su discurso única y exclusivamente en los prejuicios raciales. De no tener representación en prácticamente ningún ayuntamiento, el PxC ha conseguido 67 regidores repartidos en varios municipios catalanes. Vergonzoso lo de esta manada de xenófobos y su séquito de votantes, que se creen mejores que otros por el mero hecho de tener el color de la piel diferente o por haber nacido a un lado u otro de las fronteras de la piel de toro. ¿Cuándo surgirá un partido que prometa luchar contra la corrupción, por ejemplo, en lugar de culpar de todos los males de la sociedad a los inmigrantes? Nunca, probablemente, porque no sacaría más que un puñado de votos. Porca miseria...

lunes, 16 de mayo de 2011

Born into This

Hace unos días vi Bukowski: Born into This (2003), la película-documental del director John Dullaghan sobre uno de mis escritores favoritos: Charles Bukowski. Se trata de un reportaje imprescindible para los amantes del autor de Escritos de un viejo indecente, con cantidad de entrevistas a sus novias, a su viuda, a sus amigos, a su primer editor, a su jefe cuando trabajaba en la oficina de correos, y sobre todo a él mismo. Minutos y minutos de reflexiones, donde repasa su vida desde su durísima infancia de niño maltratado, además de soltar de vez en cuando alguna de sus frases míticas, como

"El sexo es algo que puedes hacer cuando no puedes dormir."

También habla de su recién adquirida fama, de qué significa para él haberse convertido en un escritor de éxito:

"Todo, en algún momento de mi vida ha llegado tarde. Los tipos como tú, desfilando ante mí sus cámaras y toda esa mierda. De algún modo lo sabía. Me da ganas de romperlo todo y decirles que se lo metan por el culo. Ya sabes. Las jovencitas rubias de coños firmes han llegado muy tarde. Las cámaras han llegado muy tarde.(...) Han llegado muy tarde, pero yo soy muy fuerte. Los dioses me dieron una coraza. Realmente que si. Me han puesto en el momento justo en el sitio exacto. Y todavía son buenos conmigo."

El filme también incluye entrevistas con artistas como Sean Penn, Tom Waits o Bono, que define así su primer encuentro con la obra de Buk:

"Pude descubrir un nuevo estilo de literatura, más directo y alejado del que habían establecido los beatniks. El estilo de los beats era más artístico porque jugaba más con el lenguaje. Era más rico y prosaico. Pero leer a este tipo te dejaba exhausto. Era como un golpe directo a los huesos, hasta la médula."

En definitiva, un documento esencial para cualquier seguidor de la cruda lírica del eterno Charles Hank Bukowski. Todo un personaje.



miércoles, 4 de mayo de 2011

Saca la lengua

Hace unos días me topé con este vídeo, donde miembros de Plataforma per la llengua y de otras entidades interpretan un lip dub dando soporte a la lengua catalana. En él participan actores, músicos y presentadores de televisión, además de mucha gente anónima, entre ellos varios inmigrantes. Aunque el lip dub (sobre la canción Corren del grupo de Manresa Gossos) no me ha gustado tanto como el de la Universidad Politécnica de Barcelona, me parecen loables iniciativas como ésta: que la gente se sienta orgullosa de una lengua (que es el contenedor de una cultura), y que así lo exprese.




Más o menos por las mismas fechas, en un reportaje de televisión vi unos extractos de un mitin político en Valencia. Ante un panel con el lema Hui més que mai ("Hoy más que nunca"), el alcalde de Vila-real empezó a dirigirse a la audiencia en valenciano. Al instante, fue abucheado por el público (¡por hablar valenciano en Valencia, qué desfachatez!), y alguien le gritó "¡en castellano!". Rápidamente el alcalde se disculpó con una sonrisa forzada, y continuó en castellano.

Tras algunas intervenciones más, fue el turno de María José Català, alcaldesa de Torrent. Empezó su discurso diciendo que iba a hablar en castellano, por supuesto, y pedía perdón de antemano si se le escapaba algún palabra en valenciano, ya que ésa era su lengua materna, "tengo este defecto, qué le vamos a hacer" (sic). ¿Cómo se puede ser tan rastrero? ¿Cómo se puede ser tan miserable para renegar de cualquier lengua, y aún más de la lengua materna?

Entidades culturales y políticos vendidos: el amor desinteresado y el odio oportunista a un idioma, a una cultura.

domingo, 1 de mayo de 2011

Eliane Elias en el Metropol

Teatro Metropol (Tarragona), 15 de abril de 2011. Para celebrar su mayoría de edad (¡18 ediciones, ya!), el Festival Internacional de Dixieland de Tarragona programa como actuación estelar a la mítica Eliane Elias. La pianista brasileña no está de gira por Europa ni tiene ningún compromiso por nuestros lares: ha volado directamente desde New York para ofrecer el concierto, y vuelve a la Gran Manzana tras él, así que hay que agradecerles a ella y a la organización el esfuerzo.

Eliane viene en formato trío: acompañada de su marido, el contrabajista y compositor Marc Johnson, y del batería Magnus Östrom. Todos vestidos sobriamente, de negro, y con la única nota de color en los zapatos de Eliane, con unos tacones azul eléctrico, y de los cuáles se desprende al instante al acomodarse ante el piano.

El concierto, sublime, comienza con Circle Song, una instrumental de Marc Johnson, a la que le siguen otros dos temas, también sin acompañamiento vocal: se trata de un jazz energético, casi experimental, que deja constancia del buen hacer compositivo del contrabajista, aunque no es el tipo de música que ha venido a ver la mayoría del respetable.

Luego sí, luego viene lo que todos esperábamos: aires latinos y la voz susurrante de Eliane. Caen Open Sky, Fotografia de Jobim, Bananeira de João Donato y Gilberto Gil, They Can't Take That Away from Me de Gershwin... Delicia tras delicia, donde la absoluta protagonista es la brasileña, que sonriente va explicando cada canción antes o después de su ejecución. Luego ataca un par de temas en solitario: Por Causa de Vocé y I Love My Wife de Bill Evans, los momentos más intimistas y sobrecogedores de la noche.

Regresan a escena los músicos y vuelve el swing y el ragtime con otro tema de Bill Evans y uno de la propia Eliane, y se suceden los solos y las alternancias entre los tres instrumentos. Fin oficial, vítores y aplausos, y los obligados bises: un instrumental a cargo de la pianista, y otro tema enérgico con el trío completo, cerrando el círculo que habían iniciado con la canción que abrió el concierto.

La hora y tres cuartos han pasado como una exhalación, pero para los más mitómanos hay postre: a la salida, Eliane firma discos y charla un rato con todo el que se acerque. Una artista que, aunque te sube al cielo con su música, sigue siendo muy terrenal.