domingo, 27 de abril de 2008

Hey Joe, ¿qué sería de ti?

Mientras las primeras notas del mágico Crosstown Traffic me inundan los oídos, me pregunto, como muchas otras veces, qué hubiera sido de Hendrix, sino hubiera muerto tan pronto, aquella noche de Septiembre de 1970, por motivos aún que son motivo de controversia.

A menudo solemos pensar que los grandes de la música son en gran parte grandes, mitos, precisamente porque murieron. En seguida me vienen a la cabeza unos cuantos nombres: el mismo Jimi, Janis Joplin, Jim Morrison, Shanoon Hoon (cantante de Blind Melon), Jeff Buckley, Kurt Cobain, y tantos otros.

Repasando la obra de cada uno de ellos, es fácil apreciar que, por mucho que pese su muerte en la creación del mito, es innegable que todos ellos crearon discos y sonidos esenciales, revolucionarios, cada uno en su género, y que hicieron algo tan valioso en vida que, por mucho que su muerte alimente la memorabilia, no es sino un mero eco del auténtico tesoro.

¿Cómo hubieran evolucionado? Pues hubiera sido interesante vivirlo, porque tan sólo echando una ojeada a algunos de sus contemporáneos de los 60 que siguen en activo, como por ejemplo Eric Clapton, Neil Young o Pete Townshend, nos damos cuenta de lo que nos hemos perdido.

Hablando de Clapton. ¿Qué agujero tan enorme en el mundo del rock hubiera supuesto que Clapton hubiera visto interrumpida su carrera después del imprescindible John Mayall Bluesbreakers with Eric Clapton, el increíble álbum Beano? ¿Qué habría sido de nosotros si no hubiese podido publicar el Layla con los Derek & The Dominos? ¿Y la colaboración con Steve Winwood, en Blind Faith? Dios, la cosa se pone fea.... Pero no queda ahí la cosa, aún nos faltan los Cream y por supuesto, toda su trayectoria en solitario, que arranca en 1970 y que en su primera época es excelente.

Cuando pienso de esta forma vuelvo a preguntarme qué hubiera sido de Hendrix, qué estaría haciendo hoy, como vestiría, y por encima de todo, cuanta música hubiera publicado en estos ya casi 40 años (!) desde su desaparición. Y siento una sensación de vacío...

Hace unos días estuvimos con Almond en París, y no pudimos dejar de visitar la tumba de Morrison en Père Lachaise. A pesar de la lluvia y de la letra de uno de sus míticos temas, no estábamos solos.

People are strange
when you're a stranger
faces look ugly
when you're alone

Nos vemos con una guitarra en la mano, amigos. Que no decaiga.

domingo, 20 de abril de 2008

Los girasoles ciegos

Estoy suscrito a Al caer el sol, blog del programa homónimo de la emisora Radio Sol XXI, y gracias a él he descubierto:

1- Que en este país le pegas una patada a una piedra y sale un cantautor (lo cual no es malo, dicho sea de paso).

2- Algunos de estos cantautores, realmente buenos e interesantes (y no demasiados visibles para el mainstream musical, me temo). Me refiero a gente como Rafa Pons, Dani Flaco o Luis Ramiro, entre otros.

3- Un libro recomendado en este post, que acabo de terminar y que me ha encantado: Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez.

Los girasoles ciegos son cuatro cuentos situados en la España de posguerra, cuatro derrotas, cuatro muertes absurdas en una guerra tan absurda como lo son todas las guerras. Emocionante, Impactante, Bello, Horrible, Sobrecogedor, Tristísimo... Todos estos adjetivos me venían a la mente mientras lo leía, pero ninguno de manera tan insistente como NECESARIO.

En todos los países que han sufrido guerras civiles, genocidios, brutales represiones o dictaduras existe el debate de si hay que recordar la barbarie o olvidarla y pasar página (Camboya o Ruanda, por ejemplo, son países donde este debate está a la orden del día). Personalmente, y creo que así lo demuestra Los girasoles ciegos, el olvido y la indiferencia son, en primer lugar, una falta de respeto a los que murieron por defender la libertad, por pensar diferente que los vencedores o, simplemente, porqué el azar los unió al bando perdedor. Y en segundo lugar, hacen un flaco favor al futuro de cualquier país: hay que preservar la memoria histórica, recordar la crueldad, la sinrazón, la inhumanidad, las devastadoras consecuencias de cualquier guerra para que nunca, NUNCA, vuelva a ocurrir algo parecido. Sin acritud, sin rencor, pero con la suficiente humildad para aceptar un pasado escabroso y aprender de los errores cometidos.

sábado, 12 de abril de 2008

Copyright

Hace unos 9 años me apunté a un curso de técnicas de redacción en el que aprendimos a redactar y mejorar nuestros currícula, cartas de reclamación, anuncios por palabras e incluso cuentos. Y la semana pasada recibí un mail de la que fue la profesora, comentándome que haciendo limpieza de papeles había encontrado uno de mis cuentos, y me preguntaba si podía enviarle ése u otros de mis relatos para publicar alguno en una revista local de su ciudad.

Así que empecé a rebuscar entre las decenas de historias cortas que escribí por esa época, para enviarle una selección de los más dignos (o los menos bochornosos), y ya que estaba pensé que publicaría los relacionados con la música en este Bourbon Street Online. Y es curioso, porque he encontrado varios de temática futurista, humorística, histórica, sobre la niñez, sobre la vejez, sobre las miserias humanas, sobre las alegrías... pero uno, y sólo uno, de inspiración ligeramente musical (titulado Eteri). Parece que aunque me apasionaba la música, en mis años de cuentista inédito era incapaz de escribir sobre ella. Cuanta razón tenía el gran Zappa cuando decía que escribir sobre música es como bailar sobre arquitectura.

En fin, de momento dejo aquí un microcuento (que escribí en el 2000) de temática nada musical, y cuando tenga un rato traduzco Eteri al castellano y lo cuelgo.


Copyright

Desde que las entradas empezaron a hurgar en su cabellera había estado planteándose raparse al cero. Pero no fue hasta los 29 años, cuando la alopecia insolente le había desnudado ya buena parte de la cabeza, que tomó la drástica decisión de deshacerse del cabello que le quedaba.


Lo primero que le hizo recelar de que algo no iba bien fue la cara de sorpresa del peluquero que le pasaba la "moto", reflejada en el espejo de la barbería. Aún así, la conocida capacidad de confusión de las imágenes reflejadas le alejó, temporalmente, la mosca de detrás de la oreja.

Pero al llegar a casa, el espíritu todavía suspicaz lo llevó derecho al baño, a examinarse la rapada. La evidencia le produjo un vértigo que le obligó a agarrarse al lavabo para no caerse: justo allí, donde la nuca conecta con la base del cráneo, se podía leer bien claro: © IBM, 1971

sábado, 5 de abril de 2008

No sé si contaros...

Después de unos meses que se nos han hecho eternos, ya tenemos por fin en nuestras manos el nuevo disco de Cercavins. Lo hemos llamado “No sé si dir-te el que tinc al cap”, algo así como “No sé si contarte lo que me pasa por la cabeza”, y creo que es un título que representa muy bien el espíritu de este CD, en el que creo que se nota una evolución importante, tanto en el terreno musical como en el letrístico.


Los que queráis echarle el oído, y comparéis con nuestro anterior trabajo (El món sona, 2005), también editado por Salseta Records, creo que estaréis de acuerdo en que este suena más potente y mucho más compacto, sobretodo a nivel melódico en los instrumentos solistas. Es el fruto de una decisión consciente por parte del grupo de sonar más rock y más directos. Ya sabéis que no me gustan las etiquetas, pero son inevitables para describir sonidos y emociones, así que no queda más remedio que usarlas: Aquí Cercavins suena mucho más rock celta, no tan folk-rock. Pero juzgad por vosotros mismos:

http://www.cercavins.cat
http://www.myspace.com/cercavins

Escucharlo entero, seguido, con el orden final de las canciones tal como están en el CD, me produce buenas sensaciones. Ver la evolución de aquellos primeros acordes, trozos de letra, e ideas primitivas, ver como las imaginábamos en un principio y la diferencia con lo que ha quedado fijado para siempre en el disco es una maravilla, porque siempre es un camino con un final inesperado y sorprendente, consecuencia de la mezcla de las diversas influencias de 8 músicos (bueno, 7 músicos y un servidor, que aún no me merezco el título) y de trabajar con cracks de la talla de Txavi Ábrego (La Salseta del Poble Sec) en la grabación, y con Marc Parrot en las mezclas y masterización, en sus respectivos estudios.

En el terreno guitarrístico, he utilizado en la mayoría de temas dos guitarras distintas (Gibson Les Paul Standard Doble Cutaway y una Fender Stratocaster Rory Gallagher CS), doblándolas para conseguir más pegada rockanrolera. Todos los solos están grabados con la Rory, sin ningún efecto más que el wah en algunas partes, directamente del ENGL Sovereign a buen volumen, conectado a una pantalla ENGL 2x12 con altavoces Vintage 30.

Ahora toca darle la máxima salida posible a este trabajo, y presentarlo en directo durante este verano, que es lo que le da sentido a todo este curro.

Y es que como dice Mick Jagger en una reciente entrevista, tocar en directo es altamente adictivo.

¡ Nos vemos en directo !