lunes, 30 de julio de 2012

Ellas tres

En mi reproductor de mp3, entre muchos discos de rock de los 70 y 80, varios de grupos actuales también de rock, un par de blues, un par de jazz, alguno de southern, y tres o cuatro de cantautores que no los conoce ni su padre, siempre suelen colarse dos o tres cantantes más o menos melódicas. Son álbumes adecuados para determinados momentos: para la intimidad con la pareja, para dormir a my baby, o simplemente para cuando quiero relajar la mente con algo de escucha fácil. Estos son los tres que pululan por mi iPod a día de hoy, todos ellos novedades:

Little Broken Hearts (2012), de Norah Jones. La bella Norah sigue erre que erre con el cambio de rumbo que inauguró con The Fall (2009). Olvidando el jazz-pop que le hizo famosa (y que me gustaba especialmente), vuelve a tirar de un pop electrónico que no me convence en absoluto. Pero lo mantengo en la recámara, nunca se sabe cuando puede hacer falta la voz aterciopelada de Miss Jones para dormir a la peque, pues ha quedado encantada más de una vez con el sonido de caja de música de cortes como Say Goodbye.

Secret Symphony (2012), de Katie Melua. La que no se la ha vuelto a jugar es Katie Melua. Tras el fracaso de The House (2010), de tintes electrónicos, la georgiana vuelve a tirar del estilo que la hizo popular en aquel Piece by Piece (2005). Jazz-pop previsible, pero también cautivador gracias a la voz privilegiada de Katie, y que cuenta con una inesperada versión del clásico Nobody Knows You When You're Down and Out.

The Absence (2012), de Melody Gardot. La increíble Melody vuelve a dar en el blanco. Ya no sólo se inspira en las grandes damas del blues para crear esas melodías nebulosas que la caracterizan. Ahora también bebe de la bossanova, de la chanson francesa, de los ritmos africanos..., para ofrecer un disco ecléctico y preciosista. Quizás se echa de menos algún temazo, como aquel Your Heart Is as Black as Night que sobresalía de su anterior LP, pero en cambio se le agradece que no abuse de las secciones de cuerdas como antaño, y se atreva a explorar terrenos inhóspitos. La aventura le ha salido bien.

lunes, 23 de julio de 2012

Descubriendo a Gotthard

 Hasta hace unas semanas no sabía de la existencia del grupo suizo Gotthard. Imperdonable mi ignorancia: leo asombrado en la Wikipedia que lleva 20 años de carrera, y que sus últimos once álbumes han alcanzado el número uno en el país de los relojes de cuco. Ando escuchando estos días uno de sus últimos trabajos, Domino Effect (2007), y... ¡menudo pedazo de disco de hard rock que se cascaron los helvéticos hace un lustro! Un gran ejemplo de rock de tintes clásicos bien parido, con temazos irresistibles como Master of Illusion, Gone Too Far o The Oscar Goes to...

Lamentablemente, hace dos años la desgracia se cebó con su líder y fundador, Steve Lee. En 2010, mientras cumplía su sueño de cruzar Estados Unidos en Harley, y estando parado en el arcén de una carretera, un camión perdió el control y embistió una de las motos de sus acompañantes, que arrolló al cantante causándole la muerte en el acto.


Al parecer, este 2012 Gotthard ha publicado nuevo disco con nuevo vocalista, Firebirth (2012), y como no podía de ser de otra manera, ha vuelto a ser número uno en Suiza. Habrá que echarle una oreja, a ver qué tal. De momento, dejo aquí el vídeo de uno de los singles de Domino Effect, la balada The Call.




domingo, 15 de julio de 2012

Brotes verdes

Ando escuchando estos días Suzie Cracks The Whip (2012), el último trabajo de los Blues Traveler, y estoy encantado de poder decir algo que creía que nunca volvería a decir de un disco suyo: ¡Me gusta!.

A ver, no nos echemos a la calle con pancartas, banderolas y confetti: no estamos ante un nuevo Four (1994) o un Straight On till Morning (1997). Pero el disco tiene el sabor de los primeros trabajos de los Traveler, y contagia un buen rollo que se echaba de menos tras sus decepcionantes últimos lanzamientos. De hecho, el tema de apertura, You Don't Have to Love Me, recuerda a el estilo tan groovy que caracterizaba su primer y homónimo trabajo Blues Traveler (1990). Y el resto de composiciones no le van a la zaga. Solo el quinto corte, Things Are Looking Up, rememora los experimentos perpetrados por el grupo de Nueva York en álbumes tan prescindibles como ¡Bastardos! (2005) o North Hollywood Shootout (2008), pero al tratarse de una excepción, tampoco molesta demasiado. Y el resto, pues muy bien: algo de country en Don't Wanna Go, reggae en All Things Are Possible, funk en Big City Girls... y todo regado con el inconfundible sello que hizo famoso a la banda de John Popper.

Así que en la carrera de los BT se atisban brotes verdes, por usar la expresión que usó para referirse a la economía española aquel visionario que fue ZP. Quiera Dios que mis palabras no sean tan de mal agüero como las del ya expresidente del Gobierno.

viernes, 6 de julio de 2012

100 riffs

Una breve historia del rock'n'roll... en 100 riffs.


Gracias a Catalanet.cat, donde lo encontré.