jueves, 28 de enero de 2016

Discos que no te salvarán la vida VIII


Octava entrega de Discos que no te salvarán la vida, pero que te pueden alegrar el día. Hoy, con el inconfundible sabor a hard rock ochentero de tres álbumes publicados el pasado 2015.


Return to Forever (2015), de Scorpions. Enésimo trabajo de Scorpions, aunque la noticia no es el disco en sí, sino que llevan 50 años de carrera, proeza sólo al alcance de inmortales como los Rolling Stones o Jordi Hurtado. Return to Forever no aporta grandes sorpresas, pero es más que disfrutable, y demuestra que los alemanes siguen en plena forma pese a su edad provecta. Vienen de gira a España, pero sólo a Madrid y Bilbao, que me quedan lejos. Lástima.



Fallen (2015), de Stryper. Los reyes del rock cristiano han facturado, y ya tocaba, un  disco realmente bueno. La fórmula es la de sus trabajos más celebrados, los de sus inicios a mediados de los 80. Buenas melodías, guitarras afiladas, unos toques de gospel, y la espectacular voz de un Michael Sweet en estado de gracia. Una gozada para los nostálgicos.


Devil City Angels (2015), de Devil City Angels. Primer trabajo de los Devil City Angels, y pese a ello, una experiencia revival en toda regla. Y es que este supergrupo está formado por Tracii Guns (L.A. Guns), Rikki Rockett (Poison), Eric Brittingham (Cinderella) y Brandon Gibbs (Cheap Thrill). El disco es fantástico, con muchas influencias del sonido de los 80, pero también del crossover de los 90. Empieza con 4 trallazos (Numb, All My People, Boneyard y I’m Living) que recuerdan al funk enérgico de grupos como RHCP, aunque luego toma los derroteros glam y sleaze que caracterizaron las bandas de sus componentes hace ya 30 años.











viernes, 15 de enero de 2016

9º aniversario

Pues hoy, así como quien no quiere la cosa, este humilde blog cumple NUEVE añazos. Muchas cosas han pasado desde que David y yo iniciamos esta travesía en 2007, la mayoría buenas, aunque algunas de ellas han ido en detrimento de la asiduidad de publicación de posts. Pero Bourbon Street Online resiste, y encaro con ilusión (aunque a solas, mientras espero que las obligaciones de David le permitan volver a subirse a bordo) la misión de mantenerlo a flote hasta, como mínimo, su décimo aniversario.

Quería acompañar esta entrada con una canción significativa. Y me ha venido a la cabeza cuando David y yo, hace cuatro lustros, nos reuníamos en mi casa para beber, fumar, y hablar de música. En una de esas quedadas le puse el vídeo que cuelgo a continuación: World Turning, de un concierto de 1988 (creo) de la gira Tango in The Night de Fleetwood Mac, que yo tenía en una cinta VHS que desgasté de tanto visionar (por suerte, ahora el concierto se puede encontrar en YouTube).

El tema es fantástico, uno de mis favoritos de la banda. Pero los dos nos partíamos la caja en el momento que Mick Fleetwood abandonaba la batería (minuto 3' 50'' aprox.) y realizaba su "show" con su chaleco y sus "pelotas" multisonido. ¡Genio y figura!

En fin, como siempre, gracias a todos los que visitáis esta Calle del Bourbon de vez en cuando. Y feliz 2016, por cierto.

lunes, 11 de enero de 2016

3 meses con Apple Music

Durante los últimos 3 meses he estado probando Apple Music, el servicio de música en streaming de Apple, aprovechando la promo de prueba gratuita que ha ofrecido la empresa de Cupertino. Así que vamos con una valoración muy personal de sus ventajas y defectos.

Empecemos con sus dos grandes bazas. En primer lugar, la inabarcable discoteca de la iTunes Store, que está prácticamente disponible en su totalidad para los suscriptores del nuevo servicio. Miles y miles de álbumes a un solo click que harán desear a cualquiera melómano las 7 vidas del gato para poder abarcar todo lo bueno que hay por escuchar. Pero más que descubrir nuevos artistas, lo he pasado pipa recuperando viejos discos que tenía en vinilo o en cinta, pero no en formato digital. Así que llevo semanas en plan revival escuchando el Look What The Cat Dragged in de Poison, el Still Got The Blues de Gary Moore, el Brothers in Arms de Dire Straits... además de algunos trabajos primigenios del rock en català como el Micos i mones de La Madam (que tenía en cassette y hacía 20 años que no oía) o los dos primeros de Lax'n'Busto.

El otro punto fuerte es el servicio de recomendaciones, en base a tus escuchas. Apple Music no solo te recomienda discos y grupos evidentes, sino que te sugiere algunos de los que nunca has oído hablar pero que suelen coincidir con tus gustos. Aunque no siempre: hace unas semanas, no sé en base a qué criterios, me recomendó a Sting. Y por favor, si alguna vez pincho un disco de Sting por voluntad propia, tenéis el deber moral de coger mi copia del Appetite for Destruction y metérmela por donde menos me quepa.

Además, el servicio de recomendaciones también propone listas la mar de interesantes, del estilo de Intro to Van Halen, Eric Clapton: influences, o Best of British Blues, aunque también algunas curiosas, como una titulada Metal for Yoga (¡lo juro!).

En el lado negativo, los principales defectos y carencias de Apple Music los aglutina, a mi entender, su interfaz. Aunque es fácil buscar discos y artistas muy concretos, ir un poco más allá a menudo es complicado, si no imposible. Por ejemplo, si estás escuchando un tema de una lista recomendada, no es sencillo acceder al LP que lo contiene. Las propias listas no se pueden agrupar por álbumes ni ordenar de manera personalizada, así que si tienes una lista con unos 40 discos y quieres ir al último que has añadido, tienes que recorrer más de 400 canciones para llegar a él. Y las opciones están esparcidas en iconos poco intuitivos (3 puntos, 3 rayas, ipods con una marca en la parte superior, ipods con una en la parte inferior...). Además, Apple Music aun no tiene una parte social potente, y no puedes compartir lo que escuchas o te gusta con otros suscriptores.

Supongo que estas deficiencias se irán puliendo con el tiempo (de hecho, ya han aparecido nuevas versiones que han arreglado algunos bugs, como la disponiblidad de discos offline, que no funcionaba nada bien), pero hoy por hoy, la experiencia de usuario es para mí lo peor que tiene. Pero de aquí unos meses o años, cuando la interfaz evolucione, tendremos un pedazo de bestia dentro del mercado de la música en streaming, al que será difícil renunciar y con el que será complicado competir, incluso para referentes como Spotify.