sábado, 30 de octubre de 2010

Lynyrd Skynyrd - Street Survivors (1977)

Caminaba solo, y como ya empezaba a ser habitual, un poco borracho. Hacía días que ella le había explicado sus razones, motivos que se asemejaban fastidiosamente a los que había leído o escuchado en cientos de películas, canciones o historias interminables de amigos que también habían sido abandonados.

Su padre siempre le había dicho que fuera fuerte. Que jamás, pasara lo que pasara, llorara. Los años que le había costado entender y superar esa gilipollez. Pero aún hoy, a pesar de que estaba roto por dentro, prefería el dulce embotamiento del alcohol a dejarse caer. Hay huellas que no es fácil borrar.

My daddy told me always be strong son
Don't you ever cry
You find the pretty girls and then you love them
Then you say goodbye


Jamás pensó que ella le dejaría. Pero ahora, de súbito, ya no estaba. Y la soledad era rotunda, insoportable, llena de un ruido ensordecedor, un brebaje envenenado en el que se mezclaba una enorme sensación de pérdida con unas gotas, demasiadas para su gusto, de ego recién aguijoneado.

I never dreamed that you would leave me
But now you're gone
I never dreamed that I would miss you
Woman won't you come back home

Jamás pensó que la echaría de menos de esta manera. Allí fuera había miles de chicas guapas a las que querer, disfrutar, y después, decir adiós. Como siempre había hecho. Pero no había encontrado antes a nadie como ella.

I never dreamed that you could hurt me
And leave me blue
I've had a thousand, maybe more
But never one like you

I never dreamed I could feel so empty
But now I'm down
I never dreamed that I would beg you
Woman I need you now

Y ahora se sentía tan vacío, tan abajo, ya sabía por fin lo que era tocar fondo. Jamás pensó que podría suplicarle que volviera, que la necesitaba. Que la necesitaba ahora.

Y vaya si podía. Sacó su teléfono de la chaqueta.

It seems to me I took your love for granted
It feels to me that this time I was wrong, so wrong
Oh Lord now I feel so lonely
I say woman won't you come back home

Se dió cuenta súbitamente de que había dado su amor por descontado, que ella siempre estaría junto a él, pasara lo que pasara, hiciera lo que hiciera. Cuan equivocado estaba.

Dios... Marcó el número.

"Me siento tan solo... ¿porqué no vuelves a casa?"

I tried to do what my daddy taught me
But I think he knew
Someday that I would find one woman like you
I never dreamed that it could feel so good, Lord
That two could be one
I never knew about sweet love
So woman won't you come back home
Oh baby won't you come back home



I Never Dreamed fué publicada por Lynyrd Skynyrd en Street Survivors, su quinto disco de estudio, en 1977. Tres días después de la salida del álbum, el 20 de noviembre, el avión en que viajaba la banda se estrelló, y murieron Ronnie Van Zant (voz principal) y Steve Gaines (guitarrista), además de otros miembros del grupo, acompañantes y del equipo técnico.

Este fué el fin de la formación clásica de la banda, un equipo único que parió 6 discos imprescindibles, mágicos. Álbumes que definieron un sonido que es capaz de hacerme subir montañas, y la vez, de acariciar las viejas heridas cuyas cicatrices aún puedo notar.

viernes, 22 de octubre de 2010

Spotify y el futuro del consumo de música

Hace unos meses ya que descubrí Spotify, cuando ya hacía bastante tiempo que rodaba. No le había prestado mucha atención, porque seguía con mi método artesano de usar iTunes para toda la música que quería pre-escuchar. Y aún creía en la importancia de tener almacenada y en propiedad la música que me iba gustando.

Sí, cuando oía hablar de algún grupo o leía alguna crítica interesante, me bajaba el disco y lo escuchaba previamente, antes de decidir si lo compraba o lo borraba (sí, los discos que decidía conservar los compraba).

Este proceso podía, y solía ser, bastante tedioso: localizar el torrent o enlace e2dk del disco ya era a veces jodido. Esto me recuerda lo poco usuarios que somos del top-manta los que nos gusta el rock de verdad. Jamás he visto un disco pirata en la calle que me interesara. Los discos que me gustan cuestan de encontrar hasta en las tiendas, y no me considero experto melómano ni mucho menos, pero es que este país, en cuestiones musicales, está muy mal, sólo hay que ver las listas de éxitos. Ahora lo que cuesta de encontrar son las tiendas, pero ese es otro tema.

Después venía un buen rato de corregir títulos, bajar carátulas, importar a iTunes y sincronizar con el iPod. La verdad, un palo, aunque entonces pensara que disfrutaba haciéndolo.

Y un buen día me dije que tenía que probar lo del Spotify, lo de los archivos offline, lo de la cuenta Premium, lo de la aplicación del iphone, ... Me hice una cuenta. Empecé a flipar con la sensación de inmediatez. ¿Que oía hablar de Them Crooked Vultures? Zas.... diez segundos más tarde los estaba escuchando. ¿Qué me apetecía cambiar de palo y administrarme un poco de hard-bop? Un par de minutos y ya tenía una lista localizada de un pavo que proclamaba "Hard Bop for Beginners". Fantástica.

Y empezó a cambiarme el concepto, y modifiqué completamente mi forma de consumir música. Y de forma completamente legal. 10€ al mes es lo que pago por la cuenta premium. Eso me permite escuchar ininterrumpidamente, sin anuncios, un catálogo descomunal (sí, de acuerdo, no está Metallica, ni los Beatles, ni Led Zeppelin, pero flipa con lo que te queda), y tener acceso offline en el iphone hasta 3.333 canciones.


Y lo más importante: el acceso a Spotify se hace con una aplicación multiplataforma (existen versiones Windows y Mac, pero la de Windows se ejecuta sin ningún problema sobre Linux, en Wine), que puedes tener instalada en cualquier ordenador al que tengas acceso. Entras con tu nombre de usuario, y listo, ahí tienes tus cientos de listas y discos escogidos. Eso, hacerlo en casa de un amigo, entrar con tu cuenta y escuchar tu música, es una gozada.

Y me he acostumbrado a las listas, que compongo como si fueran colecciones de singles fantásticos de muchos grupos diferentes, y que hacen que escuchar un disco entero me parezca aburrido (pero todo tiene sus momentos). Dicen que el siglo XXI es el de la listas, que el concepto LP ha muerto. Veremos, pero en todo caso la verdad es que me encanta preparar mezclas diversas, y para eso Spotify se sale.

Y hace semanas que no abro mi iTunes. Ni tan sólo quiero probar más lo del Ping, que me parece que un rollo. Apple, ahí habrá que espabilarse. Un cliente pesado como iTunes y un modelo de negocio basado en la venta de mp3 (o aac, para ser más exactos) no pueden competir con un cliente ligerísimo que accede a todos los datos en Cloud y un modelo de suscripción tarifa-plana más que razonable. Pronto, todos los dispositivos harán streaming de música contra una suscripción así (los equipos de música de los coches, por ejemplo).

Y no hablemos de las capacidades de compartición. A ver que os parece esta selección hand-made de jazz/funk, estilo en el que me considero un pardillo importante:

http://open.spotify.com/user/karturb/playlist/399uSaclQCH9Y10Tu6cZWY
(Los que no lo tenéis, tendréis que crearos una cuenta gratuita y bajaros el cliente de http://www.spotify.com)

Y con éste ya van 7 párrafos que empiezan con Y.

Hasta pronto,

viernes, 15 de octubre de 2010

Black Country Communion - Black Country Communion (2010)

Escribo estas líneas con el prometido Black Country Communion de fondo.

¿De fondo? De fondo nada, yo creo que se oye bastante bien, fuerte y fantástico. Excepcional, diría.

Ya empezamos con otra de aquellas críticas que se pueden resumir con un "sublime disco, discazo", y listos. Pues no, vamos a intentar que no sea así.

Black Country Communion (en adelante BCC, si no os parece mal) son 4 señores músicos unidos en lo que no se ha tardado en calificar de supergrupo.


Por un lado, está Glenn Hughes, bajista y voz de Black Sabbath durante un período de los 80, y de las formaciones Mark III y Mark IV de Deep Purple. Ahí es nada. Pero no es demasiado conocido, pensé en otro de mis alardes de minimalismo intelectual, probablemente porque debe ser uno de esos músicos de sesión potentes, que aportan mucho a una banda, pero que no son capaces de sonar con la personalidad de las grandes estrellas.
¿Ah no, pardillo? Me temo que estaba equivocado, y cuanto me alegro. Este inglés de 58 años canta de maravilla, y su trabajo al bajo no se queda atrás en calidad. La verdad es que creo que la voz es uno de los puntos fuertes de este trabajo. Las melodías vocales ya son buenas de por sí, pero el carácter de la voz de Glenn me gusta, y mucho. Pedazo de frontman. Ya firmaría yo por estar tocando aún con 58 tacos, ya veremos.

A su izquierda nos encontramos a Joe Bonamassa, guitarrista americano de blues rock (no diría guitar-hero, pero sí bastante filigranero). 33 años. Hasta la fecha, no me gustaba nada. No encuentro en sus trabajos en solitario algo distinto a lo que otros muchos hacen, y estos me gustan mucho más (léase Kenny Wayne Shepherd, por ejemplo). Pero cuidado en como toca en este disco. Las guitarras son fantásticas. Son originales, están siempre diciendo cosas, aportando. Los solos son fluidos, casi líquidos, pero en ningún momento suenan pretenciosos. Si había alguna duda sobre si un guitarrista de blues era capaz de facturar un trabajo decente en un disco de hard rock, John las ha disipado de forma categórica. Excelente. No solo toca con sentimiento, potencia y ganas, sino que los arreglos de guitarra brillan.

¿Qué puede venir después de esto? La verdad es que no despunta tanto, pero quizás también es su papel en la banda. En los teclados (Joe Bonamassa y Glenn Hughes, cuando parieron el grupo tenían claro que no querían un trío) está Derek Sherinian, ex-teclista de nada menos que Dream Theater. No son malas credenciales como músico, a pesar de que Dream Theater es una banda que, más allá del impresionante A Change of Seasons, que me voló la cabeza cuando lo compré, me aburre soberanamente, especialmente con sus directos interminables y su técnica descomunal que me satura a partir de la media hora.
¿Y qué hace Derek en este otro contexto, los BCC? Pues aporta unas texturas no sé si esenciales, pero fantásticas. Envuelve continuamente a la guitarra de Bonamassa, y cuando la guitarra de éste larga acordes bestias en el aire, en una pausa de la banda, los teclados crujen al unísono y la sensación de potencia es una pasada. Está siempre en su papel, en ningún momento intenta emular a John Lord.

Tenemos voz, bajo, guitarra y teclados. ¿Quién está a la batería? Pues otro con un pedigree familiar de cuidado: nada menos que el hijo de John Bonham de Led Zeppelin, Jason. Y la batería suena a la altura. Fijaos sino en la intro de Sista Jane, por ejemplo. Pegada, clase y sonido.

Imagen extraída de http://www.ledzeppelinnews.com

¿Y cómo es el disco de este combo redondo?

Es ligeramente oscuro. Está claro que es un disco de hard rock, pero muy abierto, no molesta ni se hace pesado. Suena a clásico de los buenos, pero a la vez consigue que como oyente no pierdas en ningún momento la sensación de que estás oyendo algo moderno, y no es tan solo por el tipo de sonido. Son las melodías, los arreglos. Ahí estás oyendo a los Purple, a Sabbath, a mucho a Zeppelin, a un buen pedazo de Rainbow... pero a la vez, no suena como un disco de ninguna de estas bandas.

Las canciones son interesantes, y no solo un par, casi todas. Song of Yesterday me tiene cautivado, pero One Last Soul me flipó sólo oírla. La primera, Black Country, asusta con la intro de bajo que podría hacerla ir por caminos tortuosos, pero cuando entra la banda ya no hay dudas. Sista Jane tiene un estribillo a lo AC/DC que es una caña.

En definitiva, muy recomendable, y una excelente sorpresa. Porque no me esperaba tanta calidad en un grupo formado por 4 superpotencias. Por ejemplo, el disco de Chickenfoot tiene dos joyas, My Kinda Girl y Learning to Fly, pero jamás he vuelto a escuchar el resto. Aquí esto no pasa, el disco es muy bueno de principio a fin.

Y la historia de que beban de sus influencias (de las que algunos han sido parte, como Glenn Hughes) pero que a la vez sólo te recuerden vagamente a ellas, que sean originales y actuales, es un puntazo. Por ejemplo, a mi Airbourne me aburren. Para eso ya tengo a AC/DC. Aquí encontrarás a AC/DC quizás (aunque no es el estilo del disco), pero sólo en su ADN.

Espero que os guste tanto como a mí. Un abrazo.

Song of Yesterday en estudio:
http://www.youtube.com/watch?v=axvHUqb7epI

One Last Soul en directo:
http://www.youtube.com/watch?v=KVfMa61Zjmg

sábado, 9 de octubre de 2010

Un buen comeback

Cuanto tiempo.

Ya no recordaba la sensación de sentarme delante de una pantalla para explicar cosas.

Ya casi ni me acordaba de porqué empezamos todo esto. Sí que me acuerdo de porqué lo dejé.

Me fui de esta calle hace mucho, abrumado por la falta de tiempo, por tener que escribir a deshoras y de cualquier manera, cansado. Me pareció un buen motivo. Pero con el paso de los meses, me he dado cuenta de que no era el principal.

La verdad es que estaba borracho. Harto, hastiado de música, pero sin darme cuenta de ello. Ya nada me satisfacía. Buscaba en la electrónica y en el indie las sensaciones que mi amado rock ya no me ofrecía. Y volvía no sólo insatisfecho, sino además jodido por no ser cool, por no disfrutar con todas aquellas bandas maravillosas a las que las masas idolatran, y que a mí no es que no me gustaran, es que incluso me molestaban.

A ello se mezcló la certeza de que escribir sobre música no tenía sentido para mi. Que a nadie iba a interesarle lo que yo dijera, y que además la saturación del fenómeno blog había propiciado que una miríada de sitios habláramos de forma cansina, cuasi usando los mismos clichés, de lo fantástica que es tal banda y lo bueno que es tal disco, contínuamente. Me sentí desmotivado.

Y mientras, seguí saltando de disco en disco en una búsqueda imposible de la melodía definitiva, de la progresión de acordes que me harían flipar como cuando alucinaba de verdad con la música. Cuanto hacía que no había vuelto a tener aquella sensación. Y me metía entre oreja y oreja 3 ó 4 discos por día, y los cambiaba cada semana, en una quimera sin fin.

Y entonces me dí cuenta que ese era precisamente el problema. Vi con claridad que, si de verdad quería sentir como antes, debía hacer dos cosas: empaparme de verdad de aquellos discos que lo merecieran, no saltar como un mono de uno a otro sin darles oportunidad de madurar, y ante todo, descansar.

Descansar musicalmente. Lo descubrí un día cuando, no recuerdo el porqué, llevaba varios días sin escuchar nada, probablemente por algún viaje al extranjero. Y caminando por la calle, me puse los auriculares y sonó "Song of Yesterday", de la burrada de disco que los Black Country Communion han tenido los santos huevos de parir este año.

Y me pasó. Podría haberme pasado con alguna otra. Podría incluso haber tenido la mala suerte de haberme pasado con algún bodrio inconfesable, y probablemente entonces no hubiera vuelto aquí para contarlo, pero me pasó con esa maravilla de 8 minutos y medio (que ese largo minutaje no os lleve a confusión: esto no tiene nada de rock progresivo, y no le sobra ni un jodido segundo).

Y noté como cogía aire y la cabeza se me oxigenaba. Y vi como se me erizaba el pelo de los brazos, y tuve aquellas súbitas ganas de subirme a un escenario de nuevo... aquella sensación de que el mundo, en su desorden y su dureza, hacía una pausa para darme un respiro. Y me di cuenta de que, si estás atento y has dejado descansar tu mente gastada, la música vuelve a sonar como antes, en cuanto se dan las condiciones.

Se han dado las condiciones. Todos estos meses he disfrutado con cada uno de los post de Rafa, como si estuviéramos comentando esos discos con unas cervezas en la mano. Me he dado cuenta de que estaba equivocado, que no se lee un blog para tener una opinión de autor. Para eso ya están los portales especializados y las revistas con las que uno puede modelarse según una tendencia. Se lee un blog porque quieres compartir un trocito de vida de esa persona. En nuestro caso, un trocito musical, pero un trocito al fin y al cabo. Quieres saber más de las opiniones personales de alguien como tu, con el que probablemente tengas mucha afinidad musical. Y eso vale la pena.

Sigo sin tener ni un pizca de tiempo. Me apasioné por demasiadas cosas mucho antes de darme cuenta que las cosas importantes cuesta mucho hacerlas bien. Pero Rafa me ha pedido que no deje esta casa abandonada durante su ausencia. Así que al menos, pienso pasar por esta, vuestra calle, hasta que mi compinche vuelva de su aventura nómada, aunque sea tarde y no tan a menudo como me gustaría.

Me voy a dormir la mona un rato. Otro día os hablo de verdad de este discazo de los Communion.

Imagen extraída de http://espyrock.com