jueves, 23 de marzo de 2023

El Niño de Elche en la Sala Zero

  Sala Zero (Tarragona), sábado, 18 de marzo de 2023. Llegué al concierto tal como me habían aconsejado los amigos que me habían animado a ir: virgen. Nunca había oído canción alguna de El Niño de Elche, ni escuché nada antes de asistir al evento. Me habían dicho que era una propuesta muy vanguardista, que mezclaba flamenco con sonidos de lo más variopintos (como por ejemplo, rebuznos de burro), y que los puristas del género renegaban de él, lo que le había hecho autoetiquetarse como "ex-cantaor". Así que llegué al evento con mucha curiosidad, aunque también con el comprensible recelo.


Lo primero que me sorprendió fue lo llenísima que estaba la Sala Zero, que si no colgó el cartel de entradas agotadas, poco le faltó. Lo segundo, que encontré ahí a varios amigos y conocidos que nunca había visto (ni había esperado ver) en concierto alguno. Y lo tercero, claro, la estética del Niño: traje blanco, una de las mangas desgarradas y por la que asomaba parte de la hombrera, sin camisa, y los pies descalzos.

Saludaron el Niño y los dos músicos que le acompañan, y ahí empezaron mis problemas para disfrutar del bolo: los tres se sentaron en las sillas de madera que había en el escenario, con lo que entre las cabezas de la gente lo único que alcanzaba a ver era la frente del cantaor y la calva de uno de los guitarristas. Será que me he malacostumbrado a conciertos en los que somos dos docenas de personas y puedes ponerte en primera fila, pero conectar con la música sin ver al cantante cantar ni a los músicos tocar, me cuesta.

Pero lo peor fue lo otro: la alergia primaveral, que ya hacía días que me rondaba, se presentó en todo su esplendor en pleno espectáculo. Los ojos y la garganta me picaban, la nariz moqueaba, y varios ataques me obligaron a refugiarme en el baño para dar rienda suelta a mis estornudos. Así que apenas pude gozar de esos pedazos de guitarristas y de la voz del ilicitano. Su música no me pareció tan arriesgada como había imaginado, aunque sí se apartaba de los cánones del flamenco más tradicional. Pero me gustaba, y me está gustando ahora que está sonando en mi Spotify su último disco. Una lástima que las adversidades no me permitieron disfrutarla como seguramente merece. A ver si a la próxima.
 
 


martes, 28 de febrero de 2023

Poison Boys en el Mojo Club

 

Mojo Club (Tarragona), jueves, 16 de febrero de 2023. El punk-rock no es mi estilo favorito, y raramente lo escucho en casa, pero sí lo disfruto en directo. Así que cuando vi que un grupo de Chicago llamado Poison Boys, con clara estética  "ramonera", tocaban en el Mojo Club, decidí dejarme caer por ahí, arrastrando conmigo a David, que sí es más punk-lover que yo. Tampoco el rockabilly es un género que me vuelva loco, y lo pasé teta en el concierto de MFC Chicken hace tres meses en la misma sala, así que esperaba repetir experiencia.

Lamentablemente, no fue así. Los Poison Boys hicieron su show, fieles a su estilo y a sus influencias. Pero se les vio con prisas y no demasiado motivados: Empezaron pronto. Pusieron sus poses y sus caras de chicos malos. Dispararon sus canciones cortas y directas, sin duda contundentes, aunque a mi parecer muy parecidas entre sí. Dijeron 4 palabras en todo el bolo. Terminaron a la hora justa de empezar, versionando un tema de los Ramones cuyo nombre no recuerdo. Y dejaron al respetable bastante indiferente (no hubo bises, tampoco nadie los pidió).

Pero el gran problema del evento fue el volumen insoportablemente atronador al que tocaron. ¿De verdad hacía falta reventar los tímpanos de los asistentes para convencerlos de lo duros y punkis que eran? Como bien apuntó Tano, sabes que te estás haciendo mayor cuando el volumen del concierto te parece demasiado alto. Quizás ahí está el meollo de la cuestión, que ya no tenemos 15 años para alucinar porque los altavoces escupen decibelios que hacen temblar el local. Pero en realidad los chicos venenosos se estaban haciendo un flaco favor a ellos mismos ya que, además obligar al público a soportar el estruendo, eclipsaron riffs y solos (sobre todo del guitarrista) que, a juzgar por el movimiento de los dedos, hubieran sonado de lujo si la maraña sónica no se los hubiera zampado.

Pese a todo, el ambiente, la compañía, las cervezas y las conversaciones post-concierto fueron fantásticas, como siempre en el Mojo. Y como yo digo siempre, es mejor una mala noche de rock'n'roll que una buena noche viendo Sálvame Deluxe (o lo que demonios echen por la tele un jueves por la noche).





lunes, 16 de enero de 2023

16º aniversario

 Ayer, este Bourbon Street Online cumplía la friolera de 16 años.

Sin duda, no estoy en el momento de mi vida en el que más me apetece escribir, así que anda un pelín abandonado, el pobre. El escaso tiempo que tengo libre lo dedico a otras actividades, algunas de ellas relacionadas con la música. Pero me niego a cerrar el blog, ya que siempre es un lugar donde dejar constancia de los conciertos a los que he asistido (con su correspondiente crónica), además de una pizarra donde anotar apuntes musicales que me gustará recordar cuando la memoria, que nunca ha sido una de mis virtudes, empiece a fallar.

Aprovecho la ocasión para agradecer y saludar a todos los que de vez en cuando se dejan caer por este rincón, y para colgar un tema de B.B. King cuyo título viene al pelo.



martes, 3 de enero de 2023

Los mejores discos nacionales de 2022

 Empezamos el año nuevo como terminamos el viejo: con una lista de los discos publicados en 2022, en este caso nacionales, que más he disfrutado.

Este 2022 la producción discográfica nacional ha sido más exigua que en 2021, así que solo me he atrevido a seleccionar 5 trabajos. Vamos con ellos, ordenados de la quinta posición a la primera:

5. Trip to Everywhere, de Lluís Coloma & His Musical Troupe
 

4. Coming Home, de Travellin' Brothers
 

3. Baggage, de Joan Pau Cumellas
 

2. Rock My Blues Away, de Balta Bordoy & The Bad Boys
 

1. Apache, de The Electric Alley