Mi canción del verano 2018
El año a punto de terminar, y por razones que no vienen a cuento, todavía no he publicado mi obligado post sobre la que fue mi canción del pasado verano. Así que vamos a ello.
Hace casi 30 años, en el que fue mi primer trabajo "oficial", es decir, con contrato, una compañera me preguntó ¿qué tipo de música escuchas?, a lo que yo respondí Fleetwood Mac. ¡Ah!, ¿pop-rock en inglés?, dijo ella. Y yo contesté No, la verdad es que prácticamente sólo escucho a Fleetwood Mac.
Era verdad. Por aquel entonces (debía ser 1989 o 1990) estaba enganchadísimo a la banda británica. Compraba sus vinilos en la calle Pelayo de Barcelona, los grababa en una cinta de cassette al llegar a casa (por temor a que se rayaran, como me pasó con el Tango in The Night), y los escuchaba casi ininterrumpidamente.
Desde entonces, Fleetwood Mac se ha convertido en uno de esos lugares comunes donde vuelvo con asiduidad, cuando la oreja me pide descansar de nuevos descubrimientos y recuperar sonidos que me transporten a mis años mozos. Precisamente el pasado verano ha sido una época en la que, no sé muy bien porqué, he vuelto a escuchar muchísimo al grupo de Mick Fleetwood y John McVie, especialmente sus trabajos de los años 70 y 80. Además, aunque la banda hace tiempo que no publica material nuevo, sus spin offs suelen ser la mar de interesantes, y les presto atención. El último, el fantástico trabajo que facturaron en coalición Lindsey Buckingham y Christine McVie el pasado 2017, del que me he enamorado. Quizás no tanto como lo hacía hace tres décadas de los discos de The Mac, ya se sabe que los enamoramientos a los 18 son irrepetibles. Pero he disfrutado el álbum al máximo, y el que para mí es su mejor tema, Red Sun, se ha convertido por méritos propios en mi canción del verano 2018.
Hace casi 30 años, en el que fue mi primer trabajo "oficial", es decir, con contrato, una compañera me preguntó ¿qué tipo de música escuchas?, a lo que yo respondí Fleetwood Mac. ¡Ah!, ¿pop-rock en inglés?, dijo ella. Y yo contesté No, la verdad es que prácticamente sólo escucho a Fleetwood Mac.
Era verdad. Por aquel entonces (debía ser 1989 o 1990) estaba enganchadísimo a la banda británica. Compraba sus vinilos en la calle Pelayo de Barcelona, los grababa en una cinta de cassette al llegar a casa (por temor a que se rayaran, como me pasó con el Tango in The Night), y los escuchaba casi ininterrumpidamente.
Desde entonces, Fleetwood Mac se ha convertido en uno de esos lugares comunes donde vuelvo con asiduidad, cuando la oreja me pide descansar de nuevos descubrimientos y recuperar sonidos que me transporten a mis años mozos. Precisamente el pasado verano ha sido una época en la que, no sé muy bien porqué, he vuelto a escuchar muchísimo al grupo de Mick Fleetwood y John McVie, especialmente sus trabajos de los años 70 y 80. Además, aunque la banda hace tiempo que no publica material nuevo, sus spin offs suelen ser la mar de interesantes, y les presto atención. El último, el fantástico trabajo que facturaron en coalición Lindsey Buckingham y Christine McVie el pasado 2017, del que me he enamorado. Quizás no tanto como lo hacía hace tres décadas de los discos de The Mac, ya se sabe que los enamoramientos a los 18 son irrepetibles. Pero he disfrutado el álbum al máximo, y el que para mí es su mejor tema, Red Sun, se ha convertido por méritos propios en mi canción del verano 2018.
Otras canciones de otros veranos:
- 2017: My Little RnR, de Danko Jones
- 2016: Charo, de Quique González & Los Detectives
- 2015: Resurrection Day, de Thunder
- 2014: I Wan'na Be Like You, de Louis Prima
- 2013: Seesaw, de Beth Hart y Joe Bonamassa
- 2012: Holy Touch, de Foxy Shazam
- 2011: Working on A Tan, de Brad Paisley
- 2010: Candy, de Paolo Nutini
- 2009: Bossa n'Ramones
- 2008: I'm Yours, de Jason Mraz
- 2007: El Culebrón, de Radio Malanga