Volviendo a las andadas
Si hace unos tres años me congratulaba porque los Blues Traveler
habían publicado un trabajo digno tras unos LPs de lo más
decepcionantes, hoy me apena decir que aquello fue sólo un espejismo. Y
es que los neoyorquinos han vuelto a pifiarla en su último álbum, Blow Up The Moon
(2015). A diferencia de algunos de sus discos de la década del 2000, que eran
bastante experimentales y sosos, hay que decir que los Blues se han ido
al otro extremo: la comercialidad. Resulta que ahora van de rollo reggae, funk, rap y
mucho "na-na-nah" pastelero. En cada tema van acompañados de grupos y
artistas invitados, algunos conocidos como Hanson y otros que no le
suenan ni a sus respectivos padres, como unos que se llaman 3OH!3 (¿cómo
diantre se debe pronunciar eso?). El resultado es una colección de
canciones facilonas y predecibles, que quedarían de fábula en el típico
anuncio estival de cervezas, pero que no soportan más de tres escuchas.
En fin, seguiremos disfrutando de sus primeros discos, aquellas joyitas como su homónimo Blues Traveler (1990) o el superventas Four (1994). Pero queda clarito clarinete que los BT de ahora no son ni la sombra de lo que fueron.