viernes, 31 de agosto de 2018

Tras los pasos de Nina Simone

Se acabaron los días de vacaciones, 15 de los cuales los hemos pasado cerca de Nijmegen, ciudad holandesa a escasos kilómetros de la frontera alemana.

El libro que me llevé al viaje y leí durante esas dos semanas fue I Put a Spell on You, la autobiografía de Nina Simone, publicada en 1992. Interesantísima la vida de esta leyenda del blues, con una infancia dura (como la de todos los niños de color que nacieron durante la gran depresión) y que llegó a superestrella del género un poco por casualidad, ya que iba para pianista clásica. Una mujer con una personalidad y una fuerza arrolladoras, muy implicada en la lucha por los derechos civiles de los negros y con una vida de lo más agitada.

Me ha sorprendido del libro que, a diferencia de lo que suele ser habitual en las biografías de músicos, Nina habla poco de artistas que le influenciaron, productores, estudios, compositores, del proceso creativo... Pero a cambio, sí se desnuda en el terreno emocional, y cuenta sin tapujos sus ilusiones, sus miedos, su vida sentimental y sexual, sus creencias religiosas e incluso místicas. Aunque hay que decir que, al ser la autora (coautora, de hecho), a menudo suaviza o directamente se sacude las culpas de ciertos temas incómodos, como sus problemas con el fisco o la ruptura con su marido y manager, u obvia ciertos temas importantes, como  el trastorno bipolar del que fue diagnosticada a finales de los ochenta.

Sea como sea, he gozado de lo lindo descubriendo la vida e intimidades de esta carismática diosa del blues, una mujer con un espíritu libre e inconformista que la llevó a vivir en diversos países del mundo. Y cuál fue mi sorpresa al leer que cuando llegó por primera vez a Holanda fue para residir precisamente en Nijmegen, donde pasó algunos años de su vida. Eso explica porqué, conduciendo por la ciudad, me encontré una calle con su nombre. ¡Toma casualidad!