miércoles, 23 de febrero de 2022

Rafa Pons y Zambayonny en L'Hospitalet de Llobregat

 


Teatre Joventut (L'Hospitalet de Llobregat, Barcelona), 19 de febrero de 2022
. A mediados de los 90, Joaquín Sabina, superventas en las listas de discos españolas, y Fito Páez, superventas en las argentinas, decidieron hacer un disco juntos, para que cada uno catapultara su fama en el país del otro. El resultado fue el meritorio Enemigos Íntimos (1998), una gira conjunta... y una enemistad que duró décadas.

Con muchas menos ínfulas, y por supuesto confiando que la experiencia no terminase como la de sus predecesores, Rafa Pons y Zambayonny se lanzaron a componer también un trabajo conjunto, cuya publicación quedó congelada por la pandemia, y que por fin vio la luz hace unos meses: el fantástico Ni tú, ni vos (2021). Estos días están de gira por las españas defendiéndolo, y el pasado sábado recalaron en el Teatre Joventut de L'Hospitalet de Llobregat.

He visto a Rafa varias veces en Tarragona, así que en circunstancias normales no me hubiera desplazado hasta Barcelona para verlo. Pero que la gira conjunta probablemente no se repetirá, que el concierto fuera con banda, y que el disco me parece fantástico, me hicieron animarme y conducir hasta la Ciudad Condal para disfrutar del evento.
 

Presentó el espectáculo el también cantautor Alfonso Mora, que interpretó un par de temas del que será su próximo disco. Y acto seguido, los protagonistas de la noche: Rafa y Zamba abrieron con El futuro era mejor, título del podcast semanal del primero junto a Pau Garcia-Milà, y tema incluído en el mencionado Ni tú, ni vos. Como era de esperar, la mayoría de canciones que cayeron fueron de este álbum (Esperando el semáforo, Lo de siempre, Suerte, Piénsalo, Saturnina...), aunque también algunas de los repertorios en solitario de ambos: En ti, Los reyes del mundo, Estupenda, Buenos Aires... por el lado de Rafa.  Y La vecina de al lado, Ciudadanos del mundo, y una muy buena sobre un tío que se estampa con el coche mientras mira un anuncio de lencería, pero de la que no recuerdo el nombre, por parte de Zamba. Y entre canción y canción, pues lo que cabe esperar entre dos colegas ocurrentes y locuaces como los que nos ocupan: bromas, risas, compadreo, anécdotas compartidas, y mucho cariño y admiración mutua.

Así que una gran noche de buena música y letras mordaces e inteligentes, y un público, entre el que se contaba una notable representación argentina, entregado al show y a ambos genios de la canción de autor en castellano. Tras poco más de hora y media, que pasó como un suspiro, la velada terminó con todos los músicos, a los que también se unió Alfonso Mora, cantando a capela el penúltimo corte del álbum, La Revelación. Una gozada, esta comunión argentino-española de LP y de concierto, así que no se puede pedir más. Bueno, sí: que Rafa Pons y Zambayonny vuelvan a hacer otro disco conjunto.
 

miércoles, 16 de febrero de 2022

Dirty Memory

 

Una de mis formaciones preferidas del blues es la de dúo de guitarra y armónica. El siglo XX nos dejó parejas clásicas como John Cephas & Phil Wiggins o Sonny Terry & Brownie McGhee, y el formato sigue vigente en el siglo que habitamos, aunque no sea la música más mainstream del mundo, al menos hasta que Rosalía y  C. Tangana vean la luz y se pasen al blues rural.


Varios son los discos que me flipan de este género, y me gustaría ir desgranando algunos de ellos en el blog. Uno de mis favoritos es el que hoy nos ocupa: Dirty Memory (2015), de JJ Appleton y Jason Ricci

Ricci es uno de mis armonicistas favoritos, con un particular estilo que me parece apabullante por su fuerza y desenvoltura. Este Dirty Memory es su primera colaboración con JJ Appleton, y combina temas propios con versiones. Las primeras canciones, empezando por Leaning Blues que lo abre, son espectaculares, llenas de garra, e incluyen una maravillosa versión del Nobody's Fault but Mine de Blind Willie Johnson.

El título del quinto corte no deja lugar a dudas: Jason Solo es precisamente eso: un temazo de 6 minutos donde la armónica es la única protagonista, y donde el músico afincado en New Orleans da una lección de maestría y se luce con la blues harp, haciendo a la vez la parte rítmica y melódica.

Y el resto del disco, lo que sería la cara B, igualmente fantástico, con una pantanosa revisión de una canción de Rolling Stones, Black Limousine, y entre otras perlas, la tercera versión del LP: Ain't No Use de Z.Z. Hill, que me sobrecoge cada vez que la escucho.

El álbum tuvo una continuación, Beautiful Slop (2018), otro grandísimo trabajo que todavía estoy descubriendo y paladeando poco a poco. Otro día lo comento. De momento, dejo aquí el vídeo de la mencionada Nobody's Fault but Mine, segundo corte del Dirty Memory, donde Ricci y Appleton se acompañan del contrabajo de Tim Lefebvre.