Heavy Trip
En una pequeña aldea finlandesa,tras 12 años limitándose a ensayar y sin haber tocado jamás en público, una banda de metal extremo (ellos lo llaman "Metal pagano escandinavo sinfónico post-apocalíptico reno-molido abuso-cristiano guerrero in extremo") decide dar el paso: grabar su primera maqueta y buscar una actuación. Cuando el organizador del festival de metal más importante de Noruega visita el matadero de renos del padre del guitarrista, los jóvenes ven su oportunidad. Lástima que el cantante y líder de la banda sufra de pánico escénico. Y que por accidente viertan varios litros de sangre de reno sobre el organizador.
Con este argumento tan friki empieza esta Heavy Trip (2018). La película finlandesa resulta tan tópica como naíf, pero quizás esas sean sus principales virtudes: siendo tan previsible, no esperamos demasiado del filme, así que solo nos queda disfrutar de la manida historia de inconformismo y superación, pero a la escandinava, y reírnos de los gags inocentones, de las disparatadas aventuras de los Impalled Rektum (que así bautizan al grupo) para alcanzar su sueño de tocar en el mentado Festival. Como extra, el recóndito pueblo tiene un evidente encanto folclórico que recuerda aquel Cicely de la mítica serie Doctor en Alaska, pero a la finesa. Y como no podría ser de otra manera, los paisajes que lo rodean son simplemente espectaculares. Así que viendo esta comedia simplona de metaleros escandinavos con melenas que ya las quisieran para sí muchos anuncios de champú, pasas una hora y media entretenida y, hasta cierto punto, entrañable.