miércoles, 14 de noviembre de 2018

Blues. La música del Delta del Mississippi

Acabo de terminar Blues. La música del Delta del Mississippi (2008), un interesante ensayo sobre la historia del blues a cargo del historiador estadounidense Ted Gioia.

El libro se podría dividir en tres partes: en los primeros capítulos, Gioia explora las raíces más profundas del género, las difusas (y por supuesto nunca registradas en soporte magnético) músicas africanas, europeas y americanas anteriores al siglo XX que pudieron dar lugar al estilo que se originó en plantaciones y pueblos del Delta del Mississippi, y que se empezó grabar a partir de 1900.


La segunda parte del libro lo conforman las biografías de varios de los primeros nombres propios conocidos del género: gente como Son House, Skip James, Charley Patton, Robert Johnson, Muddy Waters o Howlin' Wolf, entre otros, que crearon escuela transformando el blues primigenio con sus aportaciones.


Y por último, los capítulos finales narran cómo, durante los años 60 y 70, algunos productores, musicólogos e incluso aficionados barrieron el Delta buscando y rescatando del olvido a viejos bluesmen como los mencionados Son House o Skip James, dándoles la oportunidad de retomar sus respectivas carreras, gracias al interés que despertaron versiones de temas suyos realizadas por grupos de moda como Rolling Stones o Cream.


Una lectura indispensable para cualquier amante de la música con curiosidad por conocer las raíces y a los artífices del blues tal como lo conocemos hoy en día. Por cierto, aunque la edición que yo he leído es de 2010, la editorial Turner acaba de reeditar el libro este 2018.

jueves, 8 de noviembre de 2018

Laura Varges en el Stone

Bar Stone (Tarragona), 2 de noviembre de 2018. ¿Y quién es Laura Varges? Pues según investigaciones realizadas tras la finalización del concierto, Laura Varges es una portuguesa de 23 años que estuvo de Erasmus el curso pasado en la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona. Y, por lo que se adivina, este puente de Todos los Santos volvió de visita a la ciudad y aprovechó para hacer un spanish tour, como lo llama ella, por diferentes bares de la villa. Pero todo esto lo sabemos ahora, claro. Cuando unos amigos y yo fuimos al Stone el viernes pasado no teníamos ni idea de a quién íbamos a encontrarnos allí, ni de que disfrutaríamos de un espectáculo divertidísimo, ni mucho menos de que caeríamos rendidos a los pies de la menina.


Varias son las cartas con las que juega (y gana) la joven Varges. En primer lugar, su buen hacer al frente del piano: pese a su corta edad (o precisamente gracias a ella), Laura toca de una manera alegre, desenfadada, como si lo que hiciera no tuviera excesiva complicación. Pero, a poco que afines la oreja, su impecable dominio de las teclas se hace evidente. En segundo lugar, su frescura y desparpajo: desde el minuto 1 se ganó al respetable con una simpatía contagiosa: riendo, hablando en "portuñol", bromeando, levantando carteles donde se leía "Aplausos", "Whoa-ha" y "Dadme Like en Facebook"... En tercer lugar, su ecléctico repertorio basado en clásicos de todas las épocas: Ray Charles, Nina Simone, Creedence Clearwater Revival, The Beatles, The Animals, Janis Joplin, The Clash, Queen, Radiohead, Pearl Jam, Fairground Attraction, 4 Non Blondes, Nirvana, The Cranberries, Oasis, Gnarls Barkley, Beyoncé... A los que hay que sumarles un par de fados que fueron una delicia. Y por último, su entrega: el show duró dos horas buenas, y más que se hubiera prolongado si por los asistentes hubiera sido, ya que con cerveza y la música en directo de Laura, el Stone era el paraíso en la Tierra.



En definitiva, que con sus buenas artes, la joven lusa nos encandiló a todos. Mucha suerte a esta crack del piano en su andadura, y ya sabéis, dadle Like en su Facebook, que la chica se lo merece.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Dr. Feelgood en la Sala Zero

Sala Zero (Tarragona), 26 de octubre de 2018. Tercer fin de semana consecutivo de gloria "conciertil". Si los dos anteriores fueron a cargo de los jóvenes The Electric Alley y Ben Poole, este sábado era el turno de los veteranos Dr. Feelgood, que actuaron en la Sala Zero de Tarragona.

Había visto a la banda británica en 1999, y sus componentes ya me parecieron que estaban muy mayores. Así que casi dos décadas después, los cuatro integrantes parecían sacados del ala de veteranos de un geriátrico de la campiña inglesa. Pero, ¡ay!, una cosa es la pinta, y otra el corazón. ¡Menuda fuerza y poderío que desplegaron sobre el escenario estos abueletes! La banda ofreció un concierto arrollador, muy al estilo Ramones, con canciones cortas y prácticamente sin pausas. Un torrente de blues y rock, donde interpretaron algunos de sus temas más conocidos (Back in The Night, Roxette, She Does It Right, Milk and Alcohol...) y unas fabulosas versiones de clásicos (I Can Tell de Bo Diddley, Dust My Broom de Elmore James, Rollin' and Tumblin' de Muddy Watters, Mad Man Blues de John Lee Hooker, Route 66 de Bobby Troup...). Pero lo que me sorprendió, además de la fuerza brutal que desplegaron pese a su edad provecta, era la ausencia de artificios: no había ni un solo pedal sobre el escenario, y el guitarrista, que comandaba la banda, solo llevaba dos guitarras: una Fender y... otra Fender de sonido muy parecido a la primera. No hacía falta más: con su energía, su maestría, y con su dominio del slide, volvió loco a la respetable cantidad de acólitos que pudimos disfrutar del espectáculo.

Hay un "pero", claro: y es que tanto derroche de fuerzas no podía prolongarse ad eternum, menos aun con los años que acumula la banda en sus DNIs, o lo que sea que usen en UK. Así que el concierto duró 1 hora y 20 minutos escasos (bises incluidos). Pero vamos, que todo el mundo quedó encantado por la actuación de Dr. Feelgood. Deseo y confío que no tengan que pasar casi 20 años más para volver a disfrutar de ellos.