sábado, 30 de octubre de 2021

Batería de chistes II

 






martes, 5 de octubre de 2021

Los Bisontes en La Traviesa


 La Traviesa (Torredembarra, Tarragona), 3 de octubre de 2021. Había visto a Los Bisontes hacía más de 25 años en la misma plaza, y los recordaba con un gran directo, y con un acertadísimo repertorio  de versiones de temas sobre todo southern, del que hacían gala en su fantástico disco Fast Tracks de 1998. Así que tenía muchas ganas de volver a disfrutar a estos barceloneses de corazón americano.

El cielo plomizo sobre nuestras cabezas, y el 80% de posibilidades de precipitación que anunciaba la app del móvil, no daban demasiada cancha al optimismo. Aunque La Travi contaba con muchísimo menos público del habitual, dada la aciaga previsión meteorològica, comprobamos que el escenario estaba montado y los amplis encendidos, así que entramos.
 
El espectáculo empezó 20 minutos después de la hora programada, y con los músicos mirando al cielo, pero empezó bien: versión de Allman Brothers Band para calentar motores, seguida del Lay Down Sally de Eric Clapton. Pero, ¡ay!: las cosas se torcieron a partir de entonces. Los Bisontes cayeron en una retahíla de canciones country de poco "punch", sin presentarlas, sin prácticamente interacción con el público, sin emocionar. Los músicos tienen una calidad indudable, pero la pasión y la conexión se consigue con algo más. Así que cayó una versión de Rolling Stones (Dead Flowers), varias de grupos poco conocidos (Pure Prairie League, New Riders of the Purple Sage), y lo que intuyo que eran temas propios. Pero todo con un sonido falto de chispa, y un estilo demasiado homogéneo, a pesar de los intentos de la banda de ir combinando diferentes instrumentos (guitarras acústicas, eléctricas, pedal guitar e incluso un banjo). La cosa parecía que iba a remontar a la hora de concierto, cuando sonó una brillante interpretación del tema Just Ain't Easy de los Allman Brothers, seguido del clásico Route 66 que popularizó Chuck Berry. Pero a continuación la banda se volvió a hundir en un par de temas insulsos. Y ya no dio para más remontadas, porque la lluvia hizo su aparición con fuerza y todos tuvimos que apresurarnos: nosotros a tapar el vaso de cerveza con la mano y ponernos a cubierto, y los músicos a cubrir los equipos.

O sea, que sin dar un mal concierto, Los Bisontes del siglo XXI me dejaron bastante frío, y la climatología se encargó de abortar cualquier posibilidad de redención. Pese a todo, ya sabéis mi máxima: más vale una mala noche de rock'n'roll que una buena noche viendo a Pedrerol.