martes, 26 de junio de 2007

¿Quién es esa chica?

Pues esa chica es Katie Melua, una jovencísima cantante de aquellas que te acarician con su voz. Con sólo 23 añitos, esta belleza de ojos verdes nacida en Georgia (la de la antigua CCCP, no la de Ray Charles) está asaltando las listas inglesas con su segundo y último trabajo, Piece by Piece, un discazo sobrecogedor.

Katie bebe del jazz, del blues, e incluso de la new wave, lo cual evidencía en algunas de las versiones que se marca en el disco: Blues In The Night (ya sabéis, la de tariro tariiiiro), On The Road Again (Canned Head) o Just Like Heaven (The Cure). Pero, y lo que es menos habitual, también bebe de la world music, especialmente de la música asiática, y con canciones como Halfway Up the Hindu Kush o el exitazo Nine Million Bicycles te transporta a la India y a la China (respectivamente).

En fin, poco más que decir de esta nueva estrella, a la que seguiré la pista bien de cerca. Tanto su música como su voz me erizan el vello, y físicamente no tengo más que mirar su foto para caer hipnotizado y rendido a sus pies. Y yo que juré no volverme a enamorar de niñatas cantantes...

viernes, 22 de junio de 2007

Patti y mis pecados

Mientras escucho el último trabajo Patti Smith, compuesto de versiones de clásicos del rock, me doy cuenta de que hoy se cumplen ya 8 años de un viaje a Amsterdam que supuso un antes y un después en mi vida. Como a menudo suele pasar en discusiones de pareja, estas tienen un feo don de la oportunidad, y surgen siempre antes de hacer algo planeado juntos. Algo bonito, como un viaje, o algo en común con amigos y familia. Y allí estáis los dos, aguantando el tipo ante los demás, con mal sabor de boca, porque el cabreo tiene un sabor agrio, el jodido. Y cuando se mezcla con orgullo, aún sabe peor, y sienta mal seguro. Como la porquería que se bebió Rafa el otro día.

Algo así nos pasó a Almond y a mi el día antes del viaje, una pelea absurda, y llegamos a Amsterdam un pelín raros. Y yo me empeciné en probar las sustancias locales. Y a los pocos días, aún estaba más raro. Y me sentí lejos, separado de ella, atrapado en un viaje al que aún le quedaban tres o cuatro días para acabar, una eternidad para mi paciencia. Y me volví otro, sin darme cuenta de que si la hubiera perdido en aquel momento, nunca jamás hubiera sido ya el mismo.

Y pasamos tristes las horas, con la sensación de estar echando por la borda un viaje que podría haber sido maravilloso.

Y llegó el viernes, y vimos el cartel del concierto de Patti Smith y, sin haberla escuchado nunca, compramos las entradas y fuimos a verla.

Almond me cogió de la mano al entrar en la iglesia, donde los acólitos de la religión del rock, la paz y la hierba estaban expectantes, minutos antes de que saliera su musa al escenario. Y cuando empezaron los versos de uno de sus poemas, se me erizó el vello en la nuca, porque la sensación de autenticidad de lo que estabamos viviendo era muy potente, y todos la estabamos compartiendo. Y sonaron las guitarras, viejas como ella, como los acordes crujientes y cálidos de los amplis al rojo vivo, a punto de estallar.

Y Patti entonó el "Jesus died for somebody's sins but not mine" y en pocos segundos llegó la Gloria.

Y me di cuenta, en aquel momento, de que estaba haciendo el idiota de verdad hacía muchos días, y que necesitaba tirar esa bolsa de hierba en el retrete, dejarme de porquerías y pedirme una cerveza de verdad y darle un beso suave a Almond en la frente, porque entonces ella sabría que había vuelto, y quizás podría perdonarme. Y que debería aprender de esta historia, y currar para salir del abismo una y otra vez, hasta que llegara el día en que el abismo me pareciera un pequeño charco.

Y sigo currando.

martes, 19 de junio de 2007

Ya tengo la Rory Gallagher Strat!

Por fin, ya está en casa, después de un montón de meses de dudas, reflexiones y sobretodo, de darle la paliza a todos los que están a mi alrededor, he recibido la Fender Stratocaster Custom Shop Rory Gallagher Tribute. Y pongo el nombre completo, porque cuando una guitarra tiene un nombre así será por algo, dije yo, y puedo deciros ahora que ni una sola palabra es superflua en su denominación. Es una Fender Stratocaster, fabricada en la Custom Shop, y tributo a Rory Gallagher.

Se trata de la guitarra réplica exacta, creada en la factoría donde se hacen los modelos de mayor nivel (entre ellos la réplica limitada de la Blackie de Clapton), de la Strat que acompañó al gran Rory durante casi 35 años, desde el día que la compró en 1961 (de hecho, se dice que es la primera Stratocaster que se vendió en Irlanda), hasta su muerte en 1995.



Y lo de réplica / tributo se ha llevado hasta el máximo nivel. Como podeis ver en las fotos, cada aspecto de la guitarra original, tal como estaba en el momento en que el hermano de Gallagher, Donald, la entregó a la Custom Shop, ha sido reproducido, incluyendo el nivel de desgaste. Se dice que Rory tenía un sudor super ácido, que fué desgastando gradualmente el acabado hasta dejarla con la madera al aire.

Es la máxima expresión del fenómeno Relic, con mucha controversia asociada, ya que no deja de ser una guitarra nueva con aspecto de vieja, y eso gusta a todo el mundo. Personalmente, en cuanto dejo de intelectualizar y pongo las manos encima de la madera finísima del mástil gastado, y toco un acorde que suena como si de verdad supiera tocar, siento que me he comprado la guitarra de mis sueños, y que tengo algo muy especial entre las manos.

lunes, 18 de junio de 2007

Más sabor añejo

A raíz de la entrada Sabores añejos de hace unas semanas, Kusinkay, un viandante habitual de esta calle del Bourbon, hizo el siguiente comentario:

¿Queréis otro sonido madurado en barrica de roble?
No os perdáis "People Gonna Talk" de James Hunter. A veces hasta me parece oír en el pickup el crepitar de las motitas de polvo sobre el disco.
"'Til Your fool comes Hoooome"

Así que, raudo como una mula electrónica, me hice con el mencionado disco. Y las palabras del amigo Kusinkay no podían ser más acertadas: James Hunter es la reencarnación de Sam Cooke, y el disco (del 2006), suena a clasicazo de los 60. Soul excelente, bien tocado, mejor cantado, que hace que la morriña te invada y te transporte 40 años atrás.

Vuelvo, pues, a terminar como ya lo hice en Sabores añejos: ¿Quién dijo que ya no se hace música como la de antes?

PD: Dejo la dirección del myspace del señor Hunter, a ver qué os parece su música:

domingo, 10 de junio de 2007

El regalo de cumpleaños

Acabo de volver de comer con unos amigos, y entre percusiones con los cubiertos, guitarreo y risas, uno de ellos ha contado una historia que me ha parecido interesante.

Hace ya unos añitos, en un concierto de The Who y Jimi Hendrix, los británicos terminaron su actuación como era habitual en ellos: machacando las guitarras, reventando los amplificadores y lanzándose contra la batería en un espectáculo dantesco de caos y aniquilación.

Entonces salió Hendrix y, en lugar de continuar con el frenesí destructor, se puso a tocar sus piezas más tranquilas. Luego se sentó en el escenario y, como en un ritual, dejó suavemente su guitarra en el suelo, la rocío con algún líquido inflamable y le prendió fuego. Mientras ardía aún tuvo tiempo de improvisar algunos solos.

Años más tarde, por el dieciseisavo cumpleaños de la hija de Frank Zappa, éste le entregó un gran paquete. Cuando Moon Unit (¡impresionante nombre, Unidad Lunar, sólo el loco Zappa podía llamar así a una hija!) lo desenvolvió, encontró una guitarra hecha añicos. El mástil estaba partido en varios pedazos, y sólo una o dos cuerdas unían el clavijero con la caja, que estaba destrozada. La desilusión de la hija fue mayúscula: cumple 16 años (una edad importante en EUA) y su padre le regala un montón de basura.

Sólo muchos años después, cuando Zappa ya había muerto, la chica descubrió que era la guitarra que Hendrix había quemado en el escenario.

En fin, no sé cuanto tiene de cierto la historia y cuanto de mito. Iba a buscarlo en Internet, pero con el vinillo del Camp de Tarragona y la soñolencia que da el solecito de junio, me apetece más tirarme a la bartola que dedicarme a la investigación. Así que si sentís más curiosidad, preguntad al amigo Google, a ver si suelta prenda.

miércoles, 6 de junio de 2007

El padre que no tenía porqué serlo

Bueno, hoy me voy a poner un poco ñoño. Cuando leí la letra de esta canción de Brad Paisley no pude evitar emocionarme, que se me pusiera la carne de gallina y hasta que se me humedecieran un poco los ojos (me debió entrar una mota de polvo). Y es que inmediatamente me recordó a mi amigo David (el coautor de este blog no, otro David), que conoció a una chica que tenía un hijo, y lo dejó todo (su familia, sus amigos, su ciudad) para estar con ella, y convertirse en el padre del niño, el padre que no tenía porqué serlo.

Cuando me preguntan sobre alguien a quien admiro, nunca pienso en un músico, un escritor o un actor, sino en gente como David. Va por él, pues.

Ver vídeo


When a single mom goes out on a date with somebody new
It always winds up feeling more like a job interview
My momma used to wonder if she'd ever meet someone
Who wouldn't find out about me and then turn around and run

I met the man I call my dad when I was five years old
He took my mom out to a movie and for once I got to go
A few months later I remember lying there in bed
I overheard him pop the question and prayed that she'd say yes

And then all of a sudden
Oh, it seemed so strange to me
How we went from something's missing
To a family
Lookin' back all I can say
About all the things he did for me
Is I hope I'm at least half the dad
That he didn't have to be

I met the girl that's now my wife about three years ago
We had the perfect marriage but we wanted somethin' more
Now here I stand surrounded by our family and friends
Crowded 'round the nursery window as they bring the baby in

And now all of a sudden
It seemed so strange to me
How we've gone from something's missing
To a family
Lookin' through the glass I think about the man
That's standin' next to me
And I hope I'm at least half the dad
That he didn't have to be

Lookin' back all I can say
About all the things he did for me
Is I hope I'm at least half the dad
That he didn't have to be

Yeah, I hope I'm at least half the dad
That he didn't have to be
Because he didn't have to be
You know he didn't have to be

lunes, 4 de junio de 2007

A lo Bukowski

Estoy jodido.

Hay alguien muy cercano que dice que me repito demasiado en lo de 'jodido', y que, a menudo, soy pesado y tozudo. Será verdad.

Cabe decir también que estoy un poco borracho y aturdido. Y es que es sábado por la noche, y no tengo conexión a Internet, como cada sábado, así que no puedo perder el tiempo visitando blogs, leyendo gilipolleces y haciendo quien-sabe-qué sin ningún resultado, así que estas lineas (this shit, que diría si hubiera nacido en New Orleans)quizás no las veas hasta el domingo o el lunes.

Pero poco importa en este momento. Enciendo el ordenador, y mientras arranca y si no fuera por mi puñetera pre-úlcera, me escanciaría algo ardiente por el gaznate sin compasión, pero sería demasiado ardiente, y aunque esté borracho y jodido, aún no estoy lo suficientemente gilipollas como para fastidiarme la noche entera, así que vamos a dejarlo.

Así, de esta guisa, más plantado que un pino y con un ataque de autocomplacencia intolerable, poco puede hacerse para mejorar la situación, me auto-engaño. Vengo de tocar con los colegas un par de horas de un rock'n'roll tremendo, causante de mi borrachera, que estoy disfrutando como nunca he logrado hacer en mi vida, y ahora necesito descompresión. Sé bien que una elección equivocada sería fatal.

Pero, Dios, cual loca ruleta rusa, he decidido vender mi alma al enorme Buddy Guy y a un disco del que no tengo ninguna referencia, Heavy Love, pero que me atrae sobremanera. Y mientras pienso las rudimentarias palabras que escribo en estas líneas, dejo que me acompañe, sin ninguna protección, sin pre-concepciones.


Y qué maravilla, si hasta está cantando Jonny Lang. Si tuviera conexión, miraría la crítica del disco en Allmusic, y si tuviera menos de 4 estrellas, inventaría algún tipo de excusa para dejar de valorarlo enseguida, influenciable que es uno.

Pero como no tengo conexión y lo que me está entrando por los oídos es buenísimo, inapelable, tengo que decir que acabo de descubrir a Buddy Guy (shame, shame, shame on me!) y que su guitarra me está hiriendo profundamente tema tras tema sin piedad, sanándome a la vez de buena manera. Y pienso que ya sé lo que es el blues por fin, y eso que hace casi dos décadas que lo escuchaba, pero no lo sentía. Y me doy cuenta de que estoy atrapado, que me balanceo en su complejidad extrema, oculta en su aparente simplicidad, y que está removiendo algo escondido en la sombra.

Por fin estoy escuchando de verdad blues negro, joder. So long....

I got a problem
I got a problem
I got a problem
I got a problem
I got a problem with my woman
and I got a problem with my wife

Pedazo de disco.

sábado, 2 de junio de 2007

De resaca con Norah

Mañana de sábado. Me despierto, y en el extremo superior de mi cuello noto una especie de melón azucarado en lugar de cerebro. Eso me pasa por poner los cuernos a mi siempre fiel Four Roses con un Malibú con piña cualquiera...

¿Qué crees, que aún tienes 15 años?- me pregunto.

Los efectos secundarios del flirteo, supongo... -me respondo, resignado.

Con un esfuerzo considerable, consigo mover el melón y arrastrarme hasta la minicadena. Pongo Not Too Late, el último disco de Norah Jones , y vuelvo a mi lecho de muerte.

Las cuerdas de Wish I Could me mecen, y la voz de Norah se desliza como una gata sobre mis sabanas. Remoloneo, en un duermevela incómodo, aguijoneado por el azúcar y el alcohol. Sinkin' Soon me acaba de despertar, trasladándome a las orillas del Mississippi, con sus instrumentos arcaicos y miss Jones haciendo de criolla maldita, mezcla de razas, tan borracha como yo.

Me pongo en pie, más doblado de lo que quisiera, y levanto la persiana. The Sun Doesn't Like You suena por el estéreo, mientras la luz me penetra por los ojos como una bala que estalla en el melón. En el baño, el espejo devuelve una imagen repulsiva y esperpéntica. Me ducho con Until The End y Not My Friend, que se acompasan con la lluvia de agua que me devuelve, gota a gota, la condición humana.

Thinking About You y Broken me acompañan mientras me seco y escarbo en los armarios en busca de unos tejanos cómodos y una camiseta no demasiado arrugada. Me visto, y la maravillosa My Dear Country, con su aire de espectáculo de ilusionismo, obra el milagro, y lo que refleja el espejo -sin ser para echar cohetes- dista mucho de la imagen patética de antes de la ducha.

Desayuno sin prisas, aun abatido con la melancólica Wake Me Up, pero animándome más con Be My Somebody y el swing suave de Little Moon. La voz de Norah suena primaveral, naïf, optimista, augurando vida después de la resaca y una mañana fantástica ahí afuera. Paro el CD en Rosie's Lullaby, ahora que he conseguido existir otra vez. Prefiero no dejarme adormecer por la nana de Rosie ni por el beso de buenas noches que es Not Too Late, el tema que titula y cierra el disco. Mejor los guardo para de aquí 15 horas, cuando vuelva a acostarme, en mejores condiciones que la noche anterior, espero. Si existe alguna cosa mejor en el mundo que levantarte con Norah, esa debe ser acostarte con ella.