Salvation in lights
Deben ser las fechas, o que ya tenemos la edad necesaria, o que compartimos discos de vez en cuando, pero parece ser que a Rafa y a mi nos ha impactado de verdad un trabajo religioso.
Desde mi punto de vista como mínimo agnóstico y posiblemente ateo, hay algo que siempre he envidiado de las personas que tienen fe, y es ese reducto de paz interior que tienen, producto de la confianza depositada en una fuerza superior que parece capaz de dar sentido a este mundo, tan a menudo cruel y despiadado. Hay en ellos una serenidad y una energía que no tenemos los que escribimos dios sin mayúsculas.
Siempre lo he pensado, pero estos días navideños me hago esta reflexión a menudo, mientras escucho y disfruto del último trabajo de Mike Farris, el que hace unos años fué lider de los Screamin' Cheetah Wheelies. Los SCW son la banda autora de uno de los discos claves en mi vida, Magnolia. Las coordenadas: rock clásico a dos guitarras, quizás sureño, influenciado por el blues, acicalado con bastante soul. Oyes a esta banda y te das cuenta que se aprecia calidad a la primera escucha.
Publicaron 3 discos durante los noventa. El primero, el homónimo, tiene un inicio que vale el disco entero: Shakin' the blues. Magnolia, el segundo, es perfecto. Colabora Warren Haynes, de los Gov't Mule y los Allman Brothers, en un tema, pero es anecdótico. La banda, por si sola, es capaz de entregar un trabajo impresionante sin ayudas. Si no estáis de acuerdo, escuchad de nuevo Gipsy Lullaby o Magnolia, y discutamos entonces.
No sé los motivos de su separación, pero fué poco después de sacar el Big Wheels, un disco en el que habían evolucionado un poco el sonido, pero que no tenía la consistencia de su antecesor. Y aquí les perdimos la pista.
Hace unos días ví que Mike Farris, su cantante, acababa de sacar su segundo disco, Salvation in lights, y después de escucharlo hinqué mis rodillas en el suelo, desolado y en acto de redención, afligido por haber abandonado durante años la escucha de su maravillosa voz y haber perdido la fe en el señor (en él, en el señor Farris, me refiero). Dios (aquí va con mayúsculas, que va después de un punto), estos no son los Screamin', esto es otra historia. Pero que sonido, y que temas. Once canciones dedicadas a la salvación, a Dios, a la virgen María, al mismísimo demonio. Pero no hay nada de Highway to Hell aquí, esto es fe verdadera.
Señores, Mike Farris ha sido tocado por la influencia divina, y el producto de su creencia profunda se escucha en una voz (versión de Sam Cooke incluída) que pone la piel de gallina, una banda que no sé si cree, pero cuando suena va a misa, y una música que, con una base firme en el gospel, tiene tal cantidad de alma, que el soul y el rock no se pelean, están haciendo el amor para formar pareja y poder entrar en el trío.
Perdonad la efusividad y la longitud, pero uno no se convierte cada dia.
Ahora, hermanos, podéis iros en paz.
2 comentarios:
Primero felicitarte por la cabecera de tu blog, por el nombre y esa gran frase sobre Coldplay.
He llegado aqui buscando material sobre Mike Farris. Yo tb caí rendido ante Salvation in lights y por supuesto Magnolia es uno de los discos de mi vida. Si no has escuchado el anterior en solitario de Farris, Godnight sun ponle remedio porque es otra joya a la altura de este ultimo. Ahora solo me falta ver de nuevo a Farris en directo....
Saludos.
AMÉN!!
... en cuanto consiga desprender mis rodillas del frío suelo, venza la desolación que me turba y modere la aflicción que atenaza mi alma, elevaré mis plegarias al señor(y me refiero al Sr. Farris)para que ilumine a esta oveja descarriada.
PD; "Todavía no hay comentarios",
rezaba en la entrada.
NO ME EXTRAÑA!!
a mi aún me cuesta articular palabra!
Joder David!
si las monjas que se encargaron de mi educación hubieran hecho gala del verbo y la pasión que has transmitido en este post,
ahora una servidora estaría abrazando los hábitos!!
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