martes, 11 de septiembre de 2007

Amusia

Parece ser que el Che Guevara padecía amusia. No sé si podría llamarse enfermedad a este trastorno que impide, al que lo padece, disfrutar de la música. Para él, lo que aquí nos hace bailar, saltar, emocionarnos, llorar y tocar, no eran más que un conjunto de sonidos extraños, inconexos, sin sentido.

Me acordé del Che ayer, mientras conducía, ya que sonó potentísimo el tema Alright de Anouk, y dí gracias al cielo (los que no tenemos Dios, tenemos que buscar alternativas) por volver a sentir como corría la droga por mis venas, y sin haber tomado nada. Perfectamente sereno, pero con el subidón que te produce la música en aquellos momentos mágicos en que estás receptivo, en que el sol empieza a caer y es hora de encender las luces del coche, cuando parece que la carga del día se hace menos pesada, como si hasta mañana ya no tuvieras de ocuparte de nada.

Me gustaría que se hiciera un análisis médico de ese estado, ese momento en que entran batería y bajo con un groove impresionante, para ver que le sucede a tu cerebro, que substancias segrega, como se acelera tu pulso, como te olvidas por un momento de todo lo que te pesa y te sumerges en el instante, sin protección alguna. Sin ningún efecto secundario, excepto esa sonrisa que se dibuja en tu cara y ese movimiento de dedos involuntario, que sube el volumen para que el bombo te haga temblar los pantalones a cada golpe. Estos momentos son los que nos enganchan, los que buscamos escuchando sin parar.


Cuando Anouk entra con su voz increíble, genial cantante de rock, me acuerdo del Che y le mando un saludo, Comandante, que quizás no podías escuchar lo que yo escucho ahora, pero estoy seguro que has podido sentir lo que estoy describiendo.

Anouk, Hotel New York. Para mí, uno de los mejor es discos de los últimos años, sin ninguna duda.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Me enfermo de eso, y me suicido. Una vida sin música no merece ser vivida

Anónimo dijo...

Curiosa la relación del "Hotel NY" de Anouk con la novela "1984" de Orwell (será que los tengo a los dos fresquitos...):

“El nombre del disco tiene una raíz muy sencilla. Un hotel homónimo en la ciudad de Rotterdam fue el lugar elegido por Anouk y su compañero habitual en las tareas compositivas, Bart Van Veen, para escribir los temas incluidos en la producción. La habitación 101 del hotel –no hubo paralelismos forzados con la orweliana en la apocalíptica novela 1984, según aclara la artista- fue el escenario creativo que facilitó el alumbramiento del disco”

Anónimo dijo...

Genial descripción del feeling por la música, David. Gracias