viernes, 28 de diciembre de 2018

Mi canción del verano 2018

El año a punto de terminar, y por razones que no vienen a cuento, todavía no he publicado mi obligado post sobre la que fue mi canción del pasado verano. Así que vamos a ello.

Hace casi 30 años, en el que fue mi primer trabajo "oficial", es decir, con contrato, una compañera me preguntó ¿qué tipo de música escuchas?, a lo que yo respondí Fleetwood Mac. ¡Ah!, ¿pop-rock en inglés?, dijo ella. Y yo contesté No, la verdad es que prácticamente sólo escucho a Fleetwood Mac.

Era verdad. Por aquel entonces (debía ser 1989 o 1990) estaba enganchadísimo a la banda británica. Compraba sus vinilos en la calle Pelayo de Barcelona, los grababa en una cinta de cassette al llegar a casa (por temor a que se rayaran, como me pasó con el Tango in The Night), y los escuchaba casi ininterrumpidamente.

Desde entonces, Fleetwood Mac se ha convertido en uno de esos lugares comunes donde vuelvo con asiduidad, cuando la oreja me pide descansar de nuevos descubrimientos y recuperar sonidos que me transporten a mis años mozos. Precisamente el pasado verano ha sido una época en la que, no sé muy bien porqué, he vuelto a escuchar muchísimo al grupo de Mick Fleetwood y John McVie, especialmente sus trabajos de los años 70 y 80. Además, aunque la banda hace tiempo que no publica material nuevo, sus spin offs suelen ser la mar de interesantes, y les presto atención. El último, el fantástico trabajo que facturaron en coalición Lindsey Buckingham y Christine McVie el pasado 2017, del que me he enamorado. Quizás no tanto como lo hacía hace tres décadas de los discos de The Mac, ya se sabe que los enamoramientos a los 18 son irrepetibles. Pero he disfrutado el álbum al máximo, y el que para mí es su mejor tema, Red Sun, se ha convertido por méritos propios en mi canción del verano 2018.


Otras canciones de otros veranos:

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Blues. La música del Delta del Mississippi

Acabo de terminar Blues. La música del Delta del Mississippi (2008), un interesante ensayo sobre la historia del blues a cargo del historiador estadounidense Ted Gioia.

El libro se podría dividir en tres partes: en los primeros capítulos, Gioia explora las raíces más profundas del género, las difusas (y por supuesto nunca registradas en soporte magnético) músicas africanas, europeas y americanas anteriores al siglo XX que pudieron dar lugar al estilo que se originó en plantaciones y pueblos del Delta del Mississippi, y que se empezó grabar a partir de 1900.


La segunda parte del libro lo conforman las biografías de varios de los primeros nombres propios conocidos del género: gente como Son House, Skip James, Charley Patton, Robert Johnson, Muddy Waters o Howlin' Wolf, entre otros, que crearon escuela transformando el blues primigenio con sus aportaciones.


Y por último, los capítulos finales narran cómo, durante los años 60 y 70, algunos productores, musicólogos e incluso aficionados barrieron el Delta buscando y rescatando del olvido a viejos bluesmen como los mencionados Son House o Skip James, dándoles la oportunidad de retomar sus respectivas carreras, gracias al interés que despertaron versiones de temas suyos realizadas por grupos de moda como Rolling Stones o Cream.


Una lectura indispensable para cualquier amante de la música con curiosidad por conocer las raíces y a los artífices del blues tal como lo conocemos hoy en día. Por cierto, aunque la edición que yo he leído es de 2010, la editorial Turner acaba de reeditar el libro este 2018.

jueves, 8 de noviembre de 2018

Laura Varges en el Stone

Bar Stone (Tarragona), 2 de noviembre de 2018. ¿Y quién es Laura Varges? Pues según investigaciones realizadas tras la finalización del concierto, Laura Varges es una portuguesa de 23 años que estuvo de Erasmus el curso pasado en la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona. Y, por lo que se adivina, este puente de Todos los Santos volvió de visita a la ciudad y aprovechó para hacer un spanish tour, como lo llama ella, por diferentes bares de la villa. Pero todo esto lo sabemos ahora, claro. Cuando unos amigos y yo fuimos al Stone el viernes pasado no teníamos ni idea de a quién íbamos a encontrarnos allí, ni de que disfrutaríamos de un espectáculo divertidísimo, ni mucho menos de que caeríamos rendidos a los pies de la menina.


Varias son las cartas con las que juega (y gana) la joven Varges. En primer lugar, su buen hacer al frente del piano: pese a su corta edad (o precisamente gracias a ella), Laura toca de una manera alegre, desenfadada, como si lo que hiciera no tuviera excesiva complicación. Pero, a poco que afines la oreja, su impecable dominio de las teclas se hace evidente. En segundo lugar, su frescura y desparpajo: desde el minuto 1 se ganó al respetable con una simpatía contagiosa: riendo, hablando en "portuñol", bromeando, levantando carteles donde se leía "Aplausos", "Whoa-ha" y "Dadme Like en Facebook"... En tercer lugar, su ecléctico repertorio basado en clásicos de todas las épocas: Ray Charles, Nina Simone, Creedence Clearwater Revival, The Beatles, The Animals, Janis Joplin, The Clash, Queen, Radiohead, Pearl Jam, Fairground Attraction, 4 Non Blondes, Nirvana, The Cranberries, Oasis, Gnarls Barkley, Beyoncé... A los que hay que sumarles un par de fados que fueron una delicia. Y por último, su entrega: el show duró dos horas buenas, y más que se hubiera prolongado si por los asistentes hubiera sido, ya que con cerveza y la música en directo de Laura, el Stone era el paraíso en la Tierra.



En definitiva, que con sus buenas artes, la joven lusa nos encandiló a todos. Mucha suerte a esta crack del piano en su andadura, y ya sabéis, dadle Like en su Facebook, que la chica se lo merece.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Dr. Feelgood en la Sala Zero

Sala Zero (Tarragona), 26 de octubre de 2018. Tercer fin de semana consecutivo de gloria "conciertil". Si los dos anteriores fueron a cargo de los jóvenes The Electric Alley y Ben Poole, este sábado era el turno de los veteranos Dr. Feelgood, que actuaron en la Sala Zero de Tarragona.

Había visto a la banda británica en 1999, y sus componentes ya me parecieron que estaban muy mayores. Así que casi dos décadas después, los cuatro integrantes parecían sacados del ala de veteranos de un geriátrico de la campiña inglesa. Pero, ¡ay!, una cosa es la pinta, y otra el corazón. ¡Menuda fuerza y poderío que desplegaron sobre el escenario estos abueletes! La banda ofreció un concierto arrollador, muy al estilo Ramones, con canciones cortas y prácticamente sin pausas. Un torrente de blues y rock, donde interpretaron algunos de sus temas más conocidos (Back in The Night, Roxette, She Does It Right, Milk and Alcohol...) y unas fabulosas versiones de clásicos (I Can Tell de Bo Diddley, Dust My Broom de Elmore James, Rollin' and Tumblin' de Muddy Watters, Mad Man Blues de John Lee Hooker, Route 66 de Bobby Troup...). Pero lo que me sorprendió, además de la fuerza brutal que desplegaron pese a su edad provecta, era la ausencia de artificios: no había ni un solo pedal sobre el escenario, y el guitarrista, que comandaba la banda, solo llevaba dos guitarras: una Fender y... otra Fender de sonido muy parecido a la primera. No hacía falta más: con su energía, su maestría, y con su dominio del slide, volvió loco a la respetable cantidad de acólitos que pudimos disfrutar del espectáculo.

Hay un "pero", claro: y es que tanto derroche de fuerzas no podía prolongarse ad eternum, menos aun con los años que acumula la banda en sus DNIs, o lo que sea que usen en UK. Así que el concierto duró 1 hora y 20 minutos escasos (bises incluidos). Pero vamos, que todo el mundo quedó encantado por la actuación de Dr. Feelgood. Deseo y confío que no tengan que pasar casi 20 años más para volver a disfrutar de ellos.




viernes, 26 de octubre de 2018

Ben Poole en Cambrils

La Boheme (Cambrils, Tarragona), 19 de octubre de 2018. Espectacular el concierto que se marcó Ben Poole el pasado viernes, enmarcado en la 10a Mostra Internacional de Jazz y Blues de Cambrils. Aunque era conocedor del virtuosismo del británico, tenía mis dudas en cuanto al evento: ¿encontraríamos al Poole de su último disco, Anytime You Need Me (2018), melódico y moderado? ¿O la bestia parda de algunos de los vídeos en directo que se pueden ver en YouTube? 


 Afortunadamente, ocurrió lo segundo. El joven bluesman y su banda ofrecieron un espectáculo explosivo, con temas de sus dos álbumes en estudio, pero abordados con la garra de la que carecen en plástico o CD.  Pero fue en las versiones donde Poole se salió, ejecutando unas gloriosas interpretaciones de Have You Ever Loved a Woman de Freddie King y Old Love de Eric Clapton que volvieron loco al respetable. La banda que le acompañaba también estuvo a la altura, con especial mención al teclista, todo entrega, con lo que la noche se convirtió en una memorable velada de sudor y blues-rock.


 Y he de decir que, tras el show, he recuperado sus discos en estudio, y aunque en mi humilde opinión piden a gritos una producción más arriesgada, he de reconocer que tienen momentos muy inspirados, que beben sin complejos de grandes del género como Robert Cray o el mentado Eric Clapton. ¡Grande Ben Poole!

PD: Fotos cortesía de David.