lunes, 30 de septiembre de 2019

Miles

Acabo de terminar Miles (1989), la autobiografía de Miles Davis, que publicó 2 años antes de su muerte. Un libro directo, donde el trompetista desgrana su trayectoria artística y también personal. Davis habla sin tapujos, lo que revela su espíritu creador, pero también lo radical de su pensamiento (a menudo racista y misógeno) y actitudes. Pero hay que agradecerle la franqueza, ya que permite descubrir el lado más salvaje y excesivo de esta leyenda del jazz más allá de la genialidad y sensibilidad que caracterizan sus composiciones.

Una lectura amena y a menudo sorprendente, con decenas de referencias detalladas sobre quién componía su banda en cada momento de su carrera (y es admirable descubrir como músicos que empezaron con él se convirtieron luego en grandes del género, como Herbie Hancock, Art Blakey o Gerry Mulligan, entre muchos otros). Y también con las obligadas incursiones en las etapas más morbosas de su vida, repletas de drogas y sexo a todos los niveles.

Muy recomendable para los que no somos fans suyos, e intuyo que indispensable para los que sí lo son.

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