domingo, 27 de mayo de 2018

Punk's not dead



Sala Zero (Tarragona), viernes, 25 de mayo de 2018. Unas horas antes de entrar al concierto de Mamá Ladilla, estuve escuchando uno de sus discos y preguntándome "¿Por qué disfruté tanto la primera vez que los vi, hace 5 años, si el punk no es ni de lejos mi estilo preferido?". Mis dudas se disiparon a los pocos minutos de esta segunda ocasión: la energía que transmite este power trío es tan apabullante que lo único que puedes hacer es dejarte llevar por el torrente de decibelios y locura que derrochan desde los primeros compases. El flemático pero divertido Juan Abarca capitanea la banda con gancho, tablas, y un más que notable dominio de la guitarra. Pero es Sergio González quien, a las cuatro cuerdas, imprime de forma magistral el frenesí melódico de las canciones, haciendo que los más osados se lanzaran desde el minuto 1 a un pogo interminable. A la batería, Abel del Fresno no le va la zaga, así que el estallido de punk-rock sacudió la sala y al centenar de personas que gozamos del espectáculo. El humor tan particular de las letras y la banda hizo el resto, y la velada se convirtió en una apoteosis que hace echar de menos tiempos pretéritos, cuando grupos como Kortatu, Cicatriz o La Polla Records subvertían las conciencias de los jóvenes de la Transición española. Con lo podrido que está el panorama político actual, buena falta nos haría que el punk volviera a la palestra.

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