miércoles, 25 de enero de 2017

Funny Girl

Ando leyendo estos días Funny Girl (2014), del británico Nick Hornby. El libro va sobre una comediante y la exitosa serie de la BBC que protagoniza, a mediados de los años 60. Pero, como buen melómano que es (uno de sus libros es el famoso High Fidelity), el autor no puede evitar las referencias musicales, que siempre me gusta encontrar en las novelas. Aquí va una de ellas (página 106), de cuando los productores de la serie buscan una sintonía para la cabecera:

Ron Grainer had asked a record producer called Shel Talmy at Decca Records to recommend a session guitarist, and Talmy had told him to use a young man called Jimmy Page. Under Grainer’s supervision, Page played Miles Davis’s ‘So What’ in a sort of blues band style, and it sounded terrific, Dennis thought.

domingo, 15 de enero de 2017

10º aniversario

Hoy, este humilde blog cumple la friolera de... ¡DIEZ años de vida!. Asusta pensar que, desde el día en que Bourbon Street Online vio la luz, soy 10 años más viejo, 10 años más feo, 10 años más sabio... Bueno, más sabio no creo: nunca he compartido el dicho que el saber no ocupa lugar, y mi teoría es que, cuando una neurona se llena con información, otra información se pierde en el proceso, sobre todo a medida que te haces más y más mayor. Pero a saber, quizás aquí me traiciona mi formación informática, que postula que la memoria física es reutilizable pero limitada.

Sea como sea, la verdad es que una década me parece una burrada de tiempo, casi un 25% de mi vida con uso de razón (y también con desperdicio de la misma, no nos vamos a engañar). Pero para tener una visión de la magnitud de la tragedia, vamos con unos datos, no siempre relacionados con la música, de lo que han dado de sí estos últimos 10 años:


- Posts publicados en Bourbon Street: 481
- Comentarios recibidos: 933
- Discos añadidos a iTunes: 1.286 (de 1.088 artistas diferentes)
- Reproductores de MP3 usados: 3 (un Creative Zen y dos iPod Touch)
- Mails recibidos: 21.958 (sin contar el correo del trabajo)
- Mails enviados: 8.080 (ídem)
- Libros leídos: 289
- Países visitados: 24
- Vuelos tomados: 63
- Hijas: 2

En fin, una barbaridad de tiempo, aunque probablemente seguiré escribiendo en el blog una temporadita más. Como ya he dicho en alguna ocasión, Bourbon Street me sirve sobre todo de cuaderno de bitácora musical, y dado que se aproximan algunos eventos interesantes (conciertos, nuevos discos...), habrá que dejar constancia de mis impresiones. Más que nada, para guardar en algún lado la información que no logro embutir en las neuronas, o que se irá evaporando a medida que lleguen nuevas experiencias. Y, por supuesto, para seguir disfrutando del placer de escribir, algo que me acompaña desde los 9 años, si no recuerdo mal, y que me gustaría mantener.

Antes de terminar, y como ya es habitual en mis posts de aniversario, dos cosas: un recuerdo para David, cofundador de este blog, y quien espero que se vuelva a reenganchar alguna vez. Y las obligadas pero sinceras gracias a todos los que os dejáis caer por esta Calle del Bourbon de vez en cuando. Un abrazo, y que vuestros sueños de rock'n'roll siempre os acompañen.


Rock'n'roll dreams come through (Meat Loaf)

You can't run away for ever
But there's nothing wrong with getting a good head start
You want to shut out the night, you wnat to shut down the sun
You want to shut away the pieces of a broken heart



Think of how we'd lay down together
We'd be list'ning to the radio so loud and so strong
Ev'ry golden nugget coming like a gift of the gods
Someone must have blessed us when he gave us those songs



I treasure your love
I never want to lose it
You've been through the fires of hell, and I know you've got the ashes to prove it



I treasure your love
I want to show you how to use it
You've been through a lot of pain in the dirt, and I know you've got the scars to prove it



Remember everything that I told you, and I'm telling you again that it's true
You're never alone, 'cause you can put on the 'phones,
and let the drummer tell your heart what to do



Keep on believing, and you'll discover baby



There's always something magic
There's always something new
And when you really really need it the most, that's when rock and roll dreams come through
The beat is yours for ever
The beat is always true
And when you really really need it the most, that's when rock and roll dreams come through,
for you


Once upon a time was a backbeat
Once upon a time all the chords came to life
And the angels had guitars even before they had wings
If you hold onto a chorus you can get through the night



I treasure your love
I never want to lose it
You've been through the fires of hell, and I know you've got the ashes to prove it



I treasure your love
I want to show you how to use it
You've been through a lot of pain in the dirt, and I know you've got the scars to prove it



Remember everything that I told you, and I'm telling you again that it's true
You're never alone, 'cause you can put on the 'phones,
and let the drummer tell your heart what to do



Keep on believing, and you'll discover baby



There's always something magic
There's always something new
And when you really really need it the most, that's when rock and roll dreams come through
The beat is yours for ever
The beat is always true
And when you really really need it the most, that's when rock and roll dreams come through,
For you!

jueves, 12 de enero de 2017

Los beneficios de la filosofía zen

 Mi amigo Rolando está pasando por una etapa zen. Ha decidido librarse de objetos superfluos, y optar por una visión minimalista de la vida. Hace bien. Una vez leí (creo que en un anuncio de gafas de sol) una frase que comparto: The lighter you travel, the further you go. Así que la opción de Rolo me parece de lo más acertada. Cuanto menos equipaje lleves, más lejos llegarás.

Por otro lado, y como ya comenté en un post, el equipo de música de mi actual coche es bastante vintage: no tiene entrada de audio, ni de iPod, ni mucho menos Bluetooth. O sea, que tiene radio, reproductor de CD, y punto pelota. Lo cual no me parece mal, ya que esto me ha dado pie a recuperar viejos compacts que tenía sepultados en cajas desde la última mudanza. Pero claro, tras varios centenares de kilómetros, y dado que mi colección de CDs la tenía más que trillada ya antes que el MP3 apareciera en mi vida, echaba de menos nueva música que llevarme a las orejas durante mis desplazamientos.

Y aquí es donde convergen las dos historias: hace unas semanas quedé con unos amigos para cenar, y Rolando trajo una bolsa repleta de compactos para regalarlos entre los asistentes. Y es que la verdad, existiendo Spotify y similares, hay que reconocer que los soportes físicos son, como mínimo, prescindibles.  Yo tampoco soy demasiado de acumular objetos, pero dadas las circunstancias, la ocasión la pintaban calva. Así que me hice con unos cuantos discos que, desde entonces, amenizan mis viajes en coche. Hete aquí las joyitas que me llevé a casa, o mejor dicho, a la guantera:

  • Bat Out of Hell (1977), de Meat Loaf
  • Californication (1999), de Red Hot Chili Peppers
  • Dookie (1994), de Green Day
  • Finn (1995), de Finn Brothers
  • Mother's Milk (1989), de Red Hot Chili Peppers
  • New Miserable Experience (1992), de Gin Blossoms
  • Strange Brew: The Very Best of Cream (1983), de Cream
  • The Greatest Songs of Woody Guthrie, Vol. I (1972), de Woody Guthrie 
 
 
Como se puede ver, discos con solera (no hay nada de este siglo), y que estoy disfrutando de lo lindo. Algunos (como el de Gin Blossomos), porque no los había oído nunca. Y otros, como mi amado Bat Out of Hell, porque nunca, nunca, me cansaré de escucharlos.
¡Gracias, Rolo!


miércoles, 4 de enero de 2017

Lo que 2016 se llevó


Bowie, Cohen, Lemmy, Prince... 2016 pasó como una exhalación, y en su estampida se llevó por delante a varias leyendas de la música. Aunque mi mitomanía se vio más afectada el año anterior, ya que en 2015 la Parca se anotó, entre otros, a B.B. King, Javier Krahe y a Natalie Cole, el 31 de diciembre. La de esta última, por cierto y en mi opinión, una desaparición que no tuvo la repercusión que merecía. Pero es lo que tiene morirse ese día, que la gente está más por el vestido de la Pedroche que por la pérdida de una de las grandes divas del soul.

Otra muerte sonada este 2016 ha sido la de George Michael, curiosamente el Día de Navidad, dándole un nuevo y macabro significado al título de uno de sus hits: Last Christmas. Nunca fui un gran seguidor de Jorge Miguel, pero reconozco que le tenía cierta simpatía. En primer lugar, por el escándalo que hubo en 1998 cuando fue arrestado por tener relaciones sexuales con un tío en un lavabo público: me pareció anacrónico, algo más propio de la época victoriana en que vivió Oscar Wilde que de los últimos coletazos del Siglo XX. En segundo lugar, porque pienso que era un artista que , tras el exitazo de su primer disco en solitario (Faith, 1987), podía haberse instalado en el lado fácil (y rentable) de la música,y dedicarse a facturar pop para adolescentes como han hecho muchos de sus compañeros de profesión. Y sin embargo, optó por discos más arriesgados y personales, como el Listen without Prejudices (1990) que siguió al Faith, y que no vendió ni de lejos lo que su predecesor.

Y por último, y aquí es donde quería llegar, porque Georgios Kyriacos Panayiotou, que ese era su verdadero nombre, dejó en su haber una de las grandes canciones de los 80. Un tema incluido en el mentado Faith, una canción que es puro jazz, una balada que he escuchado decenas de veces, y que todavía hoy me parece soberbia. Hacía meses que la quería colgar y no encontraba excusa. Desgraciadamente, me la ha tenido que proporcionar la muerte de su autor, a la temprana edad de 53 años. Descanse en paz.