martes, 3 de diciembre de 2013

Roy got it

Esta semana se cumple el veinticinco aniversario del fallecimiento de un mito del rock'n'roll: el 6 de diciembre de 1988, el gran Roy Orbison moría en Hendersonville, Tennessee, a la edad de 52 años. El fatal acontecimiento le pilló en un inesperado regreso a la fama. Tras gozar de una enorme popularidad durante la década de los 60, su éxito fue desvaneciéndose en las siguientes dos décadas, condenando al de Vernon a vender sólo un puñado de copias de los discos publicados por entonces.

Pero su incorporación en el supergrupo The Traveling Wilburys y el éxito del primer trabajo de la banda, The Traveling Wilburys Vol. I (1998), volvió a despertar el interés del público por Orbison. Recibió premios y reconocimientos por su carrera, volvió a llenar salas de conciertos, tocó en programas de televisión, grabó vídeos, y completó el que se convertiría en su último trabajo discográfico. Su primer sencillo, You Got It, publicado antes que el LP viera la luz, cosechó un éxito más que considerable, tanto en Estados Unidos como en Europa. Pero el regreso a la palestra le pasó factura, y de qué manera: mientras se recuperaba en su casa de Tennessee del estrés de la promoción, sufrió un ataque al corazón que terminó con su vida.

Desde hace días escucho a todas horas su obra póstuma, Mistery Girl (1988), una maravilla de álbum que pese al cuarto de siglo transcurrido, sigue sonando atemporal y 100% vigente. Elvis Presley, Richie Valens, Buddy Holly... Pocos músicos han tenido esa magia especial, esa esencia inconfundible, ese "algo" único e indescriptible que los convirtió en leyendas del rock.

Roy got it.

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