Rompiendo el hielo
Ando estos días de regreso al blues, y enganchado a esa obra maestra que es 
Ice Pickin' (1978), del Master de la Telecaster Albert Collins. Menudo 
discazo, sin un tema malo, con instrumentales como Ice Pick o Avalanche,
 con Too Tired, ese clásico que luego rememoró Gary Moore, y con esos 
diálogos a tres, entre Collins, la mujer fatal de turno, y su guitarra (Honey, Hush, Conversation with Collins, Master Plan...). Un lujo de trabajo, el primero que publicó con Alligator Records, sello sin el cual la historia del blues 
eléctrico no sería la misma. 
 
Sirva este post para 
homenajear a ese genio que fue The Ice Man, que el próximo octubre cumpliría 80 años si un cáncer no se lo hubiera llevado por delante 
en 1993. En mi opinión, Collins es uno de los grandes olvidados del blues, pese a 
estar a la altura de otras leyendas como podrían ser Los 3 Reyes (Albert, Freddie y B.B. King). Pocas guitarras suenan como sonaba 
la del tejano, y al parecer sus directos eran apoteósicos, no sólo 
por su savoir-faire a las cuerdas, sino también por su entrega y sentido 
del humor. Un ejemplo, quizás el más sonado: en medio de un solo en
 un concierto en Austin, Collins bajó del escenario y, sin dejar de 
tocar, abandonó el recinto. Varios minutos después de volver a entrar 
por la puerta y regresar a escena, un repartidor entró en el concierto y
 le entregó la pizza que había pedido al dejar el edificio.
Insuperable.
Insuperable.
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
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