Los 40 (6 de 8)
Al mal tiempo buena cara. Seguimos con el repaso a 40 discos de rock que marcaron una época: mis años de juventud.
Platero y Tú, Hay poco rock & roll (1994): Antes que Fito se volcara con los Fitipaldis, lideró a los ya míticos Platero, que facturaban una gozada de rock'n'roll de alto octanaje. Los vi en directo, y tengo una imagen grabada en la memoria: al entrar en el escenario, el guitarrista, Iñaki "Uoho" Antón, deja una botella de bourbon llena sobre un ampli, a la que va dando tientos entre canción y canción. Al terminar el concierto, la botella está completamente vacía (y el tío sigue tocando como una bestia, claro).
Poison, Open Up and Say... Ahh! (1988): Buf, qué decir de Poison y de este su segundo trabajo. Probablemente es el disco de glam-rock que más he escuchado en mi vida, y uno de los culpables que vistiera chupas de cuero y botas camperas a finales de los 80. Aunque hay quien discrepa, para mí es el mejor disco de la banda.
Quireboys, A Bit of What You Fancy (1990): Otro discazo que escuché hasta saberme cada acorde, cada riff de guitarra, cada golpe de tecla de piano, cada oh yeah de su cantante Spike. Si con Poison pueden haber discusión sobre cuál es su mejor disco, con Quireboys no caben las dudas. Este A Bit of Whay You Fancy es un clásico que sigue sonando fantásticamente bien 21 años después.
Red Hot Chili Peppers, Blood Sugar Sex Magik (1991): Otro disco que consagró a sus autores y gracias al cuál siguen en esto de la música dos décadas después. Los RHCP crearon escuela con su crossover tan especial, y dejaron algunas canciones para la historia, como Give it Away o Under the Bridge. Recuerdo que luego salieron tropecientas bandas que se inspiraban en los californianos, y cuando les preguntabas qué tipo de música tocaban, incapaces de etiquetarla te contestaban "pues... como la de los Red Hot Chili Peppers").
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