Melody Gardot en el Palau de la Música
Miércoles, 14 de abril de 2010. Palau de la Música Catalana de Barcelona. Cuando el humo envolvió el escenario, los músicos empezaron con música fantasmal, entre étnica e hipnótica, y la protagonista de la noche se tendió sobre el piano abierto para arañar las cuerdas, todo el Palau se dio cuenta que no iba a ser un concierto de jazz al uso. Rubia platino, vestido negro corto y ceñido, tacones de vértigo, y bastón y gafas de sol por prescripción facultativa, Melody Gardot parecía Debbie Harry vestida para matar.
El espectáculo se inició con The Rain, extraída de su último disco, pero reinventada en una especie de jazz experimental. La banda (contrabajo, batería y saxo) improvisaba mientras la voz flotaba entre la polirritmia. Esa fue la tónica del resto de las canciones: reinterpretar cada tema, cambiándolo a un tempo diferente o convirtiéndolo a un nuevo estilo. Baby I'm a Fool sonó a Robert Johnson, If The Stars Were Mine a Joni Mitchell, Worrisome Heart a Dr. John..., y todas a Melody Gardot. La chica iba cambiando la formación a medida que se sucedían los temas, cantando con los tres músicos (inconmensurables, por cierto), con dos de ellos, a dúo con cada uno, e incluso interpretando a capella, con el único acompañamiento de sus taconazos para marcar el ritmo y el repicar de las cuentas de su pulsera.
Pero lo más impresionante, sin duda, fueron su presencia y actitud. Con sólo 25 años, y una historia personal terrible (ver la Wikipedia para más información), Miss Gardot se puso en el bolsillo al respetable gracias a una seguridad y una soltura arrolladoras, cantando desde lo más profundo de sus entrañas, pero también mostrándose con una frescura y un desparpajo irresistibles. Y al final, tras poco más de hora y media de música y savoir faire, un par de bises (entre los cuales, la increíble versión de Over The Rainbow) y la rendición generalizada a esta nueva femme fatale del jazz. Apabullante Melody.
PD: Gracias a Juanvi por las fotos y, sobre todo, a MJ por las entradas.
2 comentarios:
Un placer, digo tu reseña Rafa, se nota que el entusiasmo mejora tu lírica. En cuanto a lo de las fotos, repito: un placer.
El concierto? tienes razón, fue toda una experiencia, acudí con mi familia y caimos rendidos a los pies de esta joven dama.
Tengan nuestras vidas muchas noches como esa.
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