De Tarragona al Mississippi
Que, en Tarragona, que es el Death Valley de la buena música, aparezca un grupo dedicado a la música tradicional norteamericana, es todo un acontecimiento. Que el mentado grupo toque el blues surgido en el norte del río Mississippi hace un siglo, ya es prácticamente increíble. Pero que además sea capaz de publicar un disco, y de la calidad del que hoy nos ocupa, roza el milagro.
Tano Mozzafiato (armónica, guitarra y voz) y Adri Slim Dow (guitarra) son T-Dow, y solo un año después de su primer trabajo, Vol. 1 (2023), han publicado hace escasas semanas este flamante Vol. 2 (2024), donde vuelven a abordar géneros tan poco mainstream como el blues rural, el boogie y el hill country blues. Pero en este caso, a diferencia de su predecesor, que abordaba el blues de forma bastante purista, Vol. 2 da una vuelta de tuerca a los estilos tradicionales y los actualiza (siempre desde el respeto), como ya han hecho y todavía hacen grandes como Cedric Burnside, Robert Finley o North Mississippi All Stars.
El álbum se abre con el trepidante I’m Gonna Stay, que resulta ser toda una declaración de intenciones: un boogie intenso, enérgico, con la armónica golpeando frenética mientras la guitarra cabalga al galope por un tema casi rockabilly.
Until The Sun Goes Down disminuye las revoluciones con un blues rural más pausado aunque alegre, que rememora al Piedmont Blues de Cephas & Wiggins. La armónica vuelve a ser protagonista, evocando paisajes de la América de la Gran Depresión, con trenes de vapor resoplando en el horizonte.
Seguimos por senderos rítmicos muy “blueseros” con Trouble in My Way, un clásico blues del Delta donde la armónica de Tano y los punteos de Adri dibujan un tema luminoso, que genera buen rollo.
Running Man es la primera canción del disco sin armónica, una pequeña maravilla que se ha convertido en unas de mis preferidas de la discografía del dúo. Un temazo que recuerda al añorado J.J. Cale, gracias a la maestría de Adri a las cuerdas y al slide.
Tried in Vain es toda una sorpresa, puro rock’n’roll de los años 50, muy al estilo Eddie Cochran, pero llevado al terreno de T-Dow. La armónica se encarga de los solos, y la guitarra surfea por el tema dándole una pátina oldie de proto-rock muy divertida. La producción está a la altura, y le acaba de dar el sabor añejo que la ocasión requiere.
Help to Jump regresa al blues rural de corte clásico y minimalista de doce compases, pero evita sonar anticuada, ya que las voces procesadas le dan esos puntos de modernidad y frescura presentes en todo el disco.
Dive
to The Bottom, que fue el primer adelanto del álbum, acelera las pulsaciones
con otro boogie eléctrico, una de esas canciones que cuanto más
escuchas, más te gusta. Otra vez las
voces procesadas le dan el toque distintivo, y la armónica vuelve a lucirse
sondando como un aserradero a orillas del Mississippi, mientras la guitarra
se desliza con brío y soltura.
El disco cierra con Gonna Be A Rollin’ Stone, puro hill country blues, un tema hipnótico de más de 6 minutos a dos guitarras (en esta ocasión tampoco hay armónica), broche de oro a la experiencia sonora que es este muy recomendable y original trabajo Made in Spain¸ y lo que es más difícil de creer, Made in Tarragona.
En definitiva,
un gran homenaje a la música con raíces que vale la pena descubrir, paladear
poco a poco, recrearse en sus matices, y viajar con él en el tiempo y el
espacio, directos al norte del Mississippi de mediados del Siglo XX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario