Discos que no te salvarán la vida XVI
Nueva entrega de Discos que no te salvarán la vida (pero que te pueden alegrar el día), con blues por un tubo.
My Dony (2019), de
Grant Dermody. La originalidad en el blues es difícil, por no
decir imposible. El armonicista Grant Dermody lo sabe y no busca
inventar la sopa de ajo: usa viejos fraseos y temas clásicos, pero los
lleva a su terreno, con un sonido muy
Luisiana
(el disco fue grabado allí, con músicos de la zona). Blues eléctrico, pero también gospel, blues del Delta y hasta zydeco, un estilo mezcla de blues y
de la música criolla de Luisiana. El resultado suena añejo y a la vez,
variado y refrescante, con lo que al final sí consigue su parte de
originalidad.
Rawer than Raw (2020), de Bobby Rush. El veteranísimo Bobby Rush
(que esta semana ha cumplido ni más ni menos que 87 tacos) ha
sorprendido este 2020 con un disco completamente diferente a su soul-funk habitual. Como anuncia su título, Rawer than Raw es una continuación todavía más cruda de su disco Raw (2007).
Una gozada rasposa y desprovista de artificios, interpretada
íntegramente con armónica, guitarra acústica y voz, donde el
incombustible Rush homenajea al blues primigenio de principios del siglo XX.
Containment Blues (2020), de Anthony Gomes. Después de su magnífico Peace, Love and Loud Guitars (2018), Anthony Gomes vuelve a la carga con este Blues del Confinamiento. Blues-rock como al que nos tiene bien acostumbrados, más heredero de los riffs de ZZTop que del virtuosismo de Vaughan, pero blues texano al fin y al cabo. Además, Gomes no tiene pelos en la lengua, como demuestran canciones como Stop Calling Women Hoes and Bitches (que vendría a significar algo así como Dejad de llamar a las mujeres putas y zorras). Un disco 100% disfrutable.
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