Postales del 2020
Disculpadme la frivolidad, pero si no ocurre un milagro (y mi ateísmo recalcitrante lo ve difícil), este año será el primero desde 1995 que no viajo al extranjero. Problemas del Primer Mundo, lo sé. Pero mirad: me jode. Es lo que tiene ser un enfermo de los viajes: que te acostumbras, y si luego un maldito virus te los quita, pues estás como si a Sabina le quitan el tabaco o a Bosé las setas alucinógenas.
Por suerte, vivo en un lugar privilegiado, y este 2020 lo he dedicado a recorrer a golpe de coche parajes más o menos cercanos. Así que hoy cuelgo unas cuantas fotos de lo que han dado de sí estos últimos meses, entre el desconfinamiento y el confinamiento perimetral que recién empieza (y que todo apunta que va a ir para largo).
Hospitalet de l'Infant, 3/6/2020
Galicia, 26/7/2020
Comarca de Matarraña, 15/8/2020
Sierra de Guara, 25/8/2020
Delta del Ebro, 30/8/2020
L'Ametlla de Mar, 11/9/2020
Altafulla, 21/9/2020
Pantano de Foix, 4/10/2020
Salou, 6/10/2020
El Catllar, 11/10/2020
Torredembarra, 11/10/2020
Congost de Mont-rebei, 25/10/2020
Tarragona, 28/10/2020
La verdad es que no ha estado nada mal, he descubierto paisajes que podrían protagonizar la portada de cualquier revista de viajes, y aunque a veces nos empeñemos en irnos donde Cristo perdió la alpargata, hay que reconocer que por aquí hay sitios maravillosos. Eso sí, no puedo evitar echar de menos el exotismo de un mercado asiático, de una isla caribeña o de una kasbah magrebí. Pero como se le oyó decir al Descuartizador de Minnesota cuando le sentaron en la silla eléctrica, "que nos quiten lo bailao".