Un par de semanas atrás ya hablé brevemente del fantástico último disco de Anthony Gomes, Love, Peace and Loud Guitars (2018), y de hecho colgué el mismo vídeo que voy a colgar hoy aquí.
No había prestado demasiada atención a la letra de Come Down,
el tema que abre el álbum. Pero hace unos días, al escucharla con
atención mientras conducía del trabajo a casa, he de reconocer que me
emocioné, y a la vez una amplia sonrisa se me dibujó entre las canas de
mi barba: precioso el homenaje que hace aquí el canadiense a la leyenda
del blues que fue (que es, vamos) el gran B.B. King.
Estrenamos lista de Spotify en Bourbon Street Online. Blues de Km. 0: una selección de canciones de blues en castellano, catalán e inglés a cargo de grupos y cantantes españoles.
El
blues nunca ha sido el género estrella en los confines de la piel de
toro, así que esta lista pretende rendir homenaje a los osados artistas
que han incorporado un blues a su discografía en algún momento de
su carrera, o lo que es más raro aún, a dedicarla íntegramente a este
tipo de música, como es el caso de la mítica Vargas Blues Band o la
menos veterana The Long Johns Band.
Sólo he incluido un tema por artista/banda, así que la playlist no es demasiado larga. Pero se aceptan recomendaciones: si alguien conoce un blues de algún intérprete que no aparezca, que me lo haga saber en los comentarios, y lo añadiré encantado.
¡Venga, a darle al play, y a apoyar el blues de kilómetro 0!
La última película de los hermanos Coen es La balada de Buster Scruggs (2018), un curioso western compuesto
por 6 historias independientes (al parecer, inicialmente tenía que ser
una serie). Como todos los productos de estas características, el
resultado es irregular: algunas historias son flojas, y otras buenas, y
hay disparidad de opiniones en cuáles son las unas y cuáles las otras.
En mi caso, mi preferida ha sido la cuarta, titulada All Gold Canyon, y protagonizada ni más ni menos que por Tom Waits.
En ésta, el veterano cantante da vida a un buscador de oro, en un
entorno sencillamente abrumador, y en un cuento que recuerda a El viejo y el mar
de Hemingway. Además, prácticamente todo el peso de la interpretación va a cargo
de Waits, ya que la cámara no le abandona en los 20 minutos que dura el
episodio, en el que sólo hay la aparición fugaz de otro personaje.
Así que, aunque no soy un gran fan suyo como cantante, he de reconocer que su papel en este All Gold Canyon
me ha cautivado. Lástima que no haya entrado en la carrera de los
Oscar en la categoría de mejor actor o mejor actor secundario. Para mí,
lo borda.
Decimotercera entrega de Discos que no te salvarán la vida (pero que te pueden alegrar el día). Hoy, con cositas buenas que nos dejó el pasado 2018.
Peace, Love and Loud Guitars (2018), de Anthony Gomes. El portal BluesRockReview puso en la cima de los mejores discos de blues de
2018 al último trabajo de Anthony Gomes (aquí la lista completa). Un
álbum con mucho blues tejano y sonidos sureños, donde las influencias de
grandes como SRV, ZZTop o George Thorogood son evidentes, pero con una
frescura y energía irresistibles.
Like It on Top (2018), de Ana Popovic. La explosiva Ana Popovic ha lanzado el que, para mí, es su mejor trabajo
hasta la fecha. La maestría a las seis cuerdas de la serbia se mezclan
con una sensualidad y un erotismo poco habituales en el mundo el
blues-rock, como ya anticipa el sugerente nombre del disco. Además, la
acompañan invitados de lujo en varios temas: nada más y nada menos que
Keb' Mo', Robben Ford y Kenny Wayne Shepherd. Así que el resultado, al
menos para mí que soy muy fan de los tres guitarristas, es una delicia.
Bear's Sonic Journals: Fillmore East February 1970 (2018), de The Allman Brothers Band. Aunque publicado el año pasado, evidentemente esto no se grabó en 2018, sino en 1970, un año antes del mítico At Fillmore East (1971), y en el mismo escenario. El repertorio lo componen algunos de los temas ahora ya clásicos de la ABB (In Memory of Elizabeth Reed, Statesboro Blues, Whipping Post...), y alguna sorpresa, como la fantástica Outskirts of Town,
nada habitual en sus directos posteriores. Además, pese al casi medio
siglo transcurrido, la calidad del sonido es de escándalo. ¿Qué más
puede pedir un die hard fan de los brothers como el que suscribe?