miércoles, 1 de junio de 2016

En la carretera con The Allman Brothers Band

 
 Un domingo de invierno cualquiera. Las nueve de la noche. Tengo que conducir 100 kms. a solas, en un coche sin entrada para el iPod, pero sí con reproductor de CD. Rebusco en mi vieja colección de discos y elijo A Decade of Hits: 1969-1979, de The Allman Brothers Band, que hace años que no escucho. Pulso el botón de reproducción aleatoria, y me pongo en marcha.

Empieza sonando Revival, que me contagia su irresistible optimismo hippie. Buen comienzo. Activo el Night panel, que minimiza las luces del salpicadero, y me dejo llevar. Perforo la noche cerrada saboreando el slide de Duane Allman, los punteos de Dickey Betts, las baterías hermanadas de Butch Trucks y Jaimoe, el bajo de Berry Oakley, los teclados y la voz cavernosa de Gregg Allman, el piano tan honky tonk de Chuck Leavell... Van cayendo el country de Ramblin' Man, y luego el jazz de In Memory of Elizabeth Reed, el blues de Trouble No More, el rock'n'roll de Southbound... Etiquetar a los Allman Brothers como rock sureño es como describir a Messi como “un buen chutador de faltas”.

Floto sobre la carretera en compañía de Jessica, de Liz Reed, de Little Martha, de Melissa. Disfruto de cada matiz, de cada virtuosismo, de cada imperfección, de cada canción que había escuchado decenas de veces pero que se me presenta como si hoy fuera la primera. El coche devora la línea discontinua y el tiempo pasa como una ensoñación. Una hora de éxtasis. Un viaje sublime.

La mañana siguiente entro en eBay y encargo el libro One Way Out: The Inside History of The Allman Brothers Band (2014), de Alan Paul.



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