Discos que no te salvarán la vida VIII
Octava entrega de Discos que no te salvarán la vida, pero que
te pueden alegrar el día. Hoy, con el inconfundible sabor a hard rock ochentero de tres álbumes
publicados el pasado 2015.
Return to Forever (2015), de Scorpions. Enésimo
trabajo de Scorpions, aunque la noticia no es el disco en sí, sino que llevan 50
años de carrera, proeza sólo al alcance de inmortales como los Rolling Stones o
Jordi Hurtado. Return to Forever no
aporta grandes sorpresas, pero es más que disfrutable, y demuestra que los
alemanes siguen en plena forma pese a su edad provecta. Vienen de gira a
España, pero sólo a Madrid y Bilbao, que me quedan lejos. Lástima.
Fallen (2015), de Stryper.
Los reyes del rock cristiano han
facturado, y ya tocaba, un disco realmente
bueno. La fórmula es la de sus trabajos más celebrados, los de sus inicios a
mediados de los 80. Buenas melodías, guitarras afiladas, unos toques de gospel, y la espectacular voz de un
Michael Sweet en estado de gracia. Una gozada para los nostálgicos.
Devil City Angels (2015), de Devil City Angels. Primer trabajo de los Devil City Angels, y pese
a ello, una experiencia revival en
toda regla. Y es que este supergrupo está formado por Tracii Guns (L.A. Guns),
Rikki Rockett (Poison), Eric Brittingham (Cinderella) y Brandon Gibbs (Cheap
Thrill). El disco es fantástico, con muchas influencias del sonido de los 80,
pero también del crossover de los 90.
Empieza con 4 trallazos (Numb, All My People, Boneyard y I’m Living) que
recuerdan al funk enérgico de grupos
como RHCP, aunque luego toma los derroteros glam
y sleaze que caracterizaron las
bandas de sus componentes hace ya 30 años.