miércoles, 11 de marzo de 2015

Discos que no te salvarán la vida VII

 Domingo pasado fue el Día Internacional de la Mujer, y para celebrarlo, aquí va una edición femenina de Discos que no te salvarán la vida (pero que te pueden alegrar el día), con los últimos trabajos de 3  "currantas" del mundo de la música.

The Way I'm Livin' (2014), de Lee Ann Womack. Una de mis cowgirls preferidas sacó un fantástico nuevo álbum el pasado 2014. 6 años ha necesitado la tejana para publicar nuevo disco desde aquel Call Me Crazy (2008) que ya comenté aquí, pero la espera ha valido la pena. Country de calidad, menos melancólico que su anterior trabajo, y con mucho sabor a carreteras polvorientas, a moteles desvencijados, a bares anacrónicos a orillas de la Ruta 66... Y es que Lee Ann Womack es de aquellas cantantes por las que daría un brazo a cambio de poder escucharlas sentado en la barra de algún local a las afueras de Nashville, con una Budweiser en la mano y una indeleble sonrisa en mi cara.

 
 

24 Karat Gold: Songs from the Vault (2014), de Stevie Nicks. Como se adivina por el subtítulo del álbum, este 24 Karat Gold son temas de Stevie Nicks que habían permanecido inéditos, y que ahora ha regrabado con el otrora miembro de Eurythmics y ahora productor Dave Stewart. ¡Y menuda colección! 14 canciones (16 en la versión de luxe) que te hacen preguntarte: "¿Pero cómo puede ser que estas joyitas no se hayan publicado antes?". La voz más aterciopelada de Fleetwood Mac está inmensa en este trabajo, que para mí es el mejor de su carrera en solitario. Piezas que hubieran encajado perfectamente en el Mirage, en el Tusk e incluso en el Rumours, además de alguna que otra sorpresa, como la canción Cathouse Blues, donde Nicks cultiva un estilo nada habitual en ella. Oro de 24 quilates, pues, en esta sorpresa de disco.





Wallflower (2015), de Diana Krall. Otra veterana del mundillo que ha dado en el blanco, y de pleno, con su nuevo trabajo. Y es que al parecer este Wallflower está vendiendo lo que no está escrito en USA y Canadá. ¿El secreto? Tirar de clásicos del pop y llevarlos al particular terreno de la canadiense, o sea, a esa voz lánguida y susurrante que desarma al más pintado. Y así, Diana hace suyos oldies tan trillados como el California Dreamin' (de The Mamas & The Papas), el Desperado y el I Can't Tell You Why (ambos de Eagles), o el Don't Dream It's Over (de Crowded House). También hay lugar para temas menos previsibles, como el que da título al álbum (original de Bob Dylan) o un inédito de Paul McCartney llamado If I Take You Home Tonight. Así que Wallflower es un trabajo variopinto, que se sale de lo facilón cuando lo tentador hubiera sido limitarse a la apuesta segura de los clásicos, y que gustará a tu hija de 3 años y a tu abuela de 90. Como dice el título de esta sección, no te salvará la vida, pero su escucha es más que placentera.







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