Echando el oído atrás
Es tema recurrente en los blogs que visito la velocidad de vértigo a la
que consumimos música en estos tiempos digitales. Nos hacemos con un
disco, lo escuchamos cinco, diez, quince veces, y luego lo enterramos en
el olvido de bits de nuestro disco duro. Por supuesto, eso nos hace
ignorar al cabo de unas semanas álbumes que valdría la pena exprimir
más, o no dar segundas oportunidades a otros a los que no hemos hecho
demasiado caso, y que quizás en otro momento nos hubieran volado la
cabeza.
Para paliar, aunque sea levemente, tamañas injusticias, desde hace unas semanas estoy haciendo el siguiente experimento: en iTunes he creado una smart playlist (supongo que en la versión en español se llama lista de reproducción inteligente) que incorpora los discos añadidos hace más de 85 meses y menos de 86 (cuando instalé iTunes). Como tengo activada la opción Live Update, la lista se actualiza automáticamente a diario con los mp3 que cargué en esa ventana de tiempo, hace más de siete años.
Tengo configurado que el iPod incluya, además de los discos que estoy escuchando regularmente y las últimas adquisiciones, esa lista de "oldies". De esta manera estoy redescubriendo fantásticos álbumes que tenía prácticamente olvidados: el increíble directo One Way Out (2004) de The Allman Brothers Band, el curioso Vienen tiempos (2004), último trabajo en estudio de los madrileños Vacazul, o los dos LPs de Cry of Love, que incorporé a mi discoteca digital por aquel entonces y no había vuelto a recuperar.
Mi consumo de música seguirá siendo frenético, me temo, pero intento ignorar más las novedades que surgen en tropel día sí día también, y reencontrarme con viejos discos para saborearlos como merecen o, como mínimo, para darles un par de escuchas más antes de olvidarlos definitivamente. De momento, la experiencia está siendo satisfactoria y, en ocasiones, sorprendente.
Para paliar, aunque sea levemente, tamañas injusticias, desde hace unas semanas estoy haciendo el siguiente experimento: en iTunes he creado una smart playlist (supongo que en la versión en español se llama lista de reproducción inteligente) que incorpora los discos añadidos hace más de 85 meses y menos de 86 (cuando instalé iTunes). Como tengo activada la opción Live Update, la lista se actualiza automáticamente a diario con los mp3 que cargué en esa ventana de tiempo, hace más de siete años.
Tengo configurado que el iPod incluya, además de los discos que estoy escuchando regularmente y las últimas adquisiciones, esa lista de "oldies". De esta manera estoy redescubriendo fantásticos álbumes que tenía prácticamente olvidados: el increíble directo One Way Out (2004) de The Allman Brothers Band, el curioso Vienen tiempos (2004), último trabajo en estudio de los madrileños Vacazul, o los dos LPs de Cry of Love, que incorporé a mi discoteca digital por aquel entonces y no había vuelto a recuperar.
Mi consumo de música seguirá siendo frenético, me temo, pero intento ignorar más las novedades que surgen en tropel día sí día también, y reencontrarme con viejos discos para saborearlos como merecen o, como mínimo, para darles un par de escuchas más antes de olvidarlos definitivamente. De momento, la experiencia está siendo satisfactoria y, en ocasiones, sorprendente.
3 comentarios:
Hace un tiempo que vengo escuchando viejos discos que también tenía olvidados y la verdad es que los disfruto como el primer día. Es lo que tienen las grandes obras...
Un saludo.
Yo con las novedades ando bastante rezagado y más ahora que se amontan cosa fina. Me lo tomo con calma, no hay otra.
Eso sí, suele recurrir mucho más al rock clásico de toda la vida. Las grades bandas y artistas que nunca te fallan.
No es mala idea tu iniciativa. Intentaré probar.
Saludos.
Efectivamente, Eclipse y Rockland: siempre va bien recuperar a los clásicos, que nunca fallan. A veces lo olvidamos, en la cansina búsqueda de nuevos grupos y discos que, a menudo, pasan por nuestra vida sin pena ni gloria.
Un saludo a ambos.
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