Brotes verdes
Ando escuchando estos días Suzie Cracks The Whip (2012), el último trabajo de los Blues Traveler, y estoy encantado de poder decir algo que creía que nunca volvería a decir de un disco suyo: ¡Me gusta!.
A ver, no nos echemos a la calle con pancartas, banderolas y confetti: no estamos ante un nuevo Four (1994) o un Straight On till Morning (1997). Pero el disco tiene el sabor de los primeros trabajos de los Traveler, y contagia un buen rollo que se echaba de menos tras sus decepcionantes últimos lanzamientos. De hecho, el tema de apertura, You Don't Have to Love Me, recuerda a el estilo tan groovy que caracterizaba su primer y homónimo trabajo Blues Traveler (1990). Y el resto de composiciones no le van a la zaga. Solo el quinto corte, Things Are Looking Up, rememora los experimentos perpetrados por el grupo de Nueva York en álbumes tan prescindibles como ¡Bastardos! (2005) o North Hollywood Shootout (2008), pero al tratarse de una excepción, tampoco molesta demasiado. Y el resto, pues muy bien: algo de country en Don't Wanna Go, reggae en All Things Are Possible, funk en Big City Girls... y todo regado con el inconfundible sello que hizo famoso a la banda de John Popper.
Así que en la carrera de los BT se atisban brotes verdes, por usar la expresión que usó para referirse a la economía española aquel visionario que fue ZP. Quiera Dios que mis palabras no sean tan de mal agüero como las del ya expresidente del Gobierno.
A ver, no nos echemos a la calle con pancartas, banderolas y confetti: no estamos ante un nuevo Four (1994) o un Straight On till Morning (1997). Pero el disco tiene el sabor de los primeros trabajos de los Traveler, y contagia un buen rollo que se echaba de menos tras sus decepcionantes últimos lanzamientos. De hecho, el tema de apertura, You Don't Have to Love Me, recuerda a el estilo tan groovy que caracterizaba su primer y homónimo trabajo Blues Traveler (1990). Y el resto de composiciones no le van a la zaga. Solo el quinto corte, Things Are Looking Up, rememora los experimentos perpetrados por el grupo de Nueva York en álbumes tan prescindibles como ¡Bastardos! (2005) o North Hollywood Shootout (2008), pero al tratarse de una excepción, tampoco molesta demasiado. Y el resto, pues muy bien: algo de country en Don't Wanna Go, reggae en All Things Are Possible, funk en Big City Girls... y todo regado con el inconfundible sello que hizo famoso a la banda de John Popper.
Así que en la carrera de los BT se atisban brotes verdes, por usar la expresión que usó para referirse a la economía española aquel visionario que fue ZP. Quiera Dios que mis palabras no sean tan de mal agüero como las del ya expresidente del Gobierno.
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