lunes, 21 de marzo de 2011

Las cosas de Rafa Pons

No sé si cagar o tocar el arpa. Así comienza el último trabajo de Rafa Pons y el tema que le da título, Persona, animal o cosa (2011). Y, en cierto modo, vaticina cuáles serán los derroteros por los que irá la lírica del cantautor barcelonés en este su tercer disco: expresiones cotidianas, a veces incluso soeces, combinadas con poesía y sentimiento. No sé si amarte valdrá la pena, y si en diez años aún estarás tan buena, reza la misma canción, que habla, como casi todas, del amor pasados los 30. Ese amor que ya no es ciego, incondicional, kamikaze, sino cauteloso, inseguro de que vaya a salir bien, pero sin resentimientos si sale mal: No voy a salir corriendo cuando llegue el dolor, ya no me asusta el invierno, me doy más miedo yo, canta Rafa en el segundo corte, A que me enamoro. También al amor sin ataduras explícitas, a esas aventuras que se prolongan más de lo previsto: Confiesa que no le van los rollos modernos, pero me advierte que no me crea que esto va en serio, suena en Que pasen cosas, con un sonido muy Dire Straits. En El último pedazo del pastel Rafa usa el cinismo más afilado para dar por finiquitada la relación: Será mejor que no me llames, ya no hay nada por hacer, tú nunca follas los martes, hoy no vengas a joder. Y así, gran parte del resto del álbum, cantado en primera persona, y que se complementa con algunas letras más fiesteras como La mosso (Comenzó en una noche de farra, yo me enamoré de una mosso de esquadra) y La historia del loro cabrón (toda ella más propia de Los Inhumanos que de un cantautor al uso).

Musicalmente, Persona, animal o cosa se aleja de la canción de autor lánguida y melancólica, y sólo dos temas (Será y Cuando se nos mueran los Maestros) tienen un ritmo taimado. Hay lugar para un par de rumbas (La mosso y Pobre dinosaurio), pero el resto es pop-rock de raíces americanas, ya que Pons se ha confesado Springsteeniano en más de una ocasión. Además, todos los cortes gozan de la frescura otorgada por haber sido grabados en estudio pero en directo, todos los instrumentos tocando a la vez en lugar de pista a pista. Como contrapartida, la experiencia ha dado un sonido quizás demasiado homogéneo al disco, y en el primer contacto puede parecer que suena todo bastante igual. Pero son las sucesivas escuchas las que permiten descubrir el alma de cada canción.

Resumiendo: un fantástico trabajo del gran Rafa Pons. Cosas, animaladas... pero sobre todo mucha persona, mucho corazón y buen hacer a cargo del barcelonés.



3 comentarios:

TwoHeads dijo...

Este es el tipo de músico que necesito en estos momentos de zozobra emocional. Estoy hasta las glandulas seminales de tópicos y poesia vana y meliflua. !las cosas por su nombre leche¡ la pena es el acceso a estos discos. No suele tener fácil su obtención pero haré por localizarlo. Gracias por el descubrimiento.
Un abrazo.

Carlos Tizón dijo...

un tipo totalmente desconocido para mi, y es que llevo una epoca en la que huyo de cantautores, no se

saludos

Jo mateixa dijo...

Ahir el vaig veure xq va sortir un moment per Tv i em va semblar molt interessant tot i que casi no vaig sentir el que tocava, només bocins de cançons seves però em va cridar l'atenció.