martes, 19 de enero de 2010

Repóquer de damas

Últimamente estoy escuchando algunas cantantes de aquellas que con un susurro te estremecen desde el vello de la piel hasta la médula de los huesos. Aquí van cinco recomendaciones, cinco discos fascinantes de cinco damas del jazz contemporáneo, cada una proveniente de un país diferente.

Dreamer (2004), de Eliane Elias. La veterena pianista brasileña en uno de sus discos más celebrados. Clásicos de la música de su país (Doralice, Samba de Verão, Vivo Sonhando...), norteamericana (That's All, Baubles,Bangles and Beads...) e incluso un par de temas propios (Time Alone, Movin' Me On) en un ejercicio de sensualidad y virtuosismo pianístico.


Picking Up The Pieces (2006), de Aga Zaryan. El segundo disco de esta polaca es una delicia que no hay que dejar pasar. Grabado en Los Ángeles y tan sólo acompañada de cuatro músicos (trompeta, guitarra, percusión y contrabajo), su principal virtud es la honestidad y desnudez de cada uno de los temas. La voz de Aga es sencillamente perfecta, y los solos suenan como si tuvieras al músico a tu lado.

Worrisome Heart (2006), de Melody Gardot. Aunque su flamante nuevo disco (Me and My Only Thrill, de 2009) está recibiendo el elogio unánime de crítica y público, yo me quedo con su ópera prima, menos recargada y más personal que su sucesora. Sólo dos años después de sufrir un gravísimo accidente que le dejó, entre otras secuelas, hipersensibilidad a la luz y al sonido, Melody grababa esta delicia de álbum, el primer paso de una carrera que se augura brillante.

Meet Me Around Midnight (2007), de Ida Sand. Maravilloso disco de debut de esta prodigiosa voz procedente de Suecia, donde pasa por el tamiz del jazz temas de Stevie Wonder (Feeding Off the Love of the Land, Higher Ground) o de Nancy Sinatra (Bang Bang), aunque mi preferida es la reinvención de Here Comes the Rain de Eurythmics. También incluye algunos temas propios, como Brutal Truth, donde aparca momentáneamente el jazz y ofrece una buena descarga de funk.

Voodoo (2007), de Térez Montcalm. Esta canadiense se define como una cantante de jazz con actitud de rockera. Y realmente lo demuestra, luciéndose con su voz, entre enérgica y susurrante. Otro álbum plagado de versiones sorprendentes, como la del tema How Sweet It Is (popularizado por Marvin Gaye) o la del Voodoo Child de Jimi Hendrix.

En fin, ya sé lo que estáis pensando: "este tío se está aburguesando, con tanto jazz y tanta cantante melódica". Probablemente tengáis razón, pero en mi defensa diré que, últimamente, en mi iPod también hay unas cuantas bandas de sleaze (rarito que es uno...). Otro día las comento, para compensar.

1 comentario:

Almond dijo...

Quina currada de post, castís. Molt bo.

SYS!