Fleetwood Mac, 1975
Cuando Mick Fleetwood escuchó a Lindsey Buckingham y Stevie Nicks en los estudios de grabación Sound City, inmediatamente propuso a John McVie ficharlos para su próximo álbum. "No es el estilo de música que nosotros hacemos.", replicó John. "Pues cambiaremos de estilo.", contestó Mick.
Pocas decisiones han sido más acertadas en la historia de la música. El resultado fue Fleetwood Mac (1975), que estableció el sonido del grupo durante el resto de su carrera, y que precedió al disco de ventas millonarias Rumours (1977).
No todos los temas de este redondo son los himnos que conforman el Rumours, pero cada uno es una pequeña joya. Algunos se convirtieron en clásicos de la banda, como World Turning, Landslide o Rhiannon (muchas mujeres de EEUU nacidas durante el movimiento hippie de finales de los 60 se llaman Rhiannon por la canción). Y otros quizás son menos conocidos o cayeron de los futuros repertorios de The Mac. Pero todos son excelentes: canciones elegantes sin ser presuntuosas, suaves sin ser empalagosas, enérgicas sin ser estridentes, oníricas sin ser psicóticas... No sé cuantas decenas de veces he oído el álbum desde que lo compré en vinilo hace varias décadas, pero acabo de darle una nueva escucha y a pesar de tener 45 años, sigue siendo sublime.
Me cuesta quedarme con solo 2 o 3 canciones, ya que las cantadas por Lindsey Buckingham, Christine Mcvie y Stevie Nicks son tan diferentes que no se pueden comparar entre sí. Así que por elegir una de cada cantante, me inclinaría por Blue Letter, versión de un tema country a cargo de Buckingham; Warm Ways entre las que interpreta McVie, y la mencionada Rhiannon susurrada por la increíble voz de Nicks. Pero como digo, todas son geniales, y es el conjunto, esa disparidad de voces y sonidos que constituyen un bloque homogéneo, lo que hace de Fleetwood Mac un disco atemporal.
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