jueves, 15 de junio de 2017

Discos que no te salvarán la vida IX

Vamos con una ecléctica selección de discos que me están alegrando estas tórridas tardes preestivales..

Tajmo (2017), de Taj Mahal & Keb' Mo': No todos los días dos de tus bluesmen preferidos aunan esfuerzos para sacar un disco conjunto. A sus 75 años, Taj Mahal sigue en un estado de forma envidiable, tanto a la voz como a la guitarra, y su discípulo Kevin Moore no le va a la zaga. Así que toca disfrutar de este Tajmo, una buena colección de blues, soul y funk. Temas amables, luminosos, que te dibujan una sonrisa en los labios, y entre ellos, algunas versiones de lo más sorprendente, como el Squeeze Box de The Who o el Waiting on The World to Change de John Mayer, de la que curiosamente hablamos en los albores de este blog, hace más de una década.


Love and War (2017), de Brad Paisley: Tras el fracaso de su arriesgado Wheelhouse (2013) -comprensible, ya que a pesar de la valentía, el resultado no estaba a la altura de las buenas intenciones-, Brad Paisley regresó a su zona de confort, y ahí sigue. Pocas sorpresas, pues, en el sonido (el country accesible de su anterior trabajo, Moonshine in the Trunk (2014)) y en las letras (el paso de la juventud a la madurez, la familia, la vida sencilla...) de este Love and War. Así que se echan de menos los instrumentales poderosos, los riffs afilados y la frescura de antaño. Pero el toque de guitarra de Paisley siempre es una gozada, y si afinamos el oído es fácil disfrutar del feeling y la maestría del cowboy del sombrero blanco entre melodías desgraciadamente previsibles. Además, el álbum nos sorprende con dos colaboraciones de lujo: Mick Jagger en Drive of Shame y John Fogerty en el tema que le da título.



Windy City (2017), de Alison Krauss: La última recomendación viene de la mano de la siempre efectiva Alison Krauss, que en esta ocasión ha "aparcado" a su grupo habitual, Union Station, para ofrecernos el disco más country y menos bluegrass de su carrera. Como siempre, la señorita Krauss emociona gracias a esa voz privilegiada que le dieron los dioses, como queda patente de buen comienzo en las primeras estrofas de la balada que abre el disco, Losing You. También hay canciones más movidas, como la It's Goodbye And So Long to You que sigue, con un aire entre rockabilly y honky tonk. Pero en general, los derroteros de este Windy City son los temas lentos, melancólicos, estremecedores como el que da título al álbum... La música ideal para degustar en el porche de una casa de Louisiana, sentado en una vieja mecedora y con un vaso de jugo de zarzaparrilla en la mano, sea lo que sea eso de la "zarzaparilla".

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