Cinderella en Razzmatazz
Razzmatazz 1 (Barcelona), 10 de junio de 2011. Los últimos quince años no han tratado bien a la Cenicienta: contratos que no se materializaron, litigios con las discográficas (las hermanastras del cuento), una separación, problemas serios en la voz del líder de la banda que le amenazaron con no volver a cantar... El resultado: ni un disco en estudio desde aquel Still Climbing de 1994 que quedó eclipsado por el auge del grunge. Y así las cosas, por supuesto, bajas expectativas para el concierto del pasado viernes en Barcelona, también alimentadas por la corta duración de los set list de sus últimas actuaciones.
Tom Morritos Keifer aparece con dos décadas y los correspondientes kilos de más, y empieza el baile con Once Around The Ride, que definitivamente no es uno de los grandes temas de Cinderella. Keifer está tenso, frío, estático, y parece que por desgracia los temores se van a materializar. Pero luego suena Shake Me, y eso ya es otra cosa. El público empieza a animarse, se agitan las primeras melenas, se levantan los primeros puños. A la tercera, balada al canto: Heartbreak Station, impresionante, pero que augura que la fiesta se liquidará por la vía rápida. Pero como todo el mundo ya iba avisado, pues nada, a disfrutar. La voz de la Cenicienta no es la de antaño, la enfermedad le ha pasado factura, pero aunque ya no es capaz de los cambios y las modulaciones de 20 años ha, suena creíble y entregada. Caen Somebody Save Me, Night Songs, The More Things Change, Coming Home... Clásico tras clásico, canciones tan buenas que es imposible que suenen mal, pese a que lo intentan con la cacofonía con la que terminan Second Wind. A pesar del desliz, en general la banda bien, muy bien, y Keifer hablando con el público, poniéndose sombrero de copa, atreviéndose con el saxo... El que tuvo, retuvo, y sin ser el pibonazo de antaño, la Cenicienta es una MILF todavía de muy buen ver, sobre todo para los que pensábamos que nunca tendríamos la oportunidad de disfrutarla en directo.
Eso sí, las esperada corta duración del evento se confirma, y tras las 12 campanadas más una de regalo, tras 13 temas, el hechizo se rompe y Cinderella se larga, dejándonos con ganas de más clásicos, de Push Push, y de cualquier zapato que hubiera tenido a bien olvidarse. Y colorín colorado...
3 comentarios:
Que envidia. Poder ver algo tan raro, en general y por estos lares en particular..que envidia..y por mi zona...más nada como siempre. Injusto coño
una de mis bandas favoritas y que no consigo ver en directo, lastima, porque Keifer es de los tipos mas honestos del negocio
salud
Parece que hemos visto el mismo concierto, aunque tú estuviste en Barcelona y yo en Barakaldo. A mí también me encantaron.
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