Ya he relatado varias veces en este blog lo que el disco de Miguel RíosRock'n'Ríos (1982) supuso para mí, a la tierna edad de 10 años, y que me llevó a asistir al que fue el primer concierto de mi vida, El rock de una noche de verano
(1983). Luego fui perdiendo interés por los nuevos lanzamientos del granadino, y de
hecho nunca llegué a ser un fan suyo. Pese a ello, hace unas semanas me
leí Cosas que siempre quise contarte (2013), su autobiografía, a ver qué nos tenía que contar este icono del rock patrio.
Aunque
desvela pocas sorpresas, el libro se deja leer. Como ya me esperaba, la
parte más interesante es la que abarca desde su infancia hasta el Rock'n'Ríos:
sus inicios en el mundillo de la música, sus experiencias con las
drogas (aunque desmiente que estuviera enganchado al caballo), y la
llegada de los primeros e inesperados éxitos (Himno a la alegría, El río, Santa Lucía...).
Y así, hasta el mentado directo, que le hizo vender lo que no está
escrito. Luego, en mi opinión, el autor de Bienvenidos se fue volviendo cada vez
más melódico, y empezó a hacer giras y álbumes con Ana Belén, Victor
Manuel o Serrat, que no son precisamente Ozzy Osbourne. Así que, aunque
su disco y tour de despedida, Bye Bye Ríos (2010), llevara el subtítulo Rock hasta el final, la verdad es que hace casi tres décadas que dejó de ser un irreductible del rock hispano.
Pese a ello, y como ya he dicho, Cosas que siempre quise contarte
se lee bien, especialmente la primera mitad (y probablemente también la
segunda para los incondicionales). Además, me ha servido para
recuperar algunos de los trabajos que precedieron al Rock'n'Ríos: Rocanrol bumerang(1980) y Extraños en el escaparate
(1981), que tenía poco escuchados y que me han sorprendido muy
gratamente. Y es que contienen algunos temas realmente excelentes,
destacando el que es, para mí, uno de los mejores del rock duro español: Banzai.