Inauguro hoy una sección que, sinceramente, no sé si tendrá continuidad:
Discos que no te salvarán la vida, pero que te pueden alegrar el día
(D.Q.N.T.S.L.V.P.Q... bueno, da igual). Por suerte o por desgracia, no
estamos en 1987, y en mi humilde opinión ya no se publican discos como los de
25 años atrás: raro, muy raro sería, que a día de hoy apareciera un
Appetite for Destruction (1987), un
1987 de
Whitesnake, o un
Dr. Feelgood (1989). Pero siguen saliendo álbumes que un día te bajas, que vas escuchando regularmente, que no te apetece quitar del
iPod,
y que un día descubres que llevan ahí varias semanas y un buen puñado
de reproducciones. Aquí van algunos de los publicados este año y que quizás
no van a pasar a la historia, pero que a mí me han alegrado más de una
tarde.
Break the Silence (2012), de
Gun.
Muchos cambios han habido en la formación de la banda escocesa desde sus
inicios hace cinco lustros. Pero su nuevo disco, con un sonido más
animado y fiestero que el de sus primeros trabajos, no suena nada mal.
Todo lo contrario, de hecho: fantásticas guitarras y melodías las que
nos traen los Gun del siglo XXI, con temas tan destacables como
Lost & Found,
14 Stations o el que da título al álbum.
North (2012), de
Matchbox Twenty. Si una vez a la banda de Rob Thomas le colgaron la etiqueta de
post-grunge por su disco de debut
Yourself or Someone Like You (1996), esos tiempos han pasado. Matchbox Twenty, que llevaban 10 años sin publicar trabajo (a excepción del recopilatorio
Exile on Mainstream (2007)) facturan un
pop-rock
elegante, sin fisuras, y con poco espacio para la estridencia. Poco o
nada que ver, pues, con los sonidos del Seattle de los
primeros 90. Así que los talibanes del
grunge encontrarán este
North pasteloso y sobreproducido. Pero a los que teníamos cierta querencia al
pop de esta banda de Orlando, su regreso a la escena musical ha supuesto una buena noticia.
Whether You Like It Or Not (2012), de
The Dirty Pearls. Genial primer larga duración de esta banda neoyorquina que descubrí, lo reconozco, atraído por su tremenda portada.
Punk-rock, sleaze,
garage y reminiscencias "ramonianas" y "motleycruenianas" en diez temas irresistibles, que incluyen desde alguna balada (
You Got Me Where You Want Me) hasta auténticos trallazos como
Sucker for a Sequel, pasando por ritmos con un cierto sabor
funk (
Bring on The Night). Toda una sorpresa, la que para mí debería ser una de las bandas revelación del 2012.
Y hasta aquí esta primera entrega de D.Q.N.T.S.L... Bueno, de esta sección.