GIBSO#2 - Thin Lizzy - Jailbreak
El viejo bribón se sirvió un nuevo trago largo de whisky, y no precisamente del malo. Hacía tiempo que malvivía, o vivía como un rey, según se mire, en un vetusto ático del casco viejo. Una dieta de pirámide mediterránea invertida, basada en las calorías vacías del alcohol y en porquerías deliciosas diversas le había redondeado la figura, pero tras sus gafas de hipermétrope se escondía aún una luz que contrastaba con sus manos, ahora temblorosas.
Mientras apuraba su copa y buscaba de nuevo a hurtadillas la botella, se acordó de como la conoció. Rememoró su pelo de seda y sus ojos zafiro, y se deshizo en el recuerdo de una tarde de otoño en que juntos, cantaron, tocaron y se tocaron.
Se acordó de como ella escogió aquel disco, precisamente aquel, de entre los miles que poblaban las cajas de aquella tienda de discos, llena hasta el último rincón de vinilos fantásticos, y se lo enseño con una sonrisa. En la portada, un cómic que en el año 1976 pretendía ser futurista, pudo leer: Thin Lizzy - Jailbreak. En el interior, surcos grabados con la fuerza de dos guitarras fieras, un bajo inimitable y una batería excelente, lo transportaron a momentos mágicos de su vida, y la voz de Phil Lynott, melancólico bribón romántico, lo envolvió mientras Scott Gorham y Brian Robertson acaban de descubrir un estilo de dobles lineas melódicas a la guitarra que muchísimos grupos imitarían después.
Con el tiempo, se daría cuenta de que estaba escuchando un momento clave en la trayectoria de un grupo que había apuntado maneras en anteriores trabajos, y que daría que hablar más tarde, pero que en Jailbreak acababa de parir una obra maestra, sin un solo tema sobrante, desde la maravilla hard rock que lo abre y le da título, hasta la mítica The Boys Are Back In Town, sin olvidar un Cowboy Song que le puso la piel de gallina la primera vez que lo escuchó.
Cuando la aguja del tocadiscos, que había llegado al final, lo devolvió a la realidad, buscó un lápiz, y en un espacio de la portada, sin saber bien porqué, escribió en letras claras: GIBSO.
Nunca se sabe, pensó, quizás algún día tenga un blog.