domingo, 25 de mayo de 2008

Fuerzas de flaqueza

Maquillando la apariencia
de mis noches pendencieras
persiguiendo mis quimeras
malgastando tu paciencia

Alcoholismo disfrazado

de negocios por las noches
rodeado de fantoches
en conciertos mal pagados.

Con estos versos empieza Fuerzas de flaqueza, el segundo y último disco de Dani Flaco. Ya conté en un post anterior que en este país das una patada a una piedra y sale un cantautor, mientras que los grupos que triunfan (dentro de lo que cabe) son los que hacen rock de toda la vida (Fito & Fitipaldis, M Clan, Pereza...). Así que, para evitar la competencia en la trillada canción de autor, tener la oportunidad de unas ventas que superen lo anecdótico, o simplemente para disfrutar de los músicos que le acompañan en sus directos, Dani ha hecho un disco de banda de rock, distanciándose del que fue su primer trabajo, Salida de emergencia, más acústico y rumbero. Pero, por suerte, la esencia sigue siendo la misma: esa voz de barr(i)o, esa poesía descarnada y esas historias desesperadas.

Si la vida se encapricha
te perfuma con desdicha
y pierdes partidas ganadas
y lo hace sin compasión
con aire de depresión
de historias desesperadas

Aún así, hay que decir que Fuerzas de flaqueza no es un disco fácil. Pese a contar con un par de temas movidos y comerciales (Luna negra, Duro de roer), requiere de unas cuantas escuchas para asimilar esos medios tiempos incómodos de la mayoría de sus canciones, con letras que mezclan el desencanto con la esperanza, la derrota con el afán de supervivencia; el sacar, en definitiva, fuerzas de la flaqueza. Y constatamos que el título del disco no es un mero juego de palabras, si no toda una declaración de intenciones que resume su contenido.

No me quedan más mejillas que poner
y pasa por mi cabeza
preguntar quién me consigue de alquiler
una ilusión y fuerzas de flaqueza

La búsqueda en temas a primera vista ásperos tiene su recompensa. Descubrimos en cada canción una pequeña obra de arte, un retrato sincero de la cotidianeidad que Dani sabe pintar como nadie. Daños colaterales, Llegó la primavera o Veinte años después (donde revisita a la protagonista del tema Le decían Jazmín de su primer álbum dos décadas más tarde) son pequeñas joyas que merecen ser escuchadas una y otra vez.

Todos le decían Jazmín
y ahora sólo es hoja seca
verrugas en vez de pecas
y expulsada de jardín

Por tanto, un disco maduro a la vez que rockero, que no obedece a comercialismos, si no a un modo honesto y atrevido de entender la música. El Flaco planta la semilla para convertirse en todo un referente dentro del panorama nacional. Su lírica hipnótica y la oportunidad de las melodías le avalan. Confiemos que público y critica también, porque sin duda su talento lo merece.



martes, 20 de mayo de 2008

Salam alecum

¡Salam alecum! Bueno, pues ya vuelvo a estar en casa, después de mi escapadita a Egipto. Del submarinismo en el Mar Rojo, ¡buf!, qué decir... Corales, gorgonias gigantes, peces de mil colores, rayas, morenas, barracudas, tiburones... ¡Impresionante! Y como colofón, un par de inmersiones en el Thistlegorm, un barco militar que transportaba material bélico a la zona del Canal de Suez durante la II Guerra Mundial, y que fue bombardeado por la aviación alemana en 1941. Se hundió a unos 30 metros, y ahí sigue, con casi toda su carga intacta: camiones, motocicletas, sidecars, alas de avión, rifles, botas militares... Una visita fabulosa: gracias al agua tan clara del Mar Rojo y a la luz tropical, bucear por él es como pasear por su cubierta y dependencias como si estuviera en la superficie. Toda una experiencia...

De El Cairo, también, qué decir... Maravillosas las pirámides, apabullante el Museo Egipcio, encantadores los cafés y las terrazas... Aunque la gran sorpresa fue toparme, de casualidad y sin tener ni idea de que existía, con el callejón de Midaq, el lugar donde transcurre la espeluznante novela El Callejón de los Milagros, del Nobel de literatura egipcio Naguib Mahfuz. Todavía alucino.

Pero bueno, no me enrollo más, que este es un blog sobre música, y he de decir que, musicalmente, no he experimentado demasiado el país (cánticos de los muecines aparte). A ver si la próxima vez que lo visite voy a un espectáculo de la danza del vientre, y os cuento. Sobre la música de acompañamiento, claro...

viernes, 16 de mayo de 2008

Una de amplis vintage

Por suerte, algunas cosas me han mantenido musical en una semana gris y fea. No porque haya llovido, que ya tocaba, sino porque he dormido poco y mal, y eso agria el carácter y mina la moral.

Mientras Rafa se pasea por las pirámides, escuchando el mítico Powerslave de los Iron Maiden, como hacía años ha, yo me he estado paseando a fondo por el youtube y algunas webs de fabricantes de amplis realmente interesantes.

En mi búsqueda del sonido definitivo de rock clásico, voy detrás de un Marshall JTM-45, un Plexi, o cualquier ampli que se le parezca. Esta demo de un JTM-45 original de la época me tiene enamorado:



En esta dirección, muy destacable el lanzamiento del nuevo Suhr Badger 30, un cabezal de boutique (también está en formato combo), que aquí podéis ver probado por Peter Thorn, guitarra de Chris Cornell en esta nueva época en solitario. Quizás no sea muy Marshall, pero no se puede negar que suena de muerte (y que el tío toca un rato!):






¿Qué más? ... Inspirado por los sonidos cálidos de las guitarras del excelente último disco de moe., mi búsqueda me llevó a Oldfield Amplifiers, y me enamoré de las muestras de sonido de los Marquis 30, 36 y 45. Pregunté directamente a esta pequeña factoría americana si cabía la posibilidad de conseguir uno de ellos, con fuente de corriente europea, y en formato cabezal. Por si os interesa, tienes que pagar un 20% por adelantado, tardan 10 semanas en fabricártelo, y no hay problema en que sea corriente europea. Todo, sobre unos 1800-2000€.



Por cierto, el lunes tocó en la sala Bikini de Barcelona el gran Dickey Betts, uno de los fundadores de los Allman Brothers Band, con una banda muy potente y parece ser que en plenas facultades guitarrísticas y escénicas. Y NO estuvimos allí. Esto habrá que corregirlo...

sábado, 10 de mayo de 2008

Walk like an egyptian

Después de la tormenta siempre viene la calma. Y después de abril siempre viene, afortunadamente, mayo. Y es que el mesecito de las aguas mil ha sido poco generoso en lluvia, pero demasiado en trabajo, obligaciones y "tengoques", como dice Ana. Prueba fehaciente es este blog, donde sólo he podido escribir dos posts en todo el mes, pese a que tenía algunos temas que me apetecía muchísimo comentar, como el nuevo álbum de Dani Flaco o la maravillosa película musical Once. Pero bueno, todo se andará, aunque no será en breve: para descansar (y para cumplir mis buenos propósitos para el 2008), de aquí 5 horas pillo un avión a Egipto. ¡Bien!

El plan inicial (y, como siempre, sujeto a posibles modificaciones según sople el viento) es tomar un vuelo a Sharm El Sheik. Ahí, buscar un hotelillo o albergue, submarinear 3 o 4 días en el Mar Rojo (¿me acordaré, después de 2 años?), volver a El Cairo (por aire, supongo, aunque no descarto autocar o faluca) y estar unos 3 días en la ciudad, visitando pirámides, curioseando por los zocos y vagabundeando por los cafés. En definitiva, 8 días de bastante relax, espero.

En la maleta, lo único indispensable para una vida plena y feliz: toalla, bañador, 3 libros (La carretera de Cormac McCarthy, Egipto: el fin de una época, de Pierre Loti y 1984, de George Orwell), y el reproductor de MP3 a rebosar de novedades musicales (lo último de Shannon Curfman, de North Mississippi Allstars, de Lenny Kravitz, de Steve Winwood, de Albertucho, de La Shica...) y otra música no tan nueva pero igual de interesante (It's About Time de Marc Ford, disco de cabecera de David; Blue Horse de The Be Good Tanyas, que descubrí a través del blog de Burdon; Jazz in Paris, de Don Byas, que me recomendó mi amor platónico... y, por supuesto, el tema Walk Like an Egyptian, de Bangles).



Así que lo dicho, me despido hasta de aquí 8 días. Abrazos piramidales y besos jeroglíficos a todos/todas, y ¡hasta la vuelta!.

jueves, 1 de mayo de 2008

Me estoy haciendo viejo

La semana pasada leí este post donde se listan las que, hasta la fecha y según la revista Rolling Stone, son las mejores canciones del siglo XXI. E, inevitablemente, la sensación que tuve es que me estoy haciendo viejo (musicalmente hablando, claro; lo de los cabellos blancos en las sienes es porque ayer estuve pintando el techo de casa...;-).

Y es que la estadística me es del todo desfavorable. A saber:

De los 80 grupos o solistas que aparecen, hay 20 que nunca he ido nombrar (¿Antony & The Johnsons? ¿pero estos tíos existen? ¿en qué planeta?), y de los 60 restantes hay unos 40 que, si me preguntas así, a bote pronto, soy incapaz de tararearte alguna canción. De hecho, sólo tengo, en CD o MP3, algún disco de unos 15 de ellos (aunque algunos han pasado fugazmente por mis orejas y efectivamente, tampoco soy capaz de tararearte nada).

De las 100 canciones que hay, conozco sólo 17, y la verdad, no todas las pondría entre las mejores 100 del XXI (Don't Know Why de Norah Jones, With My Own Two Hands de Ben Harper y Quelqu’un M’a Dit de Carla Bruni sí, por supuesto, pero... ¿The Rising de Bruce Springsteen? ¡Buf, ni con calzador!). Y evidentemente he echado en falta muchas, muchísimas, que a mi parecer deberían estar y no están. Pero bueno, he pensado, no tengamos prejuicios y vamos a darle una oportunidad a estos chavales. Así que me he bajado los 100 temas (en el post hay un enlace para poder descargarlos) y he intentado, repito, INTENTADO, escucharlos. Y así, en mis cascos han sonado Franz Ferdinand, que no están mal, Keane, que me aburren sobremanera, o los inefables Coldplay, que tienen el dudoso honor de protagonizar el slogan de éste nuestro blog.

Pero he de admitir que todas las veces (tres) que me he puesto, no he pasado de la canción 25 ó 30. Llamadme clásico, anticuado, retrogrado o lo que queráis por no seguir las nuevas tendencias musicales pero, sinceramente, creo que no me estoy perdiendo gran cosa.