Este fin de semana he estado en Londres, y como últimamente este
blog me sirve más de baúl de los recuerdos (uh-uh) que para comentar discos y grupos, voy a colgar aquí unas fotos. Las hice el sábado en Hyde Park, donde se celebraba el
Diaspora London Music Village, un festival de músicas de
around the world organizado por la ONG
Cultural Co-operation. Como todo
tutti-frutti que se precie, hubieron actuaciones más y menos interesantes, pero en general la experiencia fue muy positiva: buena música, buen rollito, mucha multiculturalidad, y el tiempo acompañando, lo cual es todo un lujo en la capital de UK.
Llegamos cuando terminaban
Guillermo Rozenthuler and Rioplatenses (Argentina), y fue una lástima porque lo poco que pudimos oir prometía. Sólo intuimos el final de una canción, un tango fusionado con
jazz que sonaba fantásticamente bien. Por cierto, no me dio tiempo ni a acercarme al escenario, así que el único testimonio gráfico que tengo es la siguiente foto:
A continuación,
London Jing Kun Opera (China), una par de tenores orientales ataviados con unos imposibles trajes tradicionales y cantando opera. Supongo que a los chinos les debía parecer lo más, pero la verdad, las interminables explicaciones de la presentadora comentando cada detalle de los trajes, la taladrante música folclórica china (secuenciada) y las voces histriónicas de los intérpretes hicieron la actuación bastante "abulida".
La cosa se animó con
Cheb Nacim (Algeria) y su banda, que fusionaban
raï ("género musical iniciado a principios del s. XX en los alrededores de Orán", según la Wikipedia) con sonidos latinos. Pese a ser las 4 tarde de la tarde, las espectadoras más animosas se levantaron para contornear el vientre a ritmo de música árabe.
Tras Cheb Nacim salió a escena
Chen Wang (China), una lánguida cantante oriental, sin acompañamiento musical. Nos temíamos otro peñazo como el de la ópera china, pero no. En una brevísima actuación de sólo 15 minutos la chica ofreció dos maravillosas interpretaciones
a capella que nos pusieron la carne de gallina.
Luego el concierto decayó con el folclore hindú a cargo de la violinista
Jyotsna Srikanth (India), bastante muermo. Supongo que mis contaminados oídos occidentales no están acostumbrados a este tipo de música, y como ya se nos estaba borrando la raya del culo de tanto estar sentados en el césped, fuimos a dar una vuelta por Hyde Park.
A la vuelta ya estaba tocando
Klezmer Klub, una banda de música judía procedente de Europa oriental. Polka y sonidos gitanos que volvieron a hacer danzar al público, esta vez cogidos de las manos hasta formar una serpiente humana a la que se unió la vocalista del grupo.
Y por último,
Osvaldo Chacón y su Timba (Cuba), que a mi parecer, fueron lo mejor de la tarde. Salsa afrocubana a cargo de una multiétnica banda, maravillosa instrumentalmente y liderada por un magnífico cantante que con su duende cubano y su torpe inglés hizo levantar a todo el mundo, acompañar a las palmas, corear las cumbias y pedir "Otra, otra" (que no "Another, another").
Aun quedaban por actuar
Africa Jambo (Congo), pero se hacía tarde y el hasta entonces clemente tiempo londinense estaba volviendo a sus (malos) hábitos, así que retiramos con buen sabor de boca por la muestra de
world music a la que habíamos asistido. La tarde del domingo continuaba el festival pero, desgraciadamente, mi avión salía a mediodía.