Encaramos la recta final: penúltima entrega de 40 discos que me volaron la cabeza hace dos décadas.
Ritchie Blackmore's Rainbow, Stranger in Us All (1995): Último disco de rock del ex-Deep Purple, antes de emprender su andadura por terrenos más folkies y
de la mano de su Candice Night (que también colaboraba en este álbum,
por cierto). ¡Y vaya canto del cisne! Una maravilla que me volvió a
traer a la mente un post de Maese Rancio, y que disfruté tanto como cuando lo descubrí hace 15 años.
Sangtraït, Terra de Vents (1990):
Segundo disco (por poner uno, ya que me gustaron todos los de su
primera época) del grupo más duro de los Cuatro del Palau Sant Jordi
(los que vivieron aquella movida etiquetada como Rock Català, ya saben
de qué hablo). Ahora que Sopa de Cabra han vuelto a los escenarios, no
sé qué esperan los de La Jonquera para hacer una gira revival. No
sé cuántas veces los vi en directo, pero si volvieran a tocar en
Tarragona, repetiría sin dudarlo. Sólo volver a oír los bramidos de Papa
Juls ya pagaría el precio de la entrada.
Skid Row, Skid Row (1989): Sebastian Bach tenía el pelo más Pantene del hard-rock,
pero también una voz apabullante. El primer trabajo de su grupo era un
disco inspiradísimo, de canciones con una fuerza irresistible (Big Guns, Sweet Little Sister, Youth Gone Wild...) y algunas baladas no menos memorables (¿quién no recuerda 18 & Life?).
Skin, Skin (1994): Los Skin llegaron tarde a la fiesta del heavy metal -cuando el grunge ya
hacía años que se había merendado el mercado-, no aportaban nada nuevo,
y adolecían de algo de paroxismo. Pero algunas de sus canciones me
encantaban, como Tower of Strength o Look But Don't Touch,
casi tan buena como la homónima de Poison. Ese par de temas, y la
escasez de buenos discos de metal en la primera mitad de los 90,
hicieron que escuchara este álbum quizás más de lo que merecía.
Sopa de Cabra, Ben Endins (1991): La banda más mítica del Rock Català
en el doble híbrido (3 caras en directo, una en estudio) que los asentó
en la cima del panorama musical catalán. Todos los temas se
convirtieron en clásicos (algunos ya lo eran, como el Rock'n'Roll de Led Zeppelin o el War
de Bob Marley que versionaban), y el disco, en un superventas inaudito incluso a nivel
estatal. Imposible calcular cuantas veces pinché este vinilo, cuantas
tarareé sus canciones, cuantas vi a Sopa en concierto.
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